¡Sorpresa!

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Eran pasadas las 4 de la tarde cuando estaban regresando a su apartamento, Jungkook viajaba como copiloto mientras Jimin estaba en el centro del asiento trasero, sujetando su teléfono entre ambas manos y tecleando sabrá la Luna qué cosa de manera rápida, el alfa se sintió casi triste por no tener la atención total de su omega, se estaba arrepintiendo de no viajar a su lado.

—Bebé, ignorar a los demás para estar en el teléfono es de muy mala educación —giró su cabeza y lo miraba directamente para tratar de reprenderlo sin sonar demasiado molesto al respecto.

—Ya voy, solo... —no despegó la mirada de su móvil y seguía tecleando sin prestarle verdadera atención al mayor—, tenía que mandar unos mensajes y eso —mira a Jungkook, se encoje de hombros y se acomoda mejor en el asiento, su teléfono se enciende por una nueva notificación así que regresa su vista de inmediato a él.

—Puedes responder en casa, cielo —dice con un tono desolado que hace que el menor le mire, el ojiverde parecía un niño haciendo un berrinche por atención, se sentiría estúpido si fuera la atención de otra persona la que busca, sin embargo es la de su omega la que solicita, quiere escucharlo hablar, reír o ver sus ojos a través del retrovisor, lo que sea solo con que sea él a quien se dirige.

—Te juro que ya casi termino, solo un poquito más y lo dejo, ¿si? —sonríe hacia el mayor para tratar de convencerlo, era obvio que lo lograría de inmediato.

—Bien —el rizado suspiró y regresó su vista al frente con resignación en la mente, tendría que soportar otro poco más.

—Lo perdiste, jefe —se burla Zico palmeando su muslo—, y por un teléfono, ¡que mal! —continúa son una sonrisa burlona a la que el alfa solo responde con un bufido. Cuando menos lo esperaron estaban bajando de la camioneta, Jimin no había hablado más desde eso, seguía concentrado en su dispositivo, Jungkook quería gruñir, lo sentía nervioso y apresurado con algo que no sabe qué es, quiere creer que es alguna tarea y que por eso su precioso ángel no le ha mirado en todo el trayecto, sin embargo, está de vacaciones y obviamente lo que le preocupa no es eso.

Jungkook toma la mano de Jimin para ayudarle a bajar del vehículo haciendo que el omega le sonría en grande por eso, avanzados unos pasos el omega se suelta de su agarre para ponerse frente a él y darle un suave beso en los labios.

—¿Puedes adelantarte un poco? —cuestiona ladeando el rostro de manera tierna, Jungkook se sintió tan mal, su omega no quiere caminar con él, su lobo estaba aullando tristemente en el rincón más profundo de su pecho, con la cola y las orejas bajas por la miseria de ser rechazado—. Necesito hablar con Zico sobre Yoongi, lobito —acaricia su mejilla al ver los ojos del mayor y sentir la tristeza en el lazo, lo que menos quería era causarle dolor. Los ojos del beta que caminaba a solo unos pasos de distancia se abrieron al máximo al escuchar las palabras del omega, eso hizo reír a Jungkook olvidándose por un momento del pesar que cargaba, se resignó a obedecer a su chico y subir sin él.

—Bien, te esperaré arriba —asiente y acuna el rostro de Jimin entre sus manos para dejar varios besos rápidos en sus suaves y gruesos labios, liberó un suspiro al verlo a través de las puertas del elevador, cuando éstas se cerraban.

Era ridículo pero se sentía tan mal al dejarlo solo, estaba en el mismo edificio pero se sentía como si lo hubiese dejado en otro país, como si las fronteras que los separan fueran demasiadas y como si su despedida hubiera sido para un tiempo prolongado o algo parecido, eso lo lleva a recordar su situación, en menos de un mes tendrá que salir de viaje dejando al amor de su vida por cuatro semanas, no sabe cómo es que soportará esa tortura si no puede siquiera adelantarse un poco sin querer soltarse a llorar por no sentir a su omega consigo.

where we land › kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora