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Los años pasaban de forma rapida... Y aquel sentimiento de cariño que sentía por el niño crecía de forma masiva. Disfrutaba el verlo crecer, aún si se mantiene algo pequeño.

Mí lindo Ciel estaba pasando sus nueve años, en cualquier momento cumpliría sus diez. Se mantenía hermoso, elegante, educado y feliz. Su condición física había mejorado notoriamente, lo que a decir verdad no me sorprende, siempre he sabido que era un niño fuerte.

En cuanto a mí, permanecía con mí firme y determinado papel del lobo perfecto de la familia... Educado y elegante, no cometo errores, y por supuesto, soy un cazador experto... Lo que me hace sobresalir entre las otras "mascotas" de los nobles. Aún si a alguien en la familia le es difícil verme de manera tan profesional.

-Juguemos a algo juntos...- Me pidio el joven azulino, mientras se acercaba a dónde estaba.

Me encontraba en el jardín delantero, revisando a los jardineros hacer sus trabajos... Tanaka y yo somos los dos más estrictos en la casa con la perfección del lugar, por lo que suelo supervisar los trabajos de varios integrantes de la casa en respectivos horarios... Y ya que durante la semana están realizando los preparativos para la fiesta del 14 de diciembre, debía de asegurarme que el lugar se viera perfecto... Es lo primero que los invitados ven al llegar.

-Me encuentro un poco ocupado en este momento, mí señorito.- Le respondí, al tiempo que volteaba a verlo. -¿No debería estar usted esperando por el profesor Radcliffe?-

El señor Radcliffe... Era uno de los tantos tutores particulares que el joven Ciel tenía, encargado de las materias como historia, geografía, literatura y leyes. El señor Phantomhive aún consideraba la idea de que su hijo acudiera a una escuela, más su condición en su infancia le complicó el salir de la casa, y ya a estas alturas se sentía más cómodo estudiando con profesores particulares.

-Llamo hace unas horas, al parecer no podrá venir hoy...- Me respondió Amelia, una de las sirvientas quien se encontraba junto al niño.

-Quiero que juguemos- Insistió nuevamente el menor, al tiempo que sus brazos rodeaban mí cuerpo para abrazarme. -Vamos adentro.

-Señorito, en serio estoy ocupado ahora... ¿Porque no va a leer un poco? En cuanto esté libre, iré con usted.-

No estoy seguro de si mí forma de expresarme fue un poco ruda o si él estaba simplemente siendo un poco caprichoso... A decir verdad, aún me cuesta entender la forma en la que piensan los humanos, como comunicarme con ellos y como pueden llegar a reaccionar ante ciertas situaciones. Lo que si sabía, es que no era el único que parecía hacer a un lado al jovencito... Sus padres, Tanaka, el resto de los integrantes en la casa... Todos parecían estar siempre ocupados para él. ¿En qué momento yo también comencé a alejarme de su vida?

Sentí como me soltaba con algo de brusquedad, teniendo el ceño ligeramente fruncido... Sus mejillas se notaban rojas y sus ojos vidriosos.
Se alejó de mí, volviendo en dirección a la casa sin siquiera mirarme... Entendí entonces que algo estaba haciendo mal.

-Albert, lo dejo en tus manos.- Dije tras un suspiro, indicando al jardinero al mando que me retiraba.

Volví a la mansión, siguiendo el dulce y inconfundible aroma del menor de la casa. Mis patas se movían de forma lenta por el pasillo, camino a la escalera, y finalmente, llegue a la habitación del pequeño. Al estar en la puerta, lo encontré recostado, con un libro frente suyo, por lo que no podía apreciar su rostro.

-¿Me permite entrar?- Pregunté con cortesía.

-Ahora estoy ocupado...- Respondió de forma cortante, aunque fui capaz de intuir un temblor en su voz.

Me adentre lentamente al cuarto, acercándome a él. Reposé mí cabeza en la cama, con mí hocico a pocos centímetros de su mano.

-Podemos hacer algo si lo desea...

-Ahora no quiero...- Reprochó, dando media vuelta para darme la espalda.

-Hey...- Rodeé toda la cama para ir hasta el otro lado, notando que aún cubría su rostro con el libro. -Lamento haber sido un tanto rudo recién... Puedo dejar que ellos se encarguen del jardín por si solos.

-Eso no sería digno del "Lobos perfecto de la familia..."- Fui capaz de percibir cierta ironía en su voz, hasta parecía querer imitar mí tono de voz.

Me reí por lo bajo, tomé el libro con cuidado con mis dientes, obligándolo así a qué lo soltara. Sus ojos estaban apunto de estallar en lágrimas, sin embargo, las contenía. Lamí cuidadosamente su mejilla, lo que hizo que riera un poco.

-Tambien soy su amigo, y fui eso antes de ser la mascota de la familia ¿Recuerda?

Sentí sus brazos rodear mí cuello, lo que provocó que yo me recostara sobre su pecho, colocando mí cabeza contra este para escuchar su corazón latir con una fuerza intensa.

-A decir verdad... Los preparativos y demas para su cumpleaños me tienen un poco nervioso... Solo quiero que todo sea perfecto.

-Esas fiestas me fastidian... Son más unas reuniones sociales dónde mí padre intenta presentarme ante grandes aliados y posibles empresas que me interesen... Los únicos niños que conozco son mis primos, y ni siquiera podemos jugar por tener que estar bajo el estereotipo de mantenernos elegantes y prólogos.

El escucharlo hablar de una forma tan sincera, inocente pero a su vez madura, era algo que sin duda me llenaba... ¿Cómo algo tan pequeñito podia ser tan inteligente? Su voz también es chiquita, supongo que ese es el motivo por el que sus deseos he incomodidades casi nunca son escuchados por otros que no sean yo mismo... Los humanos no tienen buen oído.

-¿Sabes? De ser por mí... Ni siquiera me interesaría tener una fiesta grande y lujosa.- Confesó mientras sus dedos rascaban mis orejas, provocando en mí espalda un cosquilleo. -Yo preferiría que me preparen algún postre rico para después de la cena,  jugar una partida de ajedrez y que tú me leas un cuento antes de dormir... O que me cantes una canción.

Aquella confesión me desconcertó... Sin embargo, al mismo tiempo me provocó una agradable sensación. La inocencia de los niños es tan reconfortante, es impresionante como se conforman con tan poco.

-Esta bien... Le prometo que le leeré un cuento antes de dormir en su cumpleaños.-

Lamí su mejilla una vez más... Con la esperanza de guardar el sonido de su risa como un recuerdo eterno y recurrente...

Lo necesitaría para el día que lo pierda.

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⏰ Última actualización: Sep 17 ⏰

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~Good Boy~ Kuroshitsuji Donde viven las historias. Descúbrelo ahora