"Eran conocidos como los hijos de sangre negra, los herederos al trono, los reyes caídos del mundo sobrenatural y los salvadores de almas, sus nombres eran; Daemon, Davina; Damian y Dalia Blackflame, y siempre serán recordados, que descansen en paz...
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ELLA DEBÍA...SI QUERA SALVAR A SUS HERMANOS ERA LA UNICA FORMA DE HACERLO. Miro a su alrededor estando sola..igual siempre se había sentido así.
Era la única opción, matar a su primer ancestro y con el una linea de sucesores no era opción, ella tenía que morir. Y pensando en sus hermanos, sonrío, sería un placer morir por ellos y para ellos.
El poder de un Blackflame nunca debería morir, si ella lo hacía, tendría opción, penso en como la recordarían, como una amante, una hermana, una parabatai, pero lo que la hizo soltar las lagrimas, era saber que sería recordada como traidora.
No importaría morir por la causa, sus hermanos nunca lo sabrían, ellos nunca sabrían que ella habría muerto para salvarlos y no al traicionarlos. Pero..
Ellos deberían haberlo sabido, así tal vez... No, no importaba. Nada hubiese cambiado, su destino ya estaba decidido y aunque se negaban aún a creerlo, ya era hora de que afrontaran que todo sus momentos, desde el primer inicio que llegaron a New york, no era el destino conocerlos,
