IX

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No supo de su existencia, no sabía ni quién era. En ese momento lo único real era aquel dolor infernal que se extendía por su rostro, dejando un ardor insoportable.
Eso es lo único que Quackity tiene en su mente, no hay nada más.

Su conciencia no tiene la fuerza necesaria para despertarlo o de hacer que el dolor se extinga.

¿Y todo ésto por qué sucedió?, se preguntaba. ¿Acaso se encuentra pagando sus pecados?, ¿O los dioses armaron todo un complot contra suya debido a Luzu? No sabía, y aunque lo supiese no tiene en claro qué haría con esa información.

Una mano fría es colocada en su frente sudorosa, y aquel tacto provocó que frunciera el ceño.

En estos momentos su conciencia tiene más control, ya no se encuentra en la oscuridad.

- ¿Por qué sigue sufriendo? -

Preguntó una voz dulce y amable que pudo reconocer fácilmente. Foolish lo está... ¿Cuidando?

- Es normal, se encuentra en un estado de conmoción por la situación de peligro que experimentó. -

Esa respuesta resonó en su cabeza, y rápidamente unos pequeños fragmentos de recuerdos inundaron su mente.
Su expresión se retorcía en diferentes gestos de dolor y pánico mientras su cuerpo empezaba a sudar.

Foolish se preocupó más al ver aquello y su mirada afanada se dirige al médico. El anciano simplemente asiente levemente con la cabeza para después inyectar unos calmantes por medio de una intravenosa.

Poco a poco Quackity empezó a sentir descanso, y nuevamente su conciencia caía en los brazos de Morfeo.

La calma era impresionante, simplemente se sentía flotando entre mares de dolor. Es bastante raro de explicar.

Y cuando parece que nada lo puede agitar, su pesado párpado se abrió dejando a la vista un techo pulcro con candelabros de película.

- Ahg.... No puedo. -

Dijo entre quejidos al intentar sentarse.
Quackity definitivamente notó que su dolor simplemente era aplacado por los medicamentos mientras estuviese quieto.

Qué horror.

Es entonces que mueve con esfuerzo su cabeza a un lado para observar un poco el alrededor. Antes no lo había hecho de manera correcta...

Las últimas gotas de iluminación daban una buena vista, y sus ojos negros se posaron en un hermoso cuadro.
Ahí observó a un joven relajado, absorto en sus pensamientos, con una piel blanca y manchas verdes en sus ropas.

Quackity no pudo evitar sentir curiosidad por eso, no cualquiera tiene un cuadro de alguien en su habitación. Seguramente es una persona importante, pensó.

Luego de varios minutos quitó su vista del cuadro y observó el resto de la habitación. Hay varios adornos ostentosos, y unos cuantos muebles, pero nada realmente revelador.
Es ahí cuando un ruido lo hace ponerse alerta. Quiso moverse rápido para ver de dónde viene el ruido, pero los punzantes dolores impidieron su acción.

Resignado simplemente intento bajar la mirada para ver, aunque sea un milímetro, la entrada.

Y ahí estaba.

Su sonrisa aterradora ilumina su rostro, y sus ojos apagados dejaban a la imaginación los pensamientos que pueden estar volando en su cabecita.

- Ay, la idea no era ser descubierto. - Dijo en un tono dolido mientras se acerca a uno de los muebles cerca de la cama. Parece que en está ocasión no va a sentarse en la cama. - ¿Te gustó el cuadro? Noté que lo admiraste por un buen rato. - Agregó con delicadeza dejando ver su interés en el pato, brindándole una atención muy detallada a sus expresiones.

Quackity simplemente mostró su asco y desprecio, ni se molestó en responder.

Movió su cabeza suavemente para tener su vista en el techo, ahora mismo no quería nada con el psicópata narcisista de Willbur.
Está en ese estado por ese maldito loco. Era obvio que no planea ni verlo.

- ¿Qué sucede? ¿Estás molesto? - Preguntó con osadía mientras cruza los brazos.

Quackity cerro su ojo en un intento de quedarse dormido.
Y Willbur observó aquello con emoción, es simplemente magnífico para sus ojos.

- No importa, de todas formas te lo explicaré. -

- Ahg... ¿No tienes nada mejor qué hacer? -

- Ohh, pero la bella durmiente si puede contestar. -

Arrugó su rostro dejando en evidencia su enojo mientras abre su ojo. Aún se niega a verlo por lo que simplemente se limita a mirar el techo de la habitación.
No planea responder ni seguir el juego, solo lo dejará ser, en algún momento se debe de cansar ese demente.

Willbur por su parte respira hondo mirando el cuello pálido del menor.

- Hace unos años atrás, en un lugar lleno de edificios existió un ser viviente, uno que podría ser considerado monstruo por algunas personas. - Comentó el castaño dando una pausa. - Él era un chico mitad slime, alguien demasiado ingenuo. - Finalizó con un tono suave, y justo en ese momento un leve movimiento llamo su atención.

- Oh, bebé, ¿Planeas matarme? -

Ese comentario resonó la habitación, y Quackity, quien hasta hace unos segundos estaba intentando encontrar la pistola que antes había debajo de su almohada, mostró nervios.

- ¡Es tu culpa, wey! -

Dijo con algo de exaltación dando como finalizado su búsqueda debajo de su almohada.
Se mostró severamente molesto, y comenzó a resoplar.

Para Quackity es demasiado tedioso ésto. No se encuentra bien, no sabe dónde está, y esté lunático lo lleva a cosas peligrosas, ¡Dios apiadate!

- Bueno, si no quieres escuchar no hay nada que hacer. - Se levantó de su asiento y se estiró. - Traeré al médico... Y te prometo que para dentro de dos días traeré la cura a tus dolores. - Terminó de hablar dando una reverencia de despedida.

Luego, aquel hombre excéntrico, se marchó dejando unos cuantos cánticos por el camino. Su voz fué melodiosa, quizás demasiado para su gusto.

Solo pudo cerrar nuevamente los ojos mientras en su mente resonó el suave canto del loco.














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❝ᣟ⃟᳕᳑𝑶igan, no he muerto.
HAHAHAHA ✰
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⏰ Última actualización: Nov 13 ⏰

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