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el misterioso encapuchado se quita la capucha voluntariamente por primera ves desde hace dias.

Se acerca a un charquito cerca de un farol en la calle para ver su reflejo.

Su rostro esta roto. La porcelana siguie siendo fragil.

Desde que fue capturado por el Rey no tuvo eleccion, intento escapar y lo castigaron. Muchas veces.

Con el tiempo se dio cuenta de que era inutil resistirse a una fuerza como la del Rey, y termino siendo el verdugo.

El verdugo de piel de porcelana.

Su mejilla estaba quebrada cerca del pomulo, y un pequeño agujero en el borde de su labio amenazaba con agrandarse y partir su rostro en pedacitos.

Se encamino hacia la pequeña tienda que tiene un cartel que afirma reparar todo. Aun no apaga las luces a pesar de que no hay nadie en las calles.

El Encapuchado entra en la tienda.

Dentro, el lugar es un caos hermoso, lleno de objetos, historias, secretos, colores, sentimientos y magia.

Magia.

Un arma de doble filo.

Se puede usar para crear lugares como el que acaba de ser descrito, y se puede usar para hacer cosas como el rostro del Encapuchado.

Se escucha un ruido y un hombre no muy viejo sale envuelto en una nube verde de esperanza y olor a té con azucar.

El Encapuchado remueve un poco la niebla magica de su rostro, permitiendole al hombre de la tienda ver su labio roto.

La cara del dueño de la tienda empalidece.

El Encapuchado se preocupa. ¿lo habran reconocido?

No. eso seria imposible.

El Rey le hecho una maldicion. Nadie que esté bajo el mando del Rey puede recordarlo.

El Encapuchado se relaja y, delicadamente, se hecha la capucha un poco hacia atrás, revelando su rostro casi al completo, pero sin quitarse el gorro.

La cara del hombre pasa de la preocupacion a la lastima en lo que aletea una mariposa.

- ay, ¿quién te hizo esto?

El hombre se acerca al Encapuchado, pero este retrocede instintivamente.

El Encapuchado apunta al cartelito al lado de la puerta que afirma reparar todo, y luego apunta a su rostro.

El hombre asiente y le hace una seña para que pase.

El Encapuchado lo sigue hasta llegar a un espacio que parece consumido por repisas y objetos en las paredes, en el suelo y algunas cosas cuelgan del techo.

El hombre apunta a un banquito, el Encapuchado se sienta.

- supongo que no vamos a hablar mucho. – dice el hombre mientras busca algo entre el mar de cosas que contiene ese lugar.

el Encapuchado asiente.

Y la pregunta le parece ridicula, ¿cómo va a hablar si le estan pegando las piezas de su rostro?

Un escalofrio de emociones grises y rojas recorre la espalda del Encapuchado al recordar como fue que se hizo semejante brecha en la cara.

Fue el Rey.

El Encapuchado volvio con las manos limpias de una de las misiones que le mando el Rey, y recibio su castigo por incumplir una tarea tan simple como exterminar un cuidadano que representaba una amenaza para la paz del Reino.

Los Títeres Del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora