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   "Y yo que me doy el lujo de no morir de pobreza,
canto esta pobre canción hecha de inútil tristeza.
Y no sé, yo no sé,
cómo salir y salvarlos.
¿Cómo hacer, para hacer?
Si mi inquietud es un pájaro,
que chilla cobarde en un mundo cruel,
un pájaro negro y amargo. ¡Romped este mundo!
¡Volved a ser barro!
Valientes y amantes, ¡salid del letargo!"

"Aporofobia, retirada"
-Agarrate Catalina-

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Mew está despierto. Pero no abre los ojos. Desliza suavemente su mano por la manta caliente, buscándolo. Ha dormido muy poco. Pero se siente incapaz de hacer otra cosa más que acariciarlo y besarlo y hacer lo suyo otra vez antes de que el día comience. Pero su mano se desespera al buscar y no encontrar nada. Entonces Mew abre los ojos y se sienta de Golpe. 

   La manta a su lado está vacía, la habitación, también. Mew se estremece y antes de que se de cuenta ya está llorando. 

   "Se ha ido ...", piensa con dolor. 

   Se viste con torpeza. Está tan nervioso que tarda más de la cuenta en calzarse las viejas zapatillas. Sale el frío de la mañana sin importarle que una lluvia helada lo empapa en pocos segundos y lo hace tiritar. Corre torpemente por el viejo camino de la ruta. Llega hasta la gasolinería con el último aliento. Y con los ojos empapados por las lágrimas y no por la lluvia, ve como un ómnibus de larga distancia de dos pisos se aleja hacia el sur a una velocidad imposible de igualar, que hace que el corazón de Mew se ahogue de dolor dentro de su pecho. 

   "¡Maldita bestia de metal!", piensa Mew, "Me lo arrebataste!

   Derrotado y llorando pronuncia con voz entrecortada:

— Te amo ... —La bestia que ya no es más que una mancha en el horizonte—¡ Te amo! — vuelve a gritar.

   Pero entonces, otra voz, igual de desesperada que la suya, resuena muy cerca suyo:

   —¡Yo también te amo! 

    Mew no tiene el valor para darse la vuelta. Tiene miedo de que aquella voz que escucha solo sea producto de su imaginación desesperada. Pero entonces, un par de brazos se aferran a él y una boca cálida y temblorosa se pega a su boca y por unos largos minutos solo existe ese beso...

   —¡¿ Cómo pudiste pensar que me iría sin ti?!

    Mew sonríe, conmovido por aquel reproche.

   — No quiero, ni puedo, ni lo deseo, seguir en esta vida ... si no es contigo. Porque sólo contigo me siento capaz de derrotar a todas las bestias que se atrevan a aparecer en el camino... 

Ninguno de los dos quiere decir nada más. Sus bocas se buscan desesperadas bajo una lluvia torrencial.

   Y desde aquel mágico instante, todas las bestias del mundo empiezan a perder su poder y todos los Mew y los Gulf del mundo que se atreven a amar... lo saben ...

Bleeding Beast...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora