Capitulo 6

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                "Hogar dulce hogar"

Momo

La vida en si, era injusta y en el mejor de los casos ironica. Es lo que pensó la señora osa, 'mi pequeña osita no es un monstruo, sus padres son esclavos de sus instintos'.

—¡Es suficiente! — grito acongojada, usando su cuerpo a modo de escudo. — ¡Ewa!.Por el amor de Dios. ¡es tu cachorra!. — intento recibir los golpes. No permitiría que su nieta sufriera algún daño, y mucho menos de su propia hija. La pequeña Momo lloraba en su forma esponjosa, acurrucada en si misma. Momo no comprendía porque sus padres la odiaban. 'Momo es una hija no deseada'. Se decía internamente. 'Momo fue un accidente'

Ewa, la madre de Momo. Lloraba con cada golpe que asestaba en el cuerpo de su cachorra. Golpe que de alguna manera su anciana madre recibía. Si Momo pudiera entrar en la mente de su madre se daría cuenta que Ewa, no la odiaba. Ewa odiaba como la gente recluia a su hija por ser una predadora. Ewa odiaba que su hija tendría que reprimir emociones un día por temor a una descarga eléctrica que sube de voltios cada vez. Ewa odiaba la idea de que su dulce Momo fuera tratada como paria social por un montón de herbívoros. 'Mamiiiii, perdón perdón por haber nacido'. Gritaba Momo. Disculpándose de algo que ella no podía controlar.

—ESTO ES MI CULPA — Gritaba Ewa — Nunca te hubiera parido. — Momo aún era pequeña para entender a lo que realmente se refería su madre en aquel momento.

Momo lloraba más y más, su abuela intentaba consolarla. Tratando de calmar a la pequeña osita. Naomi solo le dió una mirada fulminante a su hija por semejante falta de tacto maternal.

—¡P-perdoname mamiiiiii!

Eso hizo que Ewa llorara mas fuerte por la culpa, descargando sus frustraciones en su hijita. Sin darse cuenta de su collar que meramente estaba en verde, cambio a un amarillo de advertencia. Si Ewa se hubiera dado cuenta posiblemente habría parado.

—¡EWA! — Intento su madre al darse cuenta del collar, pero era imposible. Ewa estaba demasiado absorta en sus propias emociones que no noto cuando el amarillo se torno de un peligroso rojo. ¡Claro!. No habría ningún problema, ya que la descarga es un mero recordatorio de mantener las emociones bajo control. Y no dejarse llevar. ¿Pero recuerdan, cuando dije que los voltios incrementan cada vez que se activan?. El detalle es, que cuando eso ocurre es porque el predador está cruzando límites entre lo socialmente aceptable y lo peligrosamente salvaje.

Ewa... estaba cruzando el límite, pero ella no se estaba volviendo salvaje, simplemente era víctima de emociones fuertes que fácilmente pueden calmarse. Pero eso el collar no lo sabía. Solo está programado para una cosa, y esa cosa es neutralizar amenazas. El collar solo cumplió su función.

—¡EWA! ¡CÁLMATE! — Naomi lo intento de nuevo, pero un latigazo del cinturón le dió un golpe particularmente fuerte en la cara, era un golpe de la hebilla. Uno que le saco un colmillo junto con un diente frontal, también rompiendo un poco su nariz. Naomi intento cubrir su rostro, intentando parar el sangrado y de también proteger a Momo. Ewa estaba como loca. Los golpes eran aleatorios y daban en lugares sensibles. Naomi solo abrazo más a Momo esperando a que todo terminara, y termino cuando el olor a carne quemada llamo su atención , Naomí rápidamente levanto la cabeza y vio humo...el humo negro cubría la habitación. Los chispazos eran evidentes.

—¡MAMIIIII! — Grito Momo, intentando safarse del agarre de su abuelita y de llegar a su mamá, Momo es una buena osita. Ella no odia a su mamá, nunca le guardaría rencor.

Ya cuando el shock terminó, el cuerpo calcinado de Ewa cayó tieso al piso. Milagrosamente Ewa no murió al momento. Los Osos son resistentes pero no quiere decir que sobreviva.

Naomi, pese a su buen juicio dejó que Momo se acercará a su madre.

Lo único que dijo Ewa antes de morir fueron unas palabras que marcaron a Momo por el resto de su vida.

—Nunca debí parirte.

Repito, Momo todavía era muy joven para entender a que se refería su madre realmente. Ewa no quería traer a Momo al mundo si iba a ser tratada como basura. Su mayor felicidad era su osita. Pero prefería mil veces haberla abortado si ese iba a ser el caso. No obstante Momo nunca sabrá eso, porque Ewa ya no estaba. Pero lo más triste es que Momo sin saberlo realmente, jamás dejo de amar a su madre. Aunque creía que la odiaba.

Cómo dije, la vida es irónica.

—Te extrañe mucho mucho Momo— dijo Pita abrazándome con fuerza, parecía que no tenía la intención de soltarme. Su cabeza se frotaba con mi pecho afectuosamente. Me solto cuando mi pancita rugió de hambre.

—¡PERDON MOMO! — Pita se movia enérgico por todas partes —Fui tan egoísta

—Esta bien Pita no es tu culpa

— No no — me pasó una toalla — ten, usa esto para secar tu cuerpo del sudor, espera aquí iré a preparar tu baño. Espérame, volveré pronto

—De acuerdo — y con eso se marcho. — Jajaja. No a cambiado en nada, sigue siendo el mismo. — Pita sigue siendo un niño, necesito que conozca más el mundo exterior. Recogí la toalla y comencé a secar un poco mi cuello, rostro y brazos. Esperando a que Pita regresará.

                               (...)

—Come Momo, prepare sopita — sopa de vegetales recién echa, rezumando vapor y oliendo deliciosa se encontraba frente a mi encima de una mesa para comer específicamente en cama. Me había bañado y puesto cómoda por petición de Pita. Mi cama estaba muy mullida, ya que mientras me bañaba con el agua caliente que Pita preparo con sales de baño, él cambio las sábanas y acomodo las almohadas.

—Gracias por la comida — probé la sopa y realmente estaba riquísima.

—¿Que tal sabe? — pregunto Pita con curiosidad.

—Esta muy buena — saboree las zanahorias y las papas en mi boca, se deshacían.

—Gracias a Dios — podía ver un halo dorado envolviendo a Pita. Y su colita se movía gustosa. — te haré panqueques con tus bayas favoritas más tarde.

—No puedo esperar — pese a estar comiendo, mi pancita gruñía.

— Tu pancita gruñe, aunque estás comiendo — señaló Pita — hay más sopita ¿Quieres más?

—Claro — dije mientras metía otra cucharada a mi boca, mire a Pita. Yo me equivoqué, creí que todavía era un niño, creció tan rápido.

Pero... No esperaba que fuera una raza de perro grande.

—¿Que sucede Momo? — Pita ciertamente había crecido, era más alto que yo, su cabello estaba más largo. Todavía conservaba su collar de perro distintivo. —¿Quieres más sopita?

—Claro, ¿Puedo tomar más? — pese a que yo lo crié no puedo evitar sentirme contenta porque se volvió un joven muy apuesto. Eso me hace feliz, muy muy feliz. Y no es porque mi barriguita está siendo llenada.

— Oye Pita, ¿Cómo estuvo la ciudad?. ¿La pasaste bien?. — Pita me dijo que conoció a alguien especial en la ciudad, una gatita.

—¡Sip!. Tikki me cuido muy bien, también lo ayude con el coro.

—Ya veo, fuiste un buen chico. — me hacía feliz que Pita se portará tan bien, y mantuviera su bonita inocencia infantil. Deje la cuchara en el plato semi terminado.

—Oye Pita..¿Quieres que vayamos juntos a la ciudad? — Pita ya me había pedido ir para que conociera a su gatita, pero necesitaba volver a escuchar su pedido nuevamente para estar cien por ciento segura de arriesgarme a regresar, si es muy importante para Pita, para mí también lo es. Además, también podré ayudarlo a adaptarse mejor.

—Ahora que eres un adulto, pienso que deberías comenzar a vivir en la ciudad.  ¿Que opinas?. — por un momento ví un rostro precavido en Pita. Pero no duró mucho tiempo.

—¡Si!. Si estás conmigo quiero ir — el rostro de Pita se iluminó — Tengo muchas ganas de visitar la ciudad contigo, ¡conocerás a Tippi!.

—Claro... También yo quiero. — me hacía feliz ver a Pita feliz. — pudamosle a Tikki el barco.

—¡SI!.

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