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Su día anterior había transcurrido mejor de lo esperado, al parecer ese había sido de sus pocos días de suerte, sus padres no habían llegado a casa, pudo comer y tomar una bucha sin estar tan alerta como de costumbre y logro encontrar dinero, que sus padres habían dejado olvidado, si lo distribuia bien podria tener comida del konbini y algunas frutas durante al menos dos semanas y por lo cual tenia que organizarse lo mejor posible para que su plan diera resultados. Pero eso la haría durante algún tiempo libre entre sus clases, pues no podía dejar que su rendimiento escolar bajara pues a pesar de solo ir en la escuela primaria debido a sus circunstancias personales de ello dependía, su plan de obtener una beca para ingresar a un instituto de subyugacion de elite, encontrar un trabajo de medio tiempo y de hay enlistarse a los 18 años en el Cuerpo de Defensa Anti-Kaiju, que era el camino más viable para ella, aveces le parecia extraño, solo seguía siendo una niña pero ya conocía la realidad del cruel mundo. Ya sabía que es lo que debía hacer para asegurar su futuro y a la vez le gustaba tenia una meta que alcanzar y lo lograría.

Mirando desde la venta, hacia el patio de juegos de la escuela la pequeña se encontraba distraída, la clase se encontraba en curso, pero todo lo que la maestra se encontraba explicando, ella ya lo sabía. La clase trataba sobre los Kaiju y el Cuerpo de Defensa Anti-Kaiju, independientemente del tronco común de materias que llevaban también recibían clases especiales como esa, pues  tenían que saber como reaccionar ante un ataque Kaiju, pero por alguna razón a pesar de haber información nueva la mayor parte del tiempo, en las clases siempre repetían lo mismo. Pero aun así prestaba la mínima atención, por si llegaban a decir algo novedoso .

Después de un tiempo de no ver nada interesante por la ventana regreso su atención a su cuaderno donde decidió continuar con una lista de pendientes.

Todo esto para encontrarse con la maestra parada frente a su escritorio con una expresión de disgusto.

-Suita Kai- exclamó la maestra -podrias explícame tu evidente falta de atención ante mi clase y de no ser así explícame lo que estaba diciendo-.

Kai miro a la disgustada maestra y se levantó de su asiento, para cumplir con la demanda de esta

-Los Kaiju son monstruos misteriosos de diferentes formas y tamaños que atacan ciudades y personas en todas partes del mundo, estos poseen un Uni-Organo que contiene los poderes específicos de un Kaiju dependiendo de su naturaleza, algunos clasifican a los Kaiju según su tamaño "Mega, Grande, Mediano o Miniatura ", pero otros lo clasifican según su escala de poder- dijo Kai, a lo cual la maestra solo la miro y le dio una sonrisa.

-No solo por que sepas las cosas, quiere decir que vas a dejar de ponerle atención a mi clase, siempre hay que poner atención al más mínimo detalle, pero aún así bien hecho puedes sentarte Suita-kun- reprendio la maestra.

Kai la observo, asintió y tomo asiento, a lo cual su maestra continuo con su clase, -Alguien más podría complementar la información que su compañero nos dio-pregunto la profesora mientras continuaba con su explicación.

Kai miro a la maestra, había algo que a ella causaba confusión en estas situaciones y era que nadie se había dado cuanta qué ella era una niña, sabía que su corte de cabello y ropa no ayudaban mucho, y menos su nombre, aun así ella optaba por no decir nada, pues en una de las pocas ocasiones en las que había logrado hablar con su madre, ella le había dicho que ella había elegido un nombre de niño, para ayudarla un poco, hasta que su cuerpo se desarrollará, pues la sociedad podría ser un lugar cruel para las mujeres.

Kai lo entendió muchas veces vio a su padre golpear a su madre, y ella a pesar de intentar defenderse no lo logró.

Así la mañana continuo hasta que llego la hora del almuerzo, la mejor parte del día para ella, los almuerzos escolares solo se pagaban una vez al mes y costaban 500 yenes, y en algunas ocasiones podía repetir algún platillo, lo que evitaba que quedara con hambre y solo tuviera que cenar, el almuerzo paso sin incidentes al igual que el resto del día.

Después de horas que estaban pareciendo eternas en la escuela, el timbre al fin había sonado marcando el fin de las clases, la limpieza diaria al lado de sus compañeros fue rápida y eficiente y al terminar por fin era libre.

Kai se apresuró a tomar sus cosas y a salir de la escuela, para cumplir con su rutina diaria, en el camino hacia su primera parada al ir distraída revisando su mochila para asegurarse que no se le olvidara algo y tener que regresar a buscarlo, no se percato de las personas que bloquearon su camino.

-¡Suita te crees muy listo!- reprocho el niño, pues después de que la maestra reprendiara a Kai, al siguiente que le pregunto sobre la lección de ese día fue a el y a diferencia de Kai que si logro responder, el no lo hizo lo que, pues no había puesto atención lo que conllevó a que la maestra lo reprendiera y en su lógica de niños todo se devia por culpa de Kai.

-Si para ti así lo parezco puede que así sea- contesto Kai con una sonrisa burlona, claro que no era su culpa. -Por que no asumes la responsabilidad de tus actos, el que no puso atención fuiste tu, no yo, así que déjame en paz y ocúpate de tus asuntos Hotta-kun-.

La respuesta de Kai los habia dejado pasmados Hotta-kun y los otros dos niños que iban con el habian sido sermoneados por la profesora por la misma razon, y ese no era asunto de ella. Habiendo terminado de hablar con ellos por su parte Kai los rodeo y siguió su camino, no tenía que tiempo que perder, pero al parecer ellos no entrarían en razón tan fácilmente.

Kai solo sintió como de repente era jalada hacia atrás por su mochila para luego caer al suelo; miró hacia los causantes de eso [tal vez debió haberse quedado callada] penso [por que deveria hacerlo].

Meeting -Soshiro Hoshina-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora