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"Do You Wanna Be The Queencard?"

Las amigas de Momo recordaron aquellas letras rosadas que vieron cuando participaron en la primera ronda del juego cuando esta las invitó a salir con ellas y las otras dos Queencards.

"Vamos, chicas, fuera de la universidad, el juego no existe" insistió Momo cuando nadie le respondió el chat grupal.

Era el argumento que las hizo pensar. Si más allá de la universidad el juego no existían, ¿Por qué nunca se les ocurrió hablarles a aquellas amistades que perdieron por la diferencia de valor? Aceptaron con un poco de inseguridad la salida. Se iban a juntar a tres cuadras de la universidad.

Era extraña la idea de interactuar con una Queencard y mucho más con tres. En el momento que miraron a las tres grandes Q, se comenzaron a arreglar su imagen. Mina se arregló el cabello. Sana sacó su celular para verificar que su maquillaje estaba bien. Tzuyu ni siquiera se movió, pero se tensó. Dahyun sonrió ante la emoción y Jihyo se ocultó detrás de Tzuyu. Le había costado conseguir una buena carta y le aterraba la idea que Momo las había invitado solo para burlarse de ellas.

Ellas, al frente de esas tres chicas que parecían diosas, eran nada.

—¡Chicas!—Momo alzó la mano para saludarlas—¿Cómo han estado?

Estaban muy tensas para responderles. Minnie era mil veces más hermosa de cerca y eso las hizo entender el porqué era la inmortal Queencard. Minnie debería tener un valor mil veces más alto que el de su amiga. Esa diosa no debería de compartir valor con su amiga, quien según ellas mismas solían pensar con risas y ternura, comía como una cerda. No se podían imaginar a Minnie haciendo cosas de mundanos, solo estando en un trono.

Luego estaba Soyeon, que parecía que vendió su alma para estar en ese puesto. Ya no era la chica de lentes que todos ignoraban a propósito, Ya ni usaba lentes que tapaban lo impresionante que era. No la conocían lo suficiente para pensar que no encajaba, como Momo, pero una cosa estaba clara, se estaba adaptando a la perfección.

—No te preocupes—dijo Minnie sin dejar de caminar—. Luego se acostumbraran a su presencia.

Dahyun casi chillaba de la emoción al ver que una Queencard la miró. No, tres la hicieron. Minnie se detuvo y soltó un largo suspiro, esto iba a ser más difícil de lo que Soyeon se imaginaba.

—Vamos—dijo Soyeon, ninguna se movía—. Olviden el juego y divirtámonos.

Asintieron con la cabeza y comenzaron a seguirlas para ir caminando a lo que pensaban que era el departamento de Minnie. La caminata fue larga, ninguna hablaba, pero todas tenían largas conversaciones en su cabeza ¿Cómo sería el hogar de la chica que lo tenía todo? Se imaginaron una mansión, con un príncipe esperándolas para atenderlas.

Cuando pasaron al frente de la empresa de RBR, Sana y Dahyun se taparon la boca ante la idea de que ese rumor era real ¿Estaban caminando con alguien que conocía al grupo? Si una de las integrantes se encontraba en su departamento era lo más seguro que Sana se desmayaría. Ella era tan fanática del grupo que no tenía un bias. Adoraba a las cuatro integrantes con todo su ser, se notaba en las cuatro carpetas llena de photocards de ellas, hasta algunas que debió de luchar a tiradas de pelos para conseguirlas.

Su mirada estaba atenta por si veía a una. Habían vuelto de una gira mundial donde ella tuvo la suerte de poder ir a las dos fechas de los conciertos de Corea del sur. Le agarró con fuerza el brazo a Momo, como solía hacer siempre que se emocionaba, para apuntar a una persona que reconoció. El manager del grupo saliendo de una tienda de comida ¿Eso era lo que iban a comer ahora? Se iba a desmayar.

Queencard [GIDLE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora