Capítulo 1

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El sol estaba comenzando a ocultarse sobre Liverpool, pintando el cielo con tonos anaranjados y rosados. Las calles del barrio de Woolton mantenían su habitual bullicio, con niños corriendo y jugando, y adultos regresando a sus hogares después de un largo día de trabajo. En una de esas calles, en la iglesia de St. Peter, comenzaba a armarse un pequeño escenario para un evento local.

John Lennon, un joven de 16 años, afinaba su guitarra con una expresión concentrada. Era el líder de The Quarrymen, una banda de skiffle formada por un grupo de amigos del colegio. La música era su refugio, un escape de las tensiones familiares y las incertidumbres de la vida adolescente. Mientras ajustaba las cuerdas de su guitarra, sus pensamientos se entremezclaban con las notas que flotaban en el aire.

“¡John!” llamó Pete Shotton, su amigo y compañero de banda, mientras acomodaba su batería improvisada. “¿Has oído que hay otro chico por aquí que toca la guitarra? Dicen que es bastante bueno.”

John levantó la vista, esbozando una sonrisa desafiante. La idea de un nuevo talento en el vecindario despertaba su curiosidad y competitividad innata.

“¿Ah sí? Bueno, ya veremos si puede seguirme el ritmo,” respondió, con una mezcla de arrogancia y genuino interés.

Al otro lado del campo, Paul McCartney, de 15 años, observaba la preparación del escenario con curiosidad. Había oído hablar de The Quarrymen y sentía una mezcla de excitación y nerviosismo al pensar en conocer a la banda. Paul había traído su guitarra, con la esperanza de que tal vez le dejaran tocar una canción o dos. Bajo su brazo, la guitarra parecía una extensión natural de sí mismo, un instrumento que había aprendido a dominar con pasión y dedicación.

“Vamos, Paul,” le dijo Ivan Vaughan, su amigo y el responsable de invitarlo al evento. “Te presentaré a John.”

Paul asintió, ajustándose el flequillo y siguiendo a Ivan hacia el escenario. Al llegar, se encontraron con John, que estaba probando unas notas en su guitarra. La atmósfera se llenó de una tensión casi palpable, una mezcla de anticipación y potencial.

“John, este es Paul,” dijo Ivan. “Paul, este es John.”

John alzó la vista y evaluó al joven que tenía delante. Paul le sonrió, extendiendo la mano. Había algo en la presencia de Paul, en su postura y en su mirada, que capturó la atención de John de inmediato.

“Encantado de conocerte, John. Ivan me ha hablado mucho de tu banda,” dijo Paul con una sonrisa que irradiaba confianza y humildad a partes iguales.

John estrechó la mano de Paul, notando la firmeza en el apretón. Había algo en la mirada de Paul que le resultaba intrigante, una chispa de determinación y pasión.

“¿Tocas la guitarra?” preguntó John, aunque ya conocía la respuesta. La pregunta parecía más una formalidad, una manera de iniciar lo que ambos sabían sería una conversación crucial.

“Sí, y también puedo tocar el piano y un poco de bajo,” respondió Paul con modestia, pero con un brillo en los ojos que delataba su orgullo y su amor por la música.

John arqueó una ceja, impresionado. La versatilidad de Paul era evidente, y algo en su interior le decía que este encuentro no era casual.

“Bueno, ¿por qué no subes y tocas algo con nosotros?” dijo John, sintiendo una extraña certeza de que este encuentro cambiaría algo en su vida.

Paul asintió, emocionado. Subió al escenario y se unió a la banda. John le pasó una guitarra y, tras unos ajustes rápidos, comenzaron a tocar juntos. La primera nota fue como una chispa, encendiendo una llama de creatividad y camaradería que resonó en cada acorde y en cada mirada compartida.

La música fluyó con naturalidad, como si hubieran estado tocando juntos toda la vida. La gente que se había reunido alrededor del escenario comenzó a aplaudir y a moverse al ritmo de las canciones. John y Paul intercambiaron miradas y sonrisas, sintiendo una conexión instantánea. Era como si cada nota, cada pausa, estuviera perfectamente sincronizada, creando una armonía que iba más allá de la mera música.

Esa noche, bajo el cielo estrellado de Liverpool, nació una amistad y una colaboración musical que cambiaría el mundo para siempre. Sin saberlo, John y Paul habían dado el primer paso hacia la creación de una de las bandas más icónicas de la historia: The Beatles. Mientras las últimas notas resonaban en el aire y los aplausos llenaban sus corazones de alegría

Ecos De Liverpool | Mclennon | #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora