10. Red wine and chaos.

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Florentine's pov:

Habían pasado dos semanas. Dos semanas en las que Max Verstappen no me había dirigido la palabra.

Desde aquella advertencia que Christian nos había hecho a ambos, mis nervios seguían de punta, mucho más luego de decidir que tendríamos que pasar seis citas juntos. Seis citas con Verstappen. Literalmente preferiría estar encerrada en una jaula con un león. Pero bueno, era eso o perder mi pasantía.

Desde ese día, él no me había mirado ni de reojo. Afortunadamente, el trabajo que tuvimos que realizar juntos no fue mucho, así que yo tampoco me animé a mirarlo. No sabía exactamente el porqué de su cambio tan abrupto. Antes parecía solo querer buscarme para pelear o amenazarme, y ahora, ni siquiera eso me había sacado en cara. Los cheques, las fotos, todo eso había quedado aparentemente atrás. Y es que, bueno, ninguno de los dos salía muy favorecido con aquel intercambio de amenazas.

Y no es que lo extrañara, en lo absoluto, es solo que, me llamaba la atención aquel cambio de actitud. No sabía si estaba simplemente posponiendo el tema de las citas, o estaba demasiado ocupado con su padre, que desde que llegó, lo sigue como una sombra por todos lados.

La verdad, es que no me importaba demasiado. Por fin podía hacer mi trabajo tranquila, y después de analizar y repasar con varios tés de manzanilla, llegué a la sana conclusión de que, sea lo que sea que tenga que hacer para cumplir con mi pasantía, lo haré, incluso eso sea tener que verle la cara a Verstappen diez años enteros. Ahora, si él no tenía la misma disposición, ese no era mi problema.

- ¿Estás segura de que irás así?

La voz de Maddie, mi hermana menor, me sacó de mi órbita mental.

Me miraba desde el umbral de la puerta, con esa expresión de desaprobación que tanto me hacía reír, pero que ahora me preocupaba.

- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué tiene de malo?

Me di la vuelta y me observé en el espejo. Hasta hace solo unos segundos, el pantalón de tela color marrón y la blusa blanca que llevaba puesta me tenían de lo más orgullosa. Pero ahora, al mirarme con más atención, empecé a dudar.

- Bueno, pues... ¿no es un evento formal?

Dejé caer mi cuerpo en la orilla de la cama, pensando en las palabras de mi pequeña, pero muy sabia hermana.

Hoy se celebraría el evento de apertura de la temporada. La primera carrera de Baréin estaba a la vuelta de la esquina y, como era tradición en Red Bull Racing, la fiesta de inicio se celebraría aquí, en Londres. Un hotel de lujo, sí, pero nunca nos especificaron el código de vestimenta. ¿Era de esperar que fuera algo formal? ¿Qué tan formal? Para mí, esto estaba bien, pero ahora me sentía insegura.

- Es lo único que tengo, Mads. No me bajes el autoestima.- Le respondí, alisando con mis manos mi modesto pantalón, que lo tenía hace más de tres años.

I can fix him | Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora