Bleeding Beast...

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  "Dos adolescentes se escapan de Marruecos,
con el corazón apretado
entre el chasis de un camión y el pavimento.
Uno de los dos logrará cruzar la frontera de la España africana. Llegará, sufrirá, lo odiarán por pobre, pero a los golpes armará su vida.
El otro solamente va a ser para siempre una mancha roja en el suelo de Ceuta..."

"Aporofobia"
-Agarrate Catalina-

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 Tres días casi ininterrumpidos de viaje. Dos cuerpos agarrotados de frío y de hambre. Y la dirección garabateada detrás de la fotografía, cruelmente vacía.

    La casa parece estar en ruinas. Parece el escenario de una tétrica película del fin del mundo. Solo una habitación pequeña en la planta baja se sostiene aún en pie: unas mantas en un rincón, un bidón de agua y una vieja chimenea vacía es todo lo que hay. 

   Gulf se deja caer derrotado. No tiene ni fuerzas para sentirse mal. Con manos temblorosas se aferra a la vieja fotografía y comienza a llorar en silencio. Quizás el verlo así, llorando como un niño pequeño, hace que Mew se aleje de allí, a paso rápido y en silencio. Quince minutos después sale de una gasolinería que el Gulf alcanza a ver desde la puerta entreabierta. Lo ve venir con una sonrisa en el rostro. La primera sonrisa que le ven muchos días. 

   —Ella te ha dejado esto...

    Gulf recibe el pedazo de papel arrugado como si se tratara de un tesoro. Reconoce su letra. Lee los números garabateados y ya no aguanta. Abraza a Mew con todas sus fuerzas.

    Fantasea con quedarse así, sintiendo el eco de su corazón en su pecho. Fantasea con embriagarse con esos latidos que de un momento a otro se vuelven más rápidos y descontrolados. Y así es cuando los brazos de Mew lo separan de él. Sin mirarlo lo arrastra hacia un viejo teléfono público enclenque que hay en la bifurcación de la ruta y un camino desierto, introduce un par de monedas y marca los números tratando de que Gulf no se dé cuenta del temblor de sus dedos.

    Se queda a un costado, mientras escucha la voz emocionada de Gulf cuando la atienden del otro lado. Y se obliga a pensar que es hora de volver a acostumbrarse a estar solo otra vez. Porque ese ser maravilloso que está a su lado jamás podrá corresponderle. Su corazón Ya le pertenece a alguien más. Mira el cielo que ya se está cargando de estrellas y suspira. Una risa de Gulf hace Inevitable el mirarlo. Ese rostro que por primera vez ve feliz lo conmueve y para que no lo vea llorar comienza a alejarse.  Y es entonces cuando oye esas tres palabras que cambiarán su vida para siempre... 

   —Te amo ... Hermanita ...