Capítulo 10

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Canciones recomendadas: 

1. WILDFLOWER de Billie Eilish.

2. Apologize de Timbalanb, OneRepublic

3. Somebody To Die For de Hurts 

Zoe estaba sentada en la cama, mirando ansiosamente hacia la puerta

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Zoe estaba sentada en la cama, mirando ansiosamente hacia la puerta. Alex y Matteo habían estado fuera por más tiempo del que debería tomar ir por un vaso de agua. Cuando finalmente regresaron, Zoe notó inmediatamente algo diferente en ellos.

Matteo y Alex entraron en la habitación, sus manos entrelazadas y una nueva intimidad evidente en la forma en que se miraban. Zoe sintió como si alguien hubiera vertido agua helada sobre ella.

—Hey —dijo Alex suavemente, su voz cargada de una felicidad que Zoe nunca había escuchado antes. —Perdón por la tardanza.

Zoe forzó una sonrisa, pero sentía como si su corazón se estuviera desmoronando. —No hay problema —logró decir, su voz apenas un susurro.

Mientras Alex y Matteo se sentaban en la cama, Zoe no pudo evitar notar la forma en que sus cuerpos se inclinaban el uno hacia el otro, la manera en que sus miradas se encontraban y se alejaban, cargadas de promesas no dichas.

La realización la golpeó como un puñetazo en el estómago: algo había pasado entre ellos. Algo que la excluía completamente.

Zoe siempre había sentido una atracción hacia Alex, y últimamente, también había comenzado a sentir algo por Matteo. Había momentos en los que pensaba que tal vez, solo tal vez, los tres podrían tener algo especial juntos. La tensión entre ellos, las miradas robadas, los toques accidentales... todo parecía apuntar hacia algo más.

Pero ahora, viendo a Alex y Matteo juntos, Zoe se sentía completamente fuera de lugar. Como si fuera una intrusa en un momento íntimo que no le pertenecía.

—¿Estás bien, Zoe? — preguntó Matteo, su voz teñida de preocupación.

Zoe parpadeó, dándose cuenta de que se había quedado mirando fijamente al vacío. —Sí, sí, estoy bien —mintió, forzando otra sonrisa. —Solo cansada, supongo.

Alex la miró con curiosidad, y por un momento, Zoe pensó que podía ver un destello de culpa en sus ojos. Pero desapareció tan rápido que no estaba segura de sí lo había imaginado.

—Tal vez deberíamos dormir un poco — sugirió Alex. —Ha sido una noche larga.

La pelirroja asintió mecánicamente, sintiéndose repentinamente incómoda en la cama que antes habían compartido tan fácilmente. —Creo que iré al baño —dijo, levantándose abruptamente.

Antes de que Alex o Matteo pudieran decir algo más, Zoe salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de ella. Se apoyó contra la pared del pasillo, sintiendo que las lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos azules.

Como Porcelana (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora