Hacer lo correcto, Jimin? ¿Qué es lo correcto para ti si lo que me dijiste antes es cierto? Yoongi es mi hermano mayor y el verdadero heredero al trono.
—Sí, así es...
Y tú claramente quieres ir con el que te correspondía, ¿no? Por eso fueron tus palabras la otra vez.
—No, no es así. Yo quiero permanecer a tu lado.
No me vas a engañar, Jimin. Te dejaré salir de esta celda, pero jamás Yoongi ascenderá al trono y jamás nadie debe enterarse de esto. No estoy dispuesto a renunciar a mi trono y ser menos de lo que soy, "el futuro emperador".
—¿Cómo es posible, Jungkook, que prefieras un trono a defender lo justo? Yoongi ha perdido todo y lo correcto es que él sea quien ascienda al trono, y yo te puedo jurar que nunca te dejaré.
Jajaja, no me hagas reír, Jimin. Todavía no entiendes. Esto no es por ti, es por mí. Realmente, tú no me interesas, pero el trono es mi anhelo. Por él he trabajado desde pequeño. Saber esa verdad no cambia nada. ¿Y qué si mi madre fue asesinada? Yo te mataría a ti si te interpones en mi camino hacia el trono. Así que sal de este maldito agujero, ve al palacio, ponte tus mejores ropas y finge demencia. ¿Entendido?
—Sí, entendido.
De vuelta al palacio, fui por mi águila. Sorprendentemente, Jungkook había cuidado de ella. El castillo no había cambiado en nada durante mi ausencia, ni se notó. Comí desesperado y luego me di un baño. Mi vientre se ve muy pequeño y eso me preocupa. No sé si mi pequeño está bien. Suspiré pesadamente y me pregunté: ¿Qué cosa no me genera angustia en este lugar? Son tantas cosas que no sé ni por dónde empezar. Estando en mis aposentos, me puse un vestido rojo y peiné mis largos cabellos. Me puse aceites aromáticos intentando oler algo agradable. Después de haber estado tanto tiempo en ese lugar, parece que aún sintiera ese olor impregnado en mi.
En una cueva en alguna parte del reino.
—Jhope, déjame salir, tengo miedo por la vida de Jimin, entiende que esto no está bien.
No, no puedo dejarte ir, Yoongi. Si lo admito, me siento mal por Jimin, pero tu bebé y yo te necesitamos.
—Amor, yo no quiero vivir a costa de una vida inocente. Jungkook es capaz de matar a Jimin.
Ya basta, Yoongi. ¿Es él más importante para ti que nosotros? Mira mi vientre, aquí crece el fruto de nuestro amor.
—Sí, amor, tienes razón. Perdón, prometo no hablar más sobre eso.
¿Lo prometes?
—Sí, pero acércate, quiero darte un beso.
Me acerqué a Yoongi, feliz de que por fin dejara de hablar de querer irse.
¡Perdóname! No esperé a que él contestara y lo hice dormir. Lo acosté delicadamente sobre la cama. Te juro, amor, que volveré sano y salvo a tu lado y al de nuestro bebé. —Solté a mi puma y emprendí mi viaje al palacio con mucha cautela.
Llegué al palacio sin ser visto por nadie. Escuché a algunas damas decir que el consorte había regresado. Sabía que era arriesgado, pero fui a los aposentos de Jimin siendo guiado por mi puma, quien ahora tiene cierto rechazo hacia mí. Abrí la puerta cautelosamente y al entrar, sus ojos se encontraron con los míos y con lágrimas en los ojos, él se acercó a mí.
—Perdón, Yoongi. Lamento que tengas que estar escondido por mi culpa.
—NO, Jimin, perdóname tú a mí por haberte dejado solo. Son muchas cosas las que no te puedo explicar.
—¿Tú sabías que la emperatriz era tu madre? ¿Tú sabías todo?
—No, yo no sabía nada, pero el día que una abuela y Jhope me llevaron, me contaron todo. Pero ahora me doy cuenta de que he perdido mi pureza y mi puma ha empezado a rechazarme, y no te he sido de utilidad.
—¿Pero por qué? ¿Acaso tú has matado?
—No, pero yo he dejado embarazado a Jhope sin saber que él es mi medio hermano. Lo amo y no puedo evitarlo. ¿Tú aún eres puro de corazón?
Sí, yo aún soy puro. Mi corazón sigue firme ante la injusticia y no pienso ceder ante la oscuridad. Pero ahora, Yoongi, quiero que sepas que he decidido hacer lo justo y lo correcto: tú eres el verdadero heredero al trono y te subiré a él.
—Pero, Jimin, ya te he dicho que amo a J-Hope y la verdad es que no te veo con otros ojos.
No te preocupes por eso. Aunque hayas perdido tu pureza, sé que los seres que tenemos o hemos tenido guía espiritual solo tenemos una pareja de por vida. Yo tampoco dejaría a Jungkook, es mi esposo. Solo te pido que cuando asciendas al trono, le perdones sus faltas y lo dejes ir conmigo.
—Jimin, entiendo que eres noble, pero Jungkook es todo lo opuesto a ti y a donde vaya solo traerá destrucción.
No, te equivocas. Jungkook es así porque el emperador lo ha hecho ser así, ha confundido su alma y mente, pero yo lo salvaré de esa amargura que lo persigue. Por ahora, vete, nos veremos luego.
—Sí, me iré, pero Jimin, si necesitas decirme algo o yo decirte algo, déjalo en la mesa de piedra del ala este. ¿Entiendes?
Sí, lo entiendo. Por favor, mantente oculto pase lo que pase.
Yoongi salió de mis aposentos y de repente la puerta se abrió nuevamente. —¿Por qué...? Me volteé y me quedé en silencio al ver a Jungkook.
—¿Por qué? —pregunté viendo el rostro pálido de Jimin.
—Nada —bajé mi rostro y empecé a tejer mi cabello.
—¿Esperabas a alguien más?
—No, no tengo a quién esperar.
—Jimin, tenemos semanas sin compartir y quiero dormir contigo esta noche.
—Si así lo deseas, está bien, príncipe.
Me acerqué a él deseoso de sentir su piel. Habían sido semanas en las que luché contra mí mismo porque deseaba ir a esa torre y poseerlo. Constantemente su suave piel y calidez me han atrapado, poniendo en riesgo mi naturaleza y mi posición. ¿Cómo puede ser que el ser que más odié sea quien me eleve a lo más alto?
Sentí las manos de Jungkook en mi trasero y supe lo que me esperaba, o eso creí, cuando de repente él me volteó y pegó sus labios a los míos, empezando un beso salvaje y necesitado. Su respiración estaba tan acelerada que parecía que hubiese estado corriendo.
—Te haré el amor como nunca.
Con mis manos, empecé a despojarlo de toda su ropa. No había manera de explicar todo lo que sus perfectas dimensiones me hacen sentir. Es que hasta su abultado vientre se me hace arrebatadoramente irresistible, los contornos de sus caderas y nalgas tan gloriosas me excitan sobremanera. Nadie tiene un cuerpo que me encante más que el de Jimin.
Empecé a tocar cada parte de él y amé tocar sus muslos duros, perfectamente moldeados y de gran tamaño, tan blancos como la leche. Escuché un ligero jadeo de Jimin y subí la mirada, viendo sus clavículas delineadas y perfectas. ¿Hay algo que no me guste de su cuerpo? Pasé mi mano por su entrada, sintiendo la humedad de su lubricante, y terminé metiendo un dedo mientras con mi boca atrapaba la suya.
Mi apetito lujurioso aumentaba a medida que escuchaba esos lloriqueos de placer. Saqué mi dedo de su entrada, acosté a Jimin en la cama y metí mi arma tiesa hasta el fondo. Vi cómo mordía su labio inferior, aferrando sus manos en mi cadera.
"Hazme tuyo, Jungkook", dije, sintiendo que me faltaba el aliento.
Sus brazos y piernas me estrechaban contra su cuerpo mientras me decía: "Muévete, por favor. Muévete". Empecé a menearme deseoso de cumplir su anhelo, lo hacía de arriba abajo, haciendo que mi polla entrara y saliera de Jimin, y en el proceso sentía cómo se contraía maravillosamente. Los raptos se hacían más seguidos y duros de parte de ambos, las embestidas eran enérgicas y el sudor recorría nuestro cuerpo. Los gemidos y jadeos no faltaban, hasta que por fin liberamos toda la tensión acumulada. Sin embargo, mi polla seguía dura y palpitante aún en su interior, por lo que tuvimos que empezar nuevamente.
La noche se nos hizo corta para las veces que nos entregamos. Ahora estábamos los dos exhaustos en la cama, con el día por empezar, entrelazados y él cerrando sus párpados por el cansancio. Pero aún así, logré escuchar su "Te amo, Jimin" casi en un susurro, como algo involuntario. Sonreí y le respondí: "Te amo más".
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La Bestia y el Doncel
Fiksi PenggemarJeon Jungkook, criado en una familia hostil, se encuentra atrapado en un compromiso matrimonial con Park Jimin debido a razones de conveniencia entre sus familias. Sin embargo, hay un giro inesperado: Jimin es todo lo que Jungkook desprecia en una p...