Queencard [GIDLE]

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"Do You Wanna Be The Queencard?"

Claro que no quería ser una Queencard, pero tampoco un cuatro de picas. Eso, desde el primer segundo, le generó problemas y el lunes se dio cuenta de que también dañara sus relaciones estudiantiles. Estaba jodida. Cuando llegó al salón, sin siquiera recordar el juego porque no le importaba, la gente la miró con desagrado y le dio la espalda para darle entender que no tienen ninguna intención de hablarle. Nadie se sentó a su lado y cuando levantó su mano para preguntarle algo a la profesora sobre la materia, esta ni siquiera la miró.

Era un bicho en el salón. Todos la miraban con asco, pero nadie tenía intenciones de generar otra interacción que esa, puede que hasta pensaran en aplastarla ¿Y todo porque nadie quería perder puntos por hablarle? Lo encontraba estúpido y hasta anticuado. Podía aceptarlo, a medias, si estuvieran en el siglo XIX.

Cuando le tocó el hombro al chico que estaba sentado al frente suyo para comprobar si había anotado bien el nombre de un libro que debían tener para estudiar. Este se dio vuelta, pero antes de que pudiera decirle algo, la chica más cercana le agarró la mano y lo alejó de ella. En ese momento se quedó quieta, incapaz de reaccionar a lo que estaba viviendo. Sin embargo, sabía que podía ser peor. Soyeon debió haber vivido algo peor ¿Y los números inferiores? Esos ni siquiera deben de poder tener la valentía de ir a la universidad, encerrándose un mes, incapaces de tener la oportunidad de subir y rezando que alguien bajara para que reemplazara su lugar.

Sacó su celular y mientras salía del salón abrió el correo electrónico que había recibido el domingo en la mañana. Se mordió el labio mientras buscaba a Soyeon, le preocupaba, ya que ni siquiera la pudo encontrar luego de recibir la carta. Se fue directamente en la parte inferior de la lista y buscó su nombre "Jeon Soyeon | 2do año de Quimica y farmacia | 5 de picas" Estaba ocho nombres más arriba que ella, mientras que bajo de ella solo había catorce nombres, cinco de ellos tachados.

Era cruel si pensaba que tal vez los tachados se fueron de la universidad.

Soltó un largo suspiro y trato de ignorar su situación. Hizo lo posible para tener una vida normal. No es que necesitara con urgencia una interacción social, era bastante introvertida e independiente para ello. No le molestó sentarse en el pasto para comer el almuerzo que se hizo, pero sí que en la clase Introducción de la Kinesiología, el profesor dijo que hicieran un trabajo en parejas la primera nota. Al ser la del menor rango en la clase, quedó sola, sin ninguna posibilidad de proponer ser compañera de alguien. Todos se alejaron como si fuera un virus.

Cruzó miradas con Shuhua, que la miraba mientras le rogaban ser con ella en el trabajo. Su carta era un "J" de diamante, o sea, superior a trébol y picas, pero no al corazón. Era la que tenía un valor mayor en el salón. La que había tenido una mejor buena impresión al llegar y así, la más popular. Dio un paso hacia dirección a Soojin, ella notó sus intenciones como así notó su miedo de hablarle ¿Cuánto bajaría al hablarle? ¿Qué pasaba al estar abajo? Shuhua quitó sus pensamientos de su cabeza y le sonrió a una de las chicas para aceptar, con mucha amabilidad, hacer el trabajo con ella.

Soojin dejó de mirarla para concentrarse en su cuaderno, podía aceptar lo que estaba viviendo en ese momento, el trabajo no era tan difícil y apenas llevaba una semana en la universidad. Todo lo malo podía ser arreglado antes de que terminara el semestre. Tenía tres meses para obtener una carta decente y así dejar de importarle el juego para concentrarse en sus estudios. No, se corrigió a sí misma, tenía un mes para eso. No quería atrasarse, no de nuevo.

Luego de que se acabaran todas las clases, fue hacia su hogar para crear su plan. En el camino sacó la tarjeta de su bolsillo para analizarla ¿Qué ser tan estúpido había creado ese juego? La giró entre sus dedos y sonrió un poco al ver que había logrado que se viera genial. Después de hacerlo un par de veces lo guardó en su bolsillo con una idea clara. La única forma para subir de puesto, sin perjudicar al resto, era mostrando quién podría ser a través de actos. Sin embargo, necesitaba ayuda.