Capitulo 10

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Una verdad incómoda

La mamá oso, preparaba el almuerzo cuando de pronto su cachorro entró llorando un río.
Momo no entendía porque su cachorro lloraba tanto, sus mejillas estaban tan rojas y su nariz moqueaba. Su colita se encontraba entre sus piernas.

-Pita, bebé. ¿Que ocurre? - corrió hasta donde su hijo. Momo no entendía nada, pero estaba asustada y muy preocupada. Hoy era el octavo día de escuela para Pita, se supone que iba a ser divertido. Tikki lo lleva y trae en su barco.

-Los otros niños están molestos conmigo -Sollozaba Pita. - Dicen que mis padres no me quieren y por eso me abandonaron.

La sangre de Momo se congelo en sus venas, sentía que el color dejaba su piel. Ella le había dicho a Pita que no era su verdadera madre en algún punto durante su crecimiento, no fue fácil. Pero no podía seguir ocultando la verdad por más tiempo. Pita, sorpresivamente lo tomo bien, y no le había importado. La principal razón, era el parentesco, Pita preguntaba porque él y ella eran tan diferentes. También su padre, Pita aprendió que para crear un bebé se necesitaba una hembra y un macho.

-Hey - Momo lo intento, no quería que su bebé llorara, sus ojitos estaban rojos. -Cachorrito - ella intento con suavidad levantar el rostro de Pita y limpiar sus lágrimas, Pita de repente se aferró con fuerza a su cintura, negándose a que Momo le viera el rostro.

-D- dijeron que no m-me quieren y que por eso una osa me c-cría - el cachorro de Momo estaba inconsolable, Pita se abrazaba con fuerza a la cintura de Momo, el pobre Pita afincó su agarré. No quería separarse - T-tambien me llamaron p-pulgoso ¡P-pero yo me baño!. Y-yo me baño. Hago como tú me dices. Me f-froto con la esponja y quedó suavecito.

Momo por primera vez en su vida sintió una ira sorda y ciega, una ira que solo se podía identificar como furia maternal. Su bebé no le hace daño a nadie, su bebé estaba emocionado por ir a la escuela y hacer muchos amigos, su bebé era super inteligente y prometió sacar buenas notas. Esta escena era un contraste grotesco de como fue su primer día todo contento lleno de emoción, ella debió ver las señales cuando su actitud habitual enérgica se atenuó en el segundo día, ya en el tercero lo vio más cabizbajo, en el cuarto era completamente mudo no queriendo hablar y solo daba respuestas cortitas. Estaba segura que su hijo no le platico al respecto, porque no quería meter en problemas a sus compañeros de clase.

-N-no quiero que estén enojados conmigo- y eso fue todo para Momo. Su bebé era tan bueno que no comprendía su situación actual. Su bebé siempre pensará en los demás, siempre verá todo lo bueno. Eso, fue todo para Momo, eso fue lo que más le afecto, su hijo era un blanco para el maltrato. Y fácilmente Pita no lo tomará como maltrato. Lo asimilará como su culpa y hará lo posible para remediarlo.

- No te preocupes cachorrito - Momo abrazo a Pita, intentando tranquilizarlo, no iba a decir nada más. Regulo su enojo crepitante y intento dar una sonrisa suave. Permitió que su bebé llorara - Mamá, hablará con ellos, no te preocupes. ¿Si?.

(...)

Momo veía dormír a Pita. Su bebé tenía su pulgar en su boca, ella acariciaba con cariño su cabecita. Estaba sentada a su lado, meditando la situación. Su bebé lloró hasta quedarse dormido. Abrazo a Bon Bon y sus ojitos se cansaron. Sus pestañas blancas y rojizas tenían gotitas que asemejaban diamantes. Su pobre bebé. Momo, acobijo más a Pita y salió a recibir aire fresco, necesitaba pensar y aclarar su mente. No podía actuar precipitadamente.

Debía hablar con la maestra. No podía permitir que esto continuará. Ella no vivía en la cuidad, pero no quiere decir que no estará presente en la vida de su hijo.

-Dichosos los ojos que te ven. - la voz, se atormente su infancia salió a relucir después de tanto tiempo. Momo , respingo al escuchar esa voz. Volteando a todas partes para ver el cuerpo, pero solo la voz era presente. Y de repente la temperatura bajo más de lo que estaba.

-¿Que quieres Abattoir?. -Momo conocía perfectamente la voz de esa demonio.

En la escuela, le habían enseñado que nunca se debe confiar en un demonio, su abuela le advirtió sobre ellos.

Pero su madre, sorpresivamente había realizado un contrato con uno de estos seres y cuando murió el contrato permaneció vigente ya que su madre murió antes del tiempo estipulado. Y un detalle importante 'las deudas se heredan'.

Momo sabía que su madre no era muy versada en leyes, y mucho menos en la estructura de un contrato. A lo mejor, si ese hubiera sido el caso, habría leído las letras pequeñas antes de firmar con sangre. Momo no sabía que fue el trato que hicieron su madre y Abattoir. Pero su madre había descubierto el verdadero nombre de la criatura, y curiosamente lo había escrito en un sitio donde Momo podría encontrarlo, esa fue su garantía, el saber el verdadero nombre de la demonio. Momo no sabía si su mamá lo había echo para protegerla o porque necesitaba una carta bajo la manga.

Cuando su madre murió, Momo tuvo que lidiar con una demonio enojada por el incumplimiento del contrato. Agradeció que Abattoir no fuera de un rango especial. Abattoir quería su alma como pago, pero su abuela protegió a Momo de cualquier daño que Abattoir deseara hacerle. La demonio siempre vivió en las sombras desde entonces, resguardando. Momo

-Senti el enojo y me sedujo hasta aquí. - la voz de Abattoir Era un lejano eco que rodeaba a Momo. -¿Mamá oso no está feliz de verme?

-No es el momento...

-¡Awwww! ¿Segura?. - la voz sonaba a la izquierda. Momo seguía la voz como pudo, pero era inútil. - ¿Porque no me pides un favor?. Talvez pueda ayudarte con tu mocoso. ¿Que es para mi provocar un pequeño accidente?. Solo un suave empujoncito y estamos libres de pequeños pandilleros.

Momo se sentía horrorizada por las palabras de Abattoir, hablando con tanta naturalidad el matar niños pequeños como si del clima se tratara.

-Dejalos en paz, solo son niños. - Momo le dejo en claro a Abattoir que no deseaba su ayuda. La demonio chasqueo los labios irritada. El sonido sonó en esta ocasión a la derecha.

-Asi nunca me pagarás la deuda, jamás te libraras de mi. - A Momo no le importaba. Abattoir no le dice cuál fue el trato que ella y su madre hicieron, menos le a mencionado el pago que ella iba a usar.

-Prefiero hablar con la maestra personalmente. - finalizó Momo. Se asegurará que Pita tengo días de escuela normales, no como ella.

Ella ama a su hijo y no cometerá el mismo error que su madre.

Momo decidió irse adentro para descansar con Momo, Abattoir apareció de entre las sombras que ocultaban su presencia. Soltó una risa suave, Ella nunca cambia. Pensó con cariño, es tan terca. Si sigue así no podra romper el contrato, podrá usar mi nombre como Garantía, pero eso no le servirá siempre. Abattoir que llevaba años conociendo a Momo no quería admitir que pese a su naturaleza indiferente sentía cierto cariño por la osa. Y ese instinto maternal que albergaba muerto dentro de su ser se activaba cuando se trataba de ella.

Osa tonta y terca. Pensó Abattoir. Nunca te sabes cuidar sola. Pero aquí aquí estoy, después de todo. Una madre hace de todo por sus hijos.

 Una madre hace de todo por sus hijos

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Abattoir.

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