"los rayos del sol son mejores bajo el agua"
Tipi
Las cigarras se escuchaban en la lejanía, el cielo estaba completamente despejado, sin ningún indicio de alguna nube.
El verano en la ciudad siempre es abrasador y el sol siempre trae humedad y ardor dondequiera que vaya. Aunque estaba sentada junto a un ventilador que giraba mientras lamía un helado casero de frutas, me aportaba poco consuelo a las olas de calor que necesitaba soportar.
Mi aire acondicionado se había dañado hace unos días y el propietario me dijo que tardaría una semana en instalarlo. Así que, por ahora, sufría en las manos despiadadas del calor del verano. Debajo de mi, el piso se me clavaba en la espalda y ya podía sentir el sudor filtrándose. Era realmente incómodo, me sentía asquerosa.
Los veranos siempre me molestaban, siempre preferí las estaciones más frías, especialmente la primavera. Sin el frío del aire acondicionado, me sentía un poco irritable y de mal humor. Supongo que ser una gata de pelaje largo tampoco ayudaba.
—Tipi.
El sudor se pegaba a mi nuca y mi cabello se sentía terriblemente largo en este momento. Cada vez que el aire se volvía húmedo, mi cabello se encrespaba y siempre estaba fuera de mi control. Aprendí desde muy cachorra que era una causa perdida en el momento en que despertaba.
Ninguna cantidad de laca, agua o acicalamiento que durará horas podría salvar mi cabello tricolor oscuro. Levantó una mano para jugar con cautela con un mechón de cabello rizado, preguntándome si era hora o no de cortarlo un poco de longitud. Quizás debería quedarme calva. Al menos el verano sería más fácil de manejar. Mi pelaje siempre a sido frondoso y no apto para climas cálidos. Llegando a ser, casi sofocante.
—¡Tipiiiiiiiii! — mis orejas se movieron ante el lloró quejumbroso.
Mi esclavo volvió a lamentarse en un tono algo infantil. Mire al individuo que estaba encima de mi. Justo a mi lado, Pita estaba sentado, su cabello blanco con tonos rojizos y grises pasteles está pegado a su frente y un puchero claro se veía en su rostro. El calor claramente también lo estaba golpeando fuerte, sus manos intentaban hacer circular aire dentro de su camisa, tratando de aliviar algo del horrible calor. Infructuoso, bastante infructuoso.
Desde mi angulo, podía ver un trozo de piel cremosa y pecosa debajo de su camisa, su sudor goteando lentamente entre los huecos y el contorno de su estómago plano. Su camisa celeste estaba bastante empapada y la tela estaba lo suficientemente mojada como para que pudiera distinguir los abdominales que se encontraban debajo de ella. La luz del sol se refrectaba con el sudor que recorría su cuerpo y observé cómo brillaba. Me pregunto si se habría movido un poco...
Me aclare la garganta y mi rostro ya se estaba calentando hasta un punto vergonzoso. Desvíe mis ojos amarillos, que aterrizaron en una novela de Robert Heinlein y me ocupé de tareas sin sentido.
Desde que Tikki trajo a este perro todo se a puesto patas arriba.
—¿Qué pasa, esclavo?
Mire rápidamente al chico que estaba a mi lado. Los sonrosados labios de Pita sobresalían, como los de un pequeño pollito era un puchero, y su rostro, una vez maduro, adquirió un aspecto completo de ochenta grados. Supuse que esto era lo que la gente suele llamar ojitos de cachorro.
Sus ojos heterocromaticos me miraron fijamente, sus labios haciendo un puchero adorable. Debido al calor, su rostro estaba ligeramente cubierto de rojo, lo que solo resaltaba su atractivo... ejem. Pita estaba rogando de nuevo. Yo suspiré internamente, temiendo ya mis siguientes palabras.
—Oh por todo lo sagrado en el mundo. Simplemente escúpelo. — Pita ya había crecido, ya era un macho adulto. Había llegado como un cachorro triste y escuálido. Con su cola entre sus piernas y orejas caídas. Mirada llorosa permanente. Pero intentaba encajar. Intentaba ser de ayuda. Pese a que mis hermanos eran terribles con él, no le importo tampoco le importo mi condición, él no me excluyó. Nada jamás afectó su buen humor.
—Hemos estado encerrados en esta casa todo el día y hace mucho calor. ¡Hagamos algo! — La suave voz de Pita sonó claramente en la casa que de otro modo estaría vacía, su voz era algo así como las olas que vi ese día en la playa y el viento que sentí azotar mi cabello. Me pregunto que es lo que hace que su voz fuese tan perfecta.
Se que puedo razonar conmigo misma, que simplemente estoy admirando su voz como artista, pero se que si llegará a escuchar esa voz en cualquier otra persona, definitivamente no me importaría. Fue sólo porque era de Pita, y en el fondo, se que eso era la única verdad. Me gusta porque pertenece a Pita.
—Pe- pero. ¡Hace tanto calor! Creo que me derretiré en un charco si salgo. Mi pelaje se secara más. Ya tengo las puntas quemadas.
A mi lado, escuche algo similar a un gemido y brevemente me pregunte cómo fue posible que sus cuerdas vocales produjeran ese tipo de sonido, Pita se acerca y miro sus manos con ligera sospecha, estoy un poco asustada de lo que pueda intentar a continuación.
Su repentina cercanía me sorprende y Pita coloca sus manos sobre mis hombros, sus penetrantes ojos heterocromaticos mirándome. Estoy congelada, con las manos todavía en el aire insegura de dónde debería colocarlas, mientras miro fijamente el rostro de Pita. Él estaba lo suficientemente cerca de mi como para poder contar sus pecas. Nuestras narices casi se tocan. Pita nunca conoció el término de espacio personal.
—¡Podemos ir al océano!. A la playa a recoger conchas, ¡Podría ser muy divertido! Tal vez... ¡Tal vez en esta ocasión puedas meterte al agua!.
Si...eso es lo curioso de mi, yo podría ser una gata, pero durante toda mí vida, disfrute del agua. El océano, la playa. Siempre fui la más extraña de la camada. Y Pita nunca me juzgo por eso, apoyo cada momento de mis deseos y sueños egoístas de poder divertirme en el océano.
Los ojos de Pita estaban iluminados con esperanza y emoción, y por mucho que quisiera holgazanear en casa, la perspectiva de entrar al agua y los ojos peculiares de Pita me conquistaron por completo. Así que asentí lentamente, observando atentamente cómo el rostro de Pita cambiaba por completo, su sonrisa iluminaba todo su rostro, Sus ojos se convirtieron en adorables medias lunas, su cola que solo se movia en intervalos suaves se sacudía de un lado a otro extasiada y yo estaba completamente asombrada por el chico frente a mi.
Sabía que era increíblemente afortunada de conocer a mi esclavo. Pero no es algo que le dijera a Pita.
Pita era algo así como una corriente revuelta, sacándome de mi vida incolora y arrastrándome. De repente, el océano que parecía tan lejano estuvo a mi alcance y en la personificación de alguien a quien podía abrazar. Que podía sentir.
Pita olía a la brisa salada que sentía en la playa, algo así como el agua salada que se inhala accidentalmente. Cuando él me abraza, sosteniéndome tan cerca que puedo sentir los latidos de su corazón debajo de las yemas de mis dedos, para mi, se siente como la suave y cálida luz del sol en la playa, sonriéndome, abrazándome.
Algo suave y asquerosamente cursi se me queda atrapada en la lengua cuando estoy con él, algo así como la arena se me queda atrapada entre los dedos de los pies. Mi corazón late con tanta calidez que creo que podría ahogarme en sus brazos. Yo será arrastrada por sus olas y caeré profundamente en el océano que es él.
En secreto, algo enterrado muy profundamente dentro de mi, esperaba no volver a salir nunca a la superficie en busca de aire.
Y siendo completamente honesta, No me importaría ahogarme en su océano.
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Quiero Ser Tu Todo
FantasyLa Diosa Serena nos creó para ser la mejor versión de ambas partes. La Nobleza Animal y el Raciocinio humano. Pero tal parece que no es un impedimento para sucumbir en los peores deseos. Así como se obtiene lo bueno, lo malo todavía se conserva. L...