Capítulo 10

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El zumbido del motor del avión era casi hipnótico mientras los Beatles volaban de regreso a Liverpool. La gira por Estados Unidos había sido un éxito rotundo, y la Beatlemanía estaba ahora en pleno apogeo en ambos lados del Atlántico. Los cuatro chicos de Liverpool estaban agotados pero llenos de una euforia inagotable por todas las experiencias vividas.

John y Paul compartían una mirada en silencio desde sus asientos. Había una tensión palpable entre ellos, una mezcla de sentimientos no dichos que ambos sabían que tarde o temprano tendrían que enfrentar. Mientras el avión surcaba el cielo nocturno, la oportunidad para esas confesiones parecía más cercana que nunca.

“Paul, ¿puedo hablar contigo un momento?” dijo John, rompiendo finalmente el silencio.

“Claro, John. ¿Qué pasa?” respondió Paul, su tono mostrando tanto curiosidad como un leve nerviosismo.

John respiró hondo y miró a su amigo a los ojos. “Es sobre nosotros, sobre cómo me siento cuando estoy contigo. No sé cómo decirlo, pero…”

Antes de que John pudiera terminar, Paul lo interrumpió, su voz temblando ligeramente. “Yo también, John. Siento algo muy fuerte por ti, algo más que amistad. No sé cómo explicarlo, pero no puedo seguir ignorándolo.”

Ambos se miraron, sorprendidos pero aliviados de haber compartido finalmente sus sentimientos. Se dieron cuenta de que sus confesiones habían salido casi al unísono, como si sus corazones hubieran estado sincronizados todo este tiempo.

“Entonces, ¿qué hacemos ahora?” preguntó John, una sonrisa tímida asomando en sus labios

“Creo que solo necesitamos tiempo para entenderlo y ver a dónde nos lleva,” respondió Paul, tomando la mano de John en un gesto de apoyo y cariño.

El resto del vuelo transcurrió en una mezcla de silencios cómodos y conversaciones suaves. Habían abierto una puerta que ninguno de los dos estaba dispuesto a cerrar, y eso les daba una sensación de esperanza y emoción.

De vuelta en Liverpool, la banda fue recibida como héroes. Los conciertos programados en su ciudad natal eran una celebración tanto para ellos como para sus fanáticos leales. Después de una actuación electrizante en el Cavern Club, los cuatro decidieron ir a un pub cercano para relajarse y disfrutar de la noche.

El pub estaba lleno de vida y risas. John, Paul, George y Ringo se sentaron en una mesa en una esquina, rodeados de amigos y admiradores. Las pintas de cerveza iban y venían, y las historias y risas llenaban el aire.

“¡A la mejor gira de nuestras vidas!” brindó Ringo, levantando su vaso.

“Y a los mejores amigos que uno podría pedir,” añadió George, chocando su vaso con los demás.

John y Paul se miraron, compartiendo una sonrisa secreta. La noche avanzó y las risas se hicieron más fuertes, las historias más alocadas, y los corazones más ligeros.

Con la noche llegando a su fin, John y Paul decidieron que era hora de irse. Se despidieron de los demás y salieron tambaleándose del pub, riendo como dos niños que se escapan en la noche.

“Vamos, te llevo a casa,” dijo John, su brazo alrededor de los hombros de Paul para mantener el equilibrio.

“Gracias, John. Sabes, esta noche ha sido increíble,” respondió Paul, apoyándose contra su amigo mientras caminaban por las calles silenciosas de Liverpool.

Al llegar a la casa de Paul, ambos estaban demasiado borrachos para coordinar bien sus movimientos. Rieron mientras tropezaban con la puerta, tratando de encontrar las llaves.

“Te quiero, Paul,” dijo John de repente, su voz suave y sincera.

“Yo también te quiero, John,” respondió Paul, sin dudarlo.

En un impulso, se acercaron el uno al otro y se besaron. Fue un beso suave, cariñoso y lleno de amor. No había prisa ni confusión, solo el reconocimiento de algo que había estado creciendo entre ellos durante mucho tiempo.

“¿Quieres quedarte esta noche?” preguntó Paul, su voz apenas un susurro.

“Sí, me encantaría,” respondió John, sonriendo.

Entraron a la casa, cerrando la puerta detrás de ellos. La noche continuó, llena de susurros y risas apagadas, de caricias y besos robados. Habían encontrado algo especial, algo que les daba fuerzas para enfrentar cualquier desafío que el futuro les pudiera traer.

Ecos De Liverpool | Mclennon | #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora