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"How can I destroy Queencard?"

Dentro de la respuesta a esa pregunta, todas sabían que no podían romper la única regla del juego "Nadie debe de saber del juego". Junto con la nueva regla que estaban teniendo entre ellas "No se juega afuera de la universidad". Es por ello que los vecinos no sabían el porqué había tanta gente en el pasillo, no importaba cuantas veces le preguntaran, siempre recibían la misma respuesta.

—Solo estamos protegiendo a la chica del departamento de unos acosadores.

Sin embargo, cuando llegaba la policía para ayudarlas, no los aceptaban. No podían romper la regla del juego, no aún. Dentro de la universidad había gente importante, padres de renombre, alumnos a la mira de grandes hospitales y profesores políticos. Aún no podría entrar la autoridad, eso las pondrían en desventaja.

—¿Y cuándo pueden?—preguntó Yuqi.

—Luego de destruir el juego—respondió Miyeon.

Se encontraban en el departamento de la mayor. Minnie se encontraba anotando todo lo importante en la pizarra que compraron, Soyeon estaba sentada en el suelo comiendo unas papas junto a Miyeon mientras escuchaba al resto hablar. A su otro lado estaba Shuhua en su celular, chateando con alguien que nunca creyó que hablaría. Gracias al último movimiento del plan, estaba comunicándose con mucha gente. Yuqi estaba acostada en el sillón, mirando el techo mientras se hacía una trenza en su cabello por lo aburrida que estaba.

Soojin aún no tenía el valor de salir de su departamento. Solo abría la puerta cuando Shuhua llegaba con las compras de la semana. En ese momento, todas respetaban el momento y se alejaban del lugar para darles su privacidad.

Así fue todo el mes.

Las chicas hacían rondas cuando tenían el tiempo, mientras que cuando se encontraban en la universidad, parecía que Queencard no había cambiado en nada. Los 3 seguían recibiendo empujones y burlas, los 5 eran ignorados de una forma dolorosa, los 8 podían ser ellos mismo con sus cartas iguales y parecía que las cartas mayores seguían luchando subir su valor. A simple vista nada había cambiado y eso era por los movimientos de ambos bandos. Los hombres tratan demostrar lo mal que la pasaran si bajan sus cartas por el estúpido movimiento y las mujeres le seguía la corriente para que crean que ellos tenían razón.

En cuanto salían de la zona del juego, a tres cuadras más allá de la universidad, las antiguas y nuevas amistades se trataban como se debía, sin ninguna maldita carta que definieran como debían de comportarse y tratar al resto. Haciendo que hubiera unas notorias miradas cómplices en ellas en la universidad que hacía que los hombres se enojaran.

—Dios, no sé qué ponerme mañana—suspiró Miyeon, apoyando su cabeza en el hombro en un compañero de su carrera—¿Por qué no vamos combinados?

—No creo tener algo rosado—le dijo el chico en un tono burlón, deslizando su mano para entrelazarla con la de Miyeon.

—Debo de tener algo de otro color—suspiró y luego negó con la cabeza para alejarse y mirar al chico directamente a los ojos—¿Y si vamos de compras hoy? Una cita, yo invito.

—¿Una cita?—hizo una mueca—Pero pensé que ahora solo éramos amigos.

—Cariño, te conozco, sé que no te acostaste con Minnie como todos dicen que hiciste y, si es que pasó, sé que es culpa de esa perra—rodó los ojos y cruzó sus brazos, haciendo que se viera tierna enojada—. La conozco más que nadie, y déjame confesar algo que he notado por vivir con ella—se acercó al chico para susurrarle en el oído, mientras miraba directamente a Minnie que se encontraba, como siempre, sola y en su celular—. Creo que es una adicta al sexo—una de las cosas que provocó Queencard, era que los susurros nunca eran lo suficientemente bajos y que las palabras se expandían con una rapidez sorprendente por todo el salón.

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⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

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Queencard [GIDLE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora