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Quería apartar la vista, pero no lo conseguía. Estaba estática frente a la asquerosa escena. No podía ni siquiera cerrar los ojos. Sentía como todo se me revolvía en el estómago.
Las manos de Max recorrían todo el cuerpo de Malena como si lo conociera a la perfección. Me producía escalofríos. Ella gemía al compás del tacto de él y tiraba de su cabello, como si estuviera desesperada.
No pude seguir conteniendo mis nervios, por lo que mis manos comenzaron a temblar. Mis piernas se volvieron mis más grandes enemigas porque decidieron no moverse. Solo quería irme. Pero al intentar moverme, y debido a la alteración de mi sistema nervioso, me tropiezo con el umbral y empujo la puerta de un movimiento rápido, ésta azota la pared, pegando un estruendo que dejó un sonoro eco en toda la habitación.
¡Mierda!
Cerré mis ojos con fuerza por un momento, totalmente desesperanzada, esperando lo peor. Pero fui obliga a abrirlos al sentir el ruido de ambos de sus cuerpos pegando un salto sobre la mesa. Me habían descubierto, ¿o yo los había descubierto a ellos?
Todo mi cuerpo se estremeció al escuchar a Malena pegar un grito ahogado al verme parada frente a ellos. Max fue el único que mantuvo su mirada puesta en mí. Ella escondió su rostro en el cuello de él, como si eso fuera de alguna manera, a ocultar su identidad.
Quise abrir la boca para disculparme o excusarme de alguna manera, pero las palabras estaban atascadas en mi garganta. Sentí como si toda la sangre se me bajara a los talones cuando me di cuenta de que la mirada de Max seguía cada uno de mis nerviosos movimientos.
Los segundos que pasé en silencio frente a ellos, con la mirada de Max penetrando todo mi cuerpo, se sintieron como años.
Me obligé a recomponerme y lo único que pude hacer fue salir corriendo del lugar. Ahora, lo que menos me importaba era mi bolso.
Corrí tan rápido por las escaleras que mis zapatillas se deslizaban en el resbaloso cemento. Mis manos seguían temblando y sentía un nudo apretado en mi garganta, que no se disolvía ni siquiera al tragar saliva.
El exhausto recorrido hasta la salida se sintió como una eternidad. Cuando al fin llegué, llevé ambas de mis manos a mi estómago para poder calmar mi respiración de algún modo. Me sentía ahogada, como si hubiera corrido un maratón completo.
Nico se encontraba junto a la gran puerta. Llegué jadeando hasta él, aún desconcertada por lo que acababa de pasar.
- Flo, ¿Qué pasa? ¿Por qué estás así?- Me preguntó con una expresión de suma preocupación al momento en que vió mi rostro, probablemente muy pálido y afligido. Yo no supe que responder, las palabras todavía no lograban formarse bien en mi cerebro. Mi mirada se perdió en un punto fijo mientras en mi mente recreaba una y otra vez la desagradable escena que había hace un rato.- ¡Respondeme! ¿Qué te ocurrió?- Volvió a preguntarme con un tono de voz firme, esta vez sacudiendo mi brazo, para hacerme reaccionar.
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I can fix him | Max Verstappen
FanfictionCuando Flo al fin consigue su pasantía de ingeniería en Red Bull Racing, tiene la cabeza llena de expectativas sobre lo que sería su primer año en la fórmula 1, pero lo que no se espera es que le dejen a cargo al arrogante Max Verstappen, quien esco...