Trece: Un mago, la piedra y el lobo.

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— Te ves diferente. ¿Más enano quizás?

— Tu te ves diferente. ¿Más imbécil quizás?. — el hombre elevó las manos sonriendo de forma burlona, y tomo el baúl de Regulus.

— Solo estaba bromeando.

Regulus lo miro molesto, durmió poco los últimos días que quedaban y en un par de días volvería a Hogwarts.

Su descanso duro poco.

— Tío. — el hombre camino por el callejón oscuro iluminado por una leve ilumacion mientras miraba a Regulus de reojo. — ¿Sabes de los sueños proféticos?.

— Horribles. Para nada ciertos. Tendencia a la locura cuando piensan que son reales. — musito y antes de que Regulus diga alguna otra palabra su tío lo tomo de la mano y al instante estaban en la casa Black. Su mareo no fue como la primera vez, ahora era leve e indoloro — ¿Tuviste alguno?

Iba a negarlo pero no habría objeto, nunca tuvo uno y por lo que sabía en su antigua vida, su tío Alphard había tenido varios.

— Si, una sombra decía mi nombre. — no diría que la sombra de un mago que buscaba — Se que eso sifnifica que podria tener mas.

La mirada de su tío se volvió algo más cariñosa mientras soltaba su baúl en el suelo y se ponía a su altura tocando su hombro.

— Úsalo a tu favor Regulus, los sueños son llaves del conocimiento para aquellos que saben pensar. No seas tan idiota, si vas contra la marea perderás. Aprende a ir con ella y usala a tu beneficio.

El hombre se levantó arreglando su saco y le sonrió levemente.

— Linda charla. Ten buen año niño, escribeme más seguido. Sería interesante tener un hijo unos días que pueda devolver a sus padres cuando no me agrede.

Alphard desapareció en un instante haciendo que él solo haga una mueca para bajar y sostener su baúl.

— Nos veremos pronto, padrino.

***

— ¡Todos a bordo del expreso de Hogwarts!

Iba a subir cuando una mano lo detuvo, volteo a ver está vez a su padre muy sorprendido mientras este se agachaba a hablarle en voz baja.

— Desapareció uno de mis ejemplares más preciados, Arcturus. Solo espero que cuando vuelvas esté año, el libro aparezca. Estaremos en problemas si no aparece, o mejor dicho estaras, y si te deje ir a una casa... Muggle. Espero el respeto que merezco. ¿Entendido?

Trago en seco y asintio con una mirada que esperaba que demuestre confusión e inocencia infantil.

— No se de que me hablas padre. Pero prometo buscar en mi recamara cuando vuelva.

La mirada y rostro inexpresivo de su padre lo hizo estremecer. Era de esas que sospechaba pero no diría, lo soltó y le hizo una seña para que continúe caminando. Movimiento que Regulus aprovecho para huir.

Al entrar al vagón de los de primer año escucho aún más griterío que la primera vez y cuando iba a pasar uno sintió un tirón que lo hizo meterse dentro.

— ¡Ahora sí! — exclamó queriendo sacar su varita pero se detuvo al ver a Thony y Bastian sonriendo de manera burlona — Casi los mato.

— Casi, eso es bueno.

— Si, digamos que si — murmuró Regulus dejando su baúl a un costado y sentandose en el asiento cerca de la ventana dejando a los chicos en la puerta seguramente esperando que pase Jordan.  — ¿Cómo les fue estos últimos días?

Regulus Black y el misterio de Nicolás FlamelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora