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El dormir en una habitación llena de otros niños era algo sumamente extraño para ambos... Estaban acostumbrados a descansar juntos desde hace años, pero siempre habían sido ellos dos y nadie más.
El joven azulino se acostó en la que ahora sería su cama, la cual estaba junto a una enorme ventana, y del otro lado, separado por una mesa de luz, estaba la cama de su compañero McMilliam. El lobo se subio con él, haciendo que el niño se acomodara y lo abrazara para descansar, por su parte, el animal mantenía las orejas arriba para estar atento ante cualquier situación.
-Duerme un poco... ¿De acuerdo?- Le pidió el azulino antes de dejarle un beso arriba del hocico.
-Dormire después que usted ya duerma... Ahora descanse, mañana será un día largo.- Mencionó con voz tranquila el canino, lamiendo la mejilla del señorito.
Sus compañeros aún se sorprendían al escucharlo hablar, algunos incluso llegaban a temblar debido al pánico que les causaba aquella voz... Más debían acostumbrarse a la situación tan confusa.
La luna estaba en un punto sumamente alto cuando la habitación entera estuvo en silencio, todos los niños ya dormían profundamente y no parecía haber peligro cerca. El lobo acomodó su cabeza en sus patas, movió las orejas una vez más para confirmar que no haya nadie cerca, y poco a poco cerro sus ojos.
Apenas sonó la campana para indicar que el día de los estudiantes debía comenzar, y el animal ya estaba estirándose para ayudar a su amo en lo que necesite. El niño se sentó en la cama, estirándose lentamente para despertar bien... Colocó su parche en su ojo derecho, y después acarició la cabeza de su amigo.
-Buenos días, Sebastián...
-Buenos días.
Los estudiantes se apuraron en vestirse para comenzar el día. Lo primero que tenían, era el té de la mañana... Después tendrían sus clases... Le seguía el desayuno... Y finalmente la hora del famulo.
-¿Que es la hora del famulo?- Pregunto el azulino mientras comía unos paquetes en el desayuno.
-Es como un hermanito menor que se le asigna un alumno superior... Para que lo ayude y lo asista.- Respondió McMilliam, quien estaba sentado frente suyo.
-¿Lo asiste?
-Plancha su ropa, limpia sus cuadernos y por la noche deja una bolsa con agua caliente en su cama.
-Son como pequeños mayordomos...- Se burló el lobo, quien permanecía sentado junto a su dueño.
La sonrisa del animal solo provocó que el niño de azul cabello frunciera el ceño mientras lo miraba mal.
-No exactamente... Es más bien como una relación de hermanos, ya que los superiores suelen ayudar también a sus famulos con tareas o cosas asi.- Explico nuevamente el joven de pecas.
Siguió comentando de algunas cosas de la escuela... Como quienes eran los famulos de los P4 y los privilegios que estos tenían, el niño parecía ser un gran admirador de los perfectos. Antes de poder seguir charlando, un muchacho de cursos superiores llamó al joven McMilliam, ya que este era su superior encargado.
Por parte del dúo, a ellos de les asignó la limpieza del comedor hasta que al joven Phantomhive lo tomen como famulo de alguien.-Parece tener trabajo por adelante... ¿Necesita una mano?- Pregunto el lobo de manera juguetona, mientras a su lado aparecía flotando una mano completamente negra hecha de lo que parecía ser solo humo. -¿O dos?- Terminada aquella consulta, apareció otra mano más a su otro costado, está tenía una extraña marca de color morada.
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~Good Boy~ Kuroshitsuji
FanfictionSentarse cuando te lo ordenan... Dar la pata y saludar... Mover la cola... Ser fiel y cordial... Eliminar a los enemigos de tu amo... Matar a los que se pongan en su camino.... Sacrificar incluso tu vida con tal de proteger la suya... ¿Cómo podría...