DIE FOR YOU |Katsuki|

Capitulo 7

𝙳𝚎𝚜𝚌𝚘𝚗𝚘𝚌𝚒𝚍𝚘

—¡Otro mojito para la mesa dos!

Sirvo con rapidez lo que me pidieron, para así entregárselo al garzón y nuevamente correr hacia la esquina de la mesa del bar para atender a lo nuevos clientes.

Debido a que era viernes, el lugar estaba mucho más lleno que de costumbre por obvias razones, además que la universidad cercana decidió hacer una temática de disfraces en este bar para celebrar las primeras semanas de clases de los de primer año, así que todos los que trabajamos aquí hemos estado corriendo de un lado para otro.

—Akira, ¿puedes atender al tipo de allá? —me pide uno de mis compañeros—. Yo me encargo de ellos.

—Claro.

Me dirijo hacia la otra esquina del mesón, acercándome a un tipo que tenía una sudadera de color negra con la capucha puesta. Apenas podía ver su rostro ya que tenía la cabeza agachada.

—Bienvenido —musito en voz alta debido a lo fuerte que estaba la música—. ¿Qué desearía tomar?

—Un shot de tequila.

—Por supuesto.

Me volteo para sacar la botella que había abierto hace poco y un vaso pequeño para así servirle frente a él. Me extrañó un poco que pese a eso, no haya levantado su cabeza.

—Aquí tiene —informo, dejándolo frente a él.

Finalmente, levanta su cabeza, mostrando su rostro, sorprendiéndome un poco.

Su cabello era bastante oscuro. Aunque por la oscuridad no se veía bien, podría asegurar que era de color negro. Sus ojos eran azules y además tenía una especie de cicatrices por debajo de la mandíbula que llegaban hasta su pecho.

Por alguna extraña razón, se me hizo familiar...

—¿Has venido aquí antes? —pregunto curiosa.

Veo como el mayor bebe lo que le serví como si nada, mirándome de reojo.

—¿Por qué la pregunta?

Eso me puso algo nerviosa, a lo que preferí esbozar una sonrisa, negando con la cabeza.

—No, por nada —aseguro—. Creo que son cosas mías.

—Ya veo... —emite—. ¿Trabajas aquí desde hace tiempo?

—No mucho —me encojo de hombros—. ¿Y tú? ¿Eres estudiante?

—...Podría decirse que sí.

Asiento. Eso explicaba las cicatrices de su rostro. Parecían bastante reales...

—¡Akira! —escucho el llamado de mi jefe a lo lejos—. ¡¿Puedes atender aquí?!

—¡Ya voy!

Me dirijo hacia dónde me pidió el mayor, y así es el resto de la noche, en dónde solamente servía tragos y los entregaba. Pero lo que más me sorprendió era que aquel tipo de la esquina no se iba, y en ningún momento lo vi moverse de su lugar.

Miro la hora de mi celular. Ya eran las tres de la mañana y mucha gente se había ido. El lugar ya estaba quedando vacío, así que aproveché de limpiar el mesón.

—Para no llevar trabajando tanto tiempo eres bastante ágil —murmura aquel tipo de cicatrices en su mismo lugar.

—Gracias, supongo...