Planes

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¿Salí y fui hacia el carruaje? Al entrar, vi que estaba vacío. ¿Y Jimin?

No lo sé, príncipe.

Nunca saben nada, inútiles. Me bajé del carruaje y busqué a Jimin hasta que uno de los lacayos me dijo "el príncipe no ha salido de sus aposentos". Está bien, fui a la fuente del palacio donde el agua está más fría, llené un balde de agua, caminé hasta los aposentos de Jimin y mientras él dormía, le eché toda el agua haciéndolo brincar de la cama.

¡Jung..Jungkook! Dije e inmediatamente me dieron temblores. ¿Por qué me mojas?

—Se supone que debías estar listo.

Revisé mi reloj y aún era una hora más temprano. Pero si es más temprano de lo habitual.

—Te dije que haríamos el proyecto temprano, ¿qué no entendiste?

Pero no pensé que te referías a la hora.

—Qué inútil eres, Jimin. Arréglate rápido, no me hagas esperar.

Sí.

—Dices sí, pero no te mueves.

Es que espero que salgas para arreglarme, no te quiero incomodar.

—¿Es eso? ¿Seguro? ¿O alguien más ha dejado marcas en tu piel? Porque no entiendo ya todo lo que tienes. Lo he visto y muy bien te he puesto en formas en las que puedo ver hasta tu espíritu ¿Qué sentido tiene ahora venir actuar así? Si sabes perfectamente que en mí no provocas nada, debería darte lo mismo mostrarme.

No quería que Jungkook pensara mal, por eso empecé a quitarme la ropa mojada frente a su mirada penetrante y cuando terminé le pregunté: "¿Está usted ahora satisfecho?".

—No, aún no estoy satisfecho. Mira lo que le has hecho a mis pantalones.

Se veía como una montaña en los pantalones de Jungkook y me sentí avergonzado.

¿Por qué te sonrojas? ¿Haces eso para provocarme aún más? —Me acerqué a él y puse mis manos en sus hombros. Eres tan delicado y frágil.

No sabía qué hacer o responder, en mi mente está la imagen de aquel día en que, por desgracia, lo vi con Victoria y aún las palabras de la abuela emperatriz están en mi cabeza.

—¿Qué piensas, Jimin?

Jungkook, yo... yo necesito el templo cuanto antes, mi alma está siendo corrompida por la maldad y la oscuridad —hablé, a punto de llorar.

—¿Qué es lo que te tiene así? Te ves angustiado. ¿Qué pesa en tu conciencia?

Me aparté ligeramente de Jungkook. —¿Nunca has sentido que quieres hacer lo correcto pero no puedes?

—No, yo simplemente hago lo que quiero sin pensar si es correcto o no.

Pero yo no puedo hacer eso porque la vida de las personas está en juego.

—Ya dime de una vez qué pasa y me encargaré por ti. ¿Quién te molesta?

No, olvídalo, es algo que solo yo puedo resolver.

—Jimin, ¿haces esto para no corresponderme como mi consorte?

No podía entender a qué venía ahora ese comentario, si en reiteradas veces me ha dicho que no le gusta cómo soy —Príncipe, eres tú quien dice que mi sola presencia le produce asco.

—Y tú tomas lo que te conviene. ¿Por qué no dejas de vestirte con colores llamativos si también eso odio?

Hemos perdido mucho tiempo, lo mejor es que vaya a alistarme.

La Bestia y el DoncelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora