𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟓. 𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐈𝐈

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N/A: No quería arruinar la emoción de esta escena con una advertencia desde el principio, así que mejor lo dividí en dos partes

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N/A: No quería arruinar la emoción de esta escena con una advertencia desde el principio, así que mejor lo dividí en dos partes. Como verán, este capítulo contiene escenas sexuales. No son tan explícitas, pero sí describo algunas situaciones subidas de tono. Si no es de su agrado, pueden saltarse este capítulo y no afectará en nada el curso de la historia.

Las manos de Damián recorrieron con reverencia el cuerpo de Arian, memorizando cada línea, cada curva con sus palmas calientes. Arian se estremeció bajo su toque, sus mejillas arreboladas y sus labios entreabiertos en un gesto de necesidad silenciosa.

Lentamente, Damián se irguió sobre sus rodillas para quitarse la camiseta, exponiendo el lienzo bronceado de su torso esculpido. Los ojos de Arian se abrieron con asombro al recorrer el torso musculoso de Damián, las líneas duras y sensuales de su abdomen. Sin pensarlo, extendió una mano temblorosa, dejando que sus dedos vagaran sobre los planos firmes, maravillándose ante el calor que irradiaban. Damián atrapó una de sus manos y la llevó a sus labios, besando la palma abierta en una caricia tan tierna como abrasadora.

—Ayúdame —la voz áspera de Damián lo sacó de su ensoñación. Se incorporó sobre sus codos mientras Damián se arrodillaba a su lado en la cama y con dedos temblorosos encontro el borde de los pantalones cortos de Arian, deslizándolos lentamente hacia abajo.

Arian se movio de forma tímida y comenzó a deshacer el cierre de los pantalones de Damián. Sus dedos de artista rozaron la línea firme y definida del bajo vientre mientras empujaba la tela, y Damián contuvo un gemido al verlo morderse el labio inferior en esa forma tan adorable y sensual.

Pronto ambos estuvieron completamente desnudos, su piel bañada por la luz dorada de las lamparas. Arian recorrió con su mirada el cuerpo de Damián, sus ojos oscurecidos por el deseo. No podía creer que este impresionante hombre fuera todo suyo. Sus ojos se encontraron y el mundo entero pareció ralentizarse.

Damián se inclinó, capturando esos labios exquisitos en un beso profundo y hambriento que estremeció a Arian hasta la médula. Una mano grande y cálida se deslizó por su espalda, presionándolo contra el calor del cuerpo de Damián, mientras que la otra se enterraba en los rizos dorados de su nuca. Un suave gemido escapó de la garganta de Arian cuando la lengua de Damián se arrastró provocativamente contra la suya.

—Tan hermoso —murmuró Damián contra sus labios—. Mi precioso Arian...

Lo guió de vuelta a las mantas, acunando la parte posterior de la cabeza de Arian mientras lo recostaba con suma ternura. Sus ojos verdes ardían con un fuego abrasador al examinar la visión frente a él: Arian tendido sobre su espalda, su cabello dorado desparramado como un halo en la almohada, cada hermosa peca resaltada por el rubor que cubría su pecho y su rostro. Sus piernas se separaron instintivamente en una invitación inconsciente.

—¿Estás seguro, pequeño? —la voz de Damián era áspera de deseo apenas contenido —. Porque juro que si seguimos, no creo poder detenerme.

Los ojos de Arian brillaron con una mezcla de amor y anhelo. Extendió sus brazos hacia Damián en un gesto de rendición total.

Como Porcelana (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora