Capítulo 11 "Un Nuevo Comienzo"

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En la apacible cabaña en la Tierra, Charlie y Adam se sumergían en la serenidad de su nuevo hogar. Después de enfrentar desafíos inimaginables, finalmente encontraron un refugio donde podían ser ellos mismos, libres del juicio o la interferencia de otros.

Cada día, se despertaban con el cálido resplandor del sol filtrándose a través de los árboles. Juntos, compartían desayunos tranquilos y conversaciones íntimas, fortaleciendo la profunda conexión que habían cultivado. El aire de la mañana traía consigo la promesa de un nuevo comienzo, un respiro de las tormentas pasadas.

Una mañana, Adam se levantó temprano para preparar el desayuno mientras Charlie aún dormía. El aroma de los huevos revueltos y el café recién hecho llenaba la cabaña cuando Charlie se unió a él en la mesa, sus ojos aún soñolientos pero llenos de paz.

-Buenos días, cariño -dijo Adam, sirviéndole una taza de café con una sonrisa cálida-. Espero que hayas dormido bien.

-Buenos días, amor -respondió Charlie, devolviéndole la sonrisa-. Gracias por el desayuno. Huele delicioso.

Mientras disfrutaban de su desayuno, hablaban sobre sus planes para el día. Decidieron dar un paseo por el bosque cercano y explorar los alrededores de su nueva casa. Caminaron de la mano por el sendero arbolado, disfrutando del aire fresco y el canto de los pájaros. Se detuvieron junto a un arroyo cristalino, donde se quitaron los zapatos para remojar los pies en el agua fría.

Charlie aun débil disfrutaba de la compañía de Adam, pues aun mal este la ayudaba a caminar y le daba el cariño que tanto tiempo estuvo esperando, sus pensamientos estaban fijos en ello, ahora por fin era feliz...

-Me encanta estar contigo así, Adam -dijo Charlie, recostándose contra él mientras observaban el agua fluir-. Es como si el mundo entero desapareciera y solo quedáramos tú y yo.

-Yo también, Charlie -respondió Adam, rodeándola con los brazos-. Contigo, todo parece más brillante y lleno de vida. Eres mi luz en la oscuridad, mi razón para seguir adelante.

Se quedaron allí por un momento, disfrutando del silencio tranquilo y la compañía del otro. Para Charlie y Adam, esos momentos simples pero significativos eran los que más valoraban en su vida juntos.

A medida que pasaban los días, exploraban los alrededores de su cabaña con entusiasmo renovado. Descubrieron rincones escondidos del bosque, cascadas ocultas y prados cubiertos de flores silvestres. Una tarde, mientras exploraban un sendero cercano, se encontraron con un grupo de ciervos pastando en un claro del bosque. Se quedaron quietos y observaron maravillados mientras los majestuosos animales se movían con gracia entre los árboles.

-Son hermosos, ¿verdad? -susurró Charlie, cautivada por la elegancia de los ciervos.

-Sí, lo son -respondió Adam, admirando la escena con ella-. Me recuerdan lo maravilloso que es este mundo y lo afortunados que somos de poder experimentarlo juntos.

Se quedaron allí por un momento más, simplemente observando a los ciervos y disfrutando de la belleza de la naturaleza que los rodeaba. Para Charlie y Adam, esos momentos de tranquilidad y asombro eran los que más valoraban en su vida juntos.

Sin embargo, no todo era idílico en su nuevo mundo. A medida que Charlie y Adam exploraban su relación y su conexión mutua, también enfrentaban desafíos y adversidades que pusieron a prueba su amor y su determinación.

Una noche, mientras se acurrucaban junto al fuego en su cabaña, Charlie compartió sus preocupaciones con Adam.

-A veces me siento culpable, Adam -dijo, mirándolo a los ojos con tristeza-. Como si no mereciera la felicidad que tengo contigo. Después de todo lo que hemos pasado, ¿cómo puedo ser feliz sabiendo que dejé atrás a mi familia y mi hogar?

In love [Chadam] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora