Comodidad en Preyna -HIATUS-

Capítulo 24: El Retorno

¡Hola a todos! ¡Primero, solo necesito decir que lamento mucho que esto haya tardado una eternidad en salir! Ha pasado casi una semana desde la última vez que publiqué, y me disculpo. ¡He estado súper ocupado, pero prometo que mejoraré! De todos modos, es hora de otro capítulo. ¡Comfort In Preyna está tan cerca de ganar 20,000 vistas, todo gracias a ustedes! No sé cómo puedo expresar mi agradecimiento por todos ustedes, pero espero que sepan lo agradecido que estoy por todos y cada uno de ustedes. Solo un recordatorio, respondo a las críticas de todos, en caso de que se lo pregunten. ¡(Excepto para los huéspedes! Desearía poder responderles, pero no puedo, y lo siento!) Si me ha enviado una reseña de los últimos capítulos, le he respondido, así que si quiere ver lo que dije, puede consultar su Mensajería privada, ¡y lo más probable es que haya un mensaje para ti!(Estoy seguro de que muchos de ustedes ya lo sabían, pero por si acaso!) ¡Revisión de gritos a iNeptune! ¡Eres increíble! Actualización de la encuesta: Preyna está actualmente a la cabeza con un total de 5 votos. El segundo lugar es un empate entre Percabeth y Pertamis. ¡De todos modos, sigamos con el capítulo!

El POV de Percy

Percy estaba feliz de poder pasar un tiempo individual de calidad con Annabeth. Sin embargo, ese día todo lo que podía pensar era en la otra chica principal de su vida, Reyna. Su estúpido corazón no pudo evitar pensar en cómo sería una cita con ella. ¿Sería similar a sus citas con Annabeth? ¿O completamente diferente? Solo una forma de averiguarlo, pensó. Sin embargo, sabía que eso era una ilusión. No sería justo para Annabeth (a quien todavía amaba), Reyna (a quien se sentía profundamente atraído por alguna extraña razón), o mismo para el caso. Sí, Afrodita definitivamente se estaba riendo de los cielos.

Sin embargo, Percy había hecho un compromiso, y tuvo que atenerse a él. Sin mencionar esa comida y el tiempo a solas con su novia sonaba bastante increíble en ese momento.

Era el día después de que él había prometido sacarla, y Percy acababa de terminar de comer un pequeño almuerzo, porque sabía que iba a comer más en el café. Bueno, en realidad Annabeth le dijo que no comiera demasiado, pero Percy decidió que probablemente era lo mejor.

Percy estaba a punto de salir del comedor para entrenar durante unas horas antes de la fecha, pero notó que Reyna tenía una mirada ansiosa en su rostro. Esto era muy diferente a la expresión generalmente severa y segura que sus características reales generalmente aburren. Percy decidió preguntar qué estaba mal.

"Qué pasa?" Percy le preguntó a Reyna.

Ella se estremeció y se volvió. "Me asustaste, Percy!" Ella exclamó. "Lo siento, solo estaba pensando."

Percy hizo un gesto para que ella continuara. "Acerca de... ¿qué?"

"Bueno, ¿sabes esa búsqueda que enviamos hace unos días? Bueno, les dije que regresaran rápidamente en tres días. Han pasado tres días."

La mente de Percy se volvió hacia el día en que el trío se había ido para encontrar a sus amigos desaparecidos. ¿Dónde estaban ahora? Con suerte en su camino de regreso y no en el sistema digestivo de algún monstruo. Su estómago cayó. "Tienes razón."

Una pausa desconcertante pasó entre los dos mientras contemplaban las consecuencias de enviar a tres semidioses inexpertos en una búsqueda. Bueno, más como una persecución de ganso salvaje, porque casi todos sospechaban que dos legionarios desaparecidos estaban en manos del ejército gigante. Sin embargo, con suerte, los otros tres no se convertirían en una adición a su colección de media sangre.

"Estoy seguro de que volverán pronto", dijo Percy, tratando de aligerar el estado de ánimo. Reyna no parecía tan convencida.

"Sí. Estarán bien", estuvo de acuerdo vacilante, aunque Percy pudo escuchar que no creía plenamente sus propias palabras.