ERES MIO

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No era nada nuevo que esos dos, ya no eran el señor y su caballero, incluso la amistad se quedaba corta a la relación que llevaban.

Una relación que solo esos dos tenían conocimiento.

Mientras ese ingeniero trabajaba por dinero en las mañana.

Gritaba de placer por las noches.

Y ya se habrán de imaginar quien era él que le hacía morder la almohada.

Pero los últimos días eran diferentes, estaban en el Palacio, claro que todo eran excusas de esa pelirroja por ver a ese feo castaño. No era necesario mencionar que todos los ojos del palacio estaban sobre esos dos.

" Cuando nos iremos de aquí". Soltó molesto el espadachin, ya no soportaba ver a su amante con esa mujer que no hacía más que coquetear , aparte que estaba prohibido tocar a ese castaño.

Estaba llegando a su límite.

En la mansión frontera estarían felices, ese espadachin encima de su señor y dándole hasta escuchar esos gemidos de placer que tanto le exitan.

"No desesperes Javier". Se limitó a responder, leyendo unos planos, claro que él igual deseaba volver a su mansión, pero no podía dejar todo por un capricho, si quería ser libre en el futuro, debe trabajar hoy.

Eso implicaba no caer ante las tentaciones

"Yo quiero tocarte". Hablo el espadachin, detrás de su señor, atrapandolo entre sus brazos y frotando su miembro con ese bultoso trasero.

"Sabes que no podemos". Antes de poder dar más argumentos la puerta de la habitación se abrió, sin pensar boto a su espadachin.

Su corazón latió a mil, el solo imaginar que si la reyna los descubría o empezará a tener sospechas de su relación lo hacía temblar, no por lo mal visto que  eran las relaciones del mismo sexo . Lo que en verdad lo preocupaba era ya no tener dinero.

"Señor Frontera la reyna ordena que cenara en la sala rela". Hablo el hombre que se atrevió a abrir la puerta sin tocar, claro que todo era ordenes de esa pelirroja.

No era una mujer tonta, claro que ya empezaba a tener sospechas y no podían ser tan descuidados.

"Gracias por el mensaje". Respondió, sintiendo esa mirada curioso del mensajero, viendo a Javier en el piso y el parado a unos pasos de él, claro que era sospechoso. "Puede retirarse".

Las puertas se cerraron y esos dos estaban solos de nuevo,  un Lloyd molesto, maldiciendo internamente la imprudencia de su caballero.

¿Tan difícil era esperar?

"No necesitas acompañarme". Soltó el castaño, acomodando su flequillo, debía verse bien para la reyna, todo por conseguir más contratos y tener dinero.

"Claro que te acompañaré". Respondió herido, la sangre le hervia al ver que 'su' hombre se arreglaba para otra persona.

(.......)

La reyna observa sería a ese castaño, entrando al comedor y detrás suyo su molesto caballero que no lo dejaba ni un segundo. Al principio se dio la idea que tenían esa relación porque se criaron desde que eran unos niños, pero ahora.....

No comprendía como esos dos dormían en la misma habitación, la relación que llevan no era de un señor y su caballero, claro que debía encontrar en motivo de esa relación que tenían, pero al mismo tiempo no debía ser imprudente.

Si quería tener el corazón de ese castaño.... Debía sonreír a su caballero.

"Gracias por la invitación reyna". Soltó con una gran sonrisa el frontera, sentándose al lado de la reyna, claro que era la única silla disponible en toda esa mesa.

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