Capitulo 22 : El Partido de Béisbol

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Emmet Johnson tenía una rutina muy definida después de clases: entrenar béisbol. El deporte era su pasión, y siempre se esforzaba al máximo en cada entrenamiento. Un sábado en particular, Emmet tenía un juego importante en la preparatoria y decidió invitar a Lucca a verlo. Para su alegría, ella aceptó la invitación sin dudar.

El día del partido, el ambiente en el campo era eléctrico. Emmet no podía evitar sentirse nervioso y emocionado. Cuando vio a Lucca llegar y sentarse en las gradas, una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su rostro. Sus compañeros de equipo no tardaron en notar su reacción y comenzaron a molestarlo, insistiendo en que Lucca era su novia.

—¡Mira cómo sonríe, tiene novia! —bromeó uno de ellos, dando una palmada en la espalda de Emmet.

Emmet no podía ocultar su felicidad. Ver a Lucca allí, apoyándolo, le daba una energía extra para jugar. Decidido a impresionar, Emmet se aseguró de dar lo mejor de sí en el campo, no solo por el equipo, sino también porque sabía que ella lo estaba observando.

El partido fue intenso y reñido, pero finalmente, el equipo de Emmet salió victorioso. Con el marcador a su favor, la euforia llenó el estadio. Lucca bajó de las gradas, acercándose a la cancha para felicitar a su amigo. Justo en ese momento, vio a una chica hermosa de cabello rubio, Riley Keough, que se dirigía apresuradamente hacia Emmet.

Riley era conocida en la escuela por su interés en Emmet, y no lo ocultaba. Apenas lo vio, corrió hacia él y, sin previo aviso, le plantó un beso en los labios. Lucca observó la escena con asombro, sintiéndose algo fuera de lugar, ya que Emmet nunca le había mencionado que estuviera saliendo con alguien.

Emmet, sorprendido, apartó a Riley de sus labios con suavidad.

—Riley, ¿qué haces? —dijo, claramente desconcertado.

Lucca, incómoda por la situación ya que ella nunca había visto a su amigo tan acaramelado con alguien, intentó dejarlos solos y comenzó a alejarse. Sin embargo, Emmet la siguió rápidamente, dejando a Riley atrás. Cuando llegaron a un lugar más alejado de la multitud, se detuvieron. Emmet podía ver que Lucca no parecía afectada, de hecho, ella sonreía.

—Me alegra que tengas a alguien, Emmet. Riley es una chica muy bonita —dijo Lucca sinceramente.

Emmet no podía creerlo. Esperaba algún signo de celos, alguna señal de que Lucca pudiera estar molesta, pero no había nada. En su interior, estaba indignado porque la reacción de Lucca no era la que había esperado. Él estaba enamorado de ella y no quería a Riley.

—¿De verdad estás feliz por mí? —preguntó Emmet, tratando de ocultar su frustración.

—¡Claro que sí! Siempre quiero lo mejor para ti —respondió Lucca con una sonrisa genuina.

El contraste entre sus sentimientos era evidente. Emmet se sentía confuso y decepcionado, mientras Lucca no podía evitar reírse ante la situación. La escena era, de alguna manera, cómica y trágica al mismo tiempo.

—Eres increíble, Lucca —murmuró Emmet, sin saber qué más decir, algo frustrado .

Lucca se acercó para luego soltar lo siguiente.

—Vamos, Emmet. Celebremos tu victoria —dijo con una sonrisa, mientras los del equipo se acercaban hacia ellos .

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