Adam dio un salto de sorpresa al ver la figura frente a él. Aún no podía creerlo. Pensaba que era una alucinación, un juego de su mente, hasta que sintió el toque suave de Charlie en su hombro, sacándolo de su trance. El contacto lo ancló a la realidad, recordándole que estaba lejos de soñar.
Gabriel, sereno y calculador, dio un paso adelante, aclarando su garganta antes de hablar. Su mirada no dejaba entrever sus verdaderas intenciones, pero había algo en su voz que obligaba a escuchar.
-Lucifer los quiere muertos -dijo en voz baja, casi susurrando-. Pero tranquilos, yo los ayudaré. Solo sigan mis pasos.
Adam entrecerró los ojos, dudando de cada palabra del ángel. Había visto demasiadas traiciones y promesas vacías. Se preguntaba qué motivaciones ocultas tendría Gabriel para ofrecer ayuda.
-¿Ok? -respondió Adam, intentando ocultar su desconfianza.
Mientras caminaban, Gabriel dirigió una mirada inquisitiva hacia Charlie, que caminaba en silencio a su lado.
-Así que tú eres la famosa hija de Luzbel... o como se hace llamar ahora, Lucifer -murmuró Gabriel, con una mezcla de curiosidad y desdén.
Charlie suspiró antes de responder. Lo que antes había sido un motivo de orgullo ahora la llenaba de temor. Sabía que su nombre resonaba en los cielos como una amenaza, una traidora que había osado desafiar las reglas por amor. Se había convertido en la "rebelde del cielo", un peligro para la utopía que tanto se había esforzado en crear. Todo... ¿por amor?
-Sí... él es mi padre. Pero no creo que sea importante hablar de eso ahora -respondió Charlie, visiblemente molesta.
Adam observó a Charlie, percibiendo su incomodidad. Sabía que ella estaba luchando contra sus propios demonios, tan reales como los suyos. Pero no era el momento para confrontaciones internas; necesitaban respuestas.
-¿A dónde nos estás llevando? ¿Y qué significa todo esto? -preguntó Adam, su voz cargada de curiosidad y sospecha.
Gabriel no se detuvo ni un segundo, su paso firme y decidido mientras atravesaban el frondoso bosque.
-Miren, no les voy a mentir. Su situación es complicada. El cielo quiere sus cabezas, y según ciertos rumores, el infierno se está preparando para una expedición a la Tierra. ¿Motivos? No lo sé con certeza, pero probablemente sea por ustedes dos. No los culpo por lo que está sucediendo, solo estoy aquí para ayudarlos... y ofrecerles una pequeña propuesta, claro, si quieren sobrevivir a este caos.
Adam y Charlie se miraron, sus rostros reflejando perplejidad y angustia. Las palabras de Gabriel eran frías, directas, y cada una de ellas aumentaba la tensión en el aire. Adam sentía que sus pensamientos se enredaban en un torbellino de confusión. Una expedición a la Tierra... ¿sería posible que Lute viniera por él? A pesar de que había pasado tiempo desde que todo ocurrió, el peso de sus acciones aún lo aplastaba, y su mente le reclamaba cada día por las decisiones que había tomado.
Pero Adam sabía que no podía retroceder. No podía cambiar el pasado, aunque su corazón lo deseara. Aun así, en medio de la desesperación, siempre había una pequeña luz que iluminaba su oscura noche, una chispa de esperanza que lo mantenía en pie. Si aún había una oportunidad para mejorar las cosas, la tomaría sin dudar.
Su reflexión fue interrumpida por la voz dulce de Charlie. Ella siempre lograba traerlo de vuelta a la realidad, alejándolo de sus pensamientos más oscuros.
-Ya llegamos, Adam... ¿Estás bien? -preguntó Charlie, fijándose en la expresión perdida del castaño.
Adam salió de sus pensamientos y miró a su alrededor, notando que Gabriel había detenido su marcha. El entorno le resultaba extrañamente familiar.
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In love [Chadam]
RomansaA pesar de sus ideales opuestos, Charlie y Adam nunca imaginaron que su enemistad los llevaría al amor.