002

52 5 3
                                    

Llegó el momento y debía ir con la reina. Las puertas se abrieron y lo primero que vieron mis ojos fue un salón con candelabros, pinturas bellísimas en el techo y grandes ventanas.

Mis ojos se dirigieron a la reina y a los guardias; para mi suerte, no estaba ese otro tipo.

— Adelante, señorita y señora Wood — dijo con una sonrisa la pelinegra.

Mi madre y yo hicimos una reverencia por devoción a la reina.

— Mi reina — dijimos al unísono.

Caminamos hacia ella y nos pidió que nos sentáramos. Nos dio una taza de té y unas exquisitas galletas para comenzar.

— Y dígame, señorita Wood, ¿cuáles son sus intereses en el día a día? — preguntó la reina, para luego tomar un sorbo de su té.

— Mis intereses, creo que son algo comunes. Me encanta leer, ir a la librería, pasar tiempo con mi madre ya sea haciendo los quehaceres de la casa o simplemente preparando una rica comida — dije un poco nerviosa.

— ¿Cuál es su libro favorito, señorita? — preguntó la reina totalmente interesada.

— Orgullo y Prejuicio — respondí rápidamente.

— Usted y mi hijo se llevarían bien. A él también le encanta leer y es alguien, como podría decirlo, "de casa", tal vez — dijo en un tono muy sofisticado, moviendo sus hombros hacia arriba.

Al escuchar eso, me contuve de rodar los ojos. Lo único que me da él es asco por matar gente inocente.

— Astoria es una mujer muy madura. Es muy buena haciendo sus deberes y es igualmente una gran compañía — dijo mi madre, intentando convencer a la reina.

— Eso ya lo veremos. Señorita Wood, ¿cuál es su edad?

— Tengo 20 años, mi reina.

— ¿Usted es virgen?

Miré a mi madre y ella a mí antes de contestar esa pregunta.

— Claro, lo soy.

La verdad soy libre de querer tener relaciones con quien quiera, sin importar qué, pero no ser virgen siendo soltera está mal visto claramente, especialmente para la reina.

— ¿Es usted clase media, verdad?

— Lo soy. Mi padre y mi madre son los que hacen vestidos o trajes en este pueblo, los mejores, si se puede decir.

Así siguieron las preguntas hasta finalizar y despedirnos de la reina.

Iba saliendo del salón y escuché una voz muy familiar.

— Astoria, qué bueno que te veo.

— Jane, tanto tiempo — dije con una leve sonrisa falsa.

Jane y yo fuimos amigas desde pequeñas, pero nuestros estatus sociales nos fueron separando.

— ¿Cómo te fue con la reina? — preguntó Jane con una mirada juzgadora.

— Bien. Ella dice que soy alguien del agrado del rey, aunque no me interesa en lo absoluto.

— A mí la reina no dejaba de darme cumplidos. Creo que me casaré con el rey Swan — dijo ilusionada Jane.

— Felicitaciones, supongo — le di un pequeño abrazo antes de irme.

Salimos del palacio para ir a la tienda de vestuarios con mi madre, ya que debíamos trabajar.

Pasaban las horas y teníamos bastantes clientes comprando vestidos para sus hijas porque tenían que ir donde la reina.

Y en eso entró un hombre alto, pelo negro, pálido, unos labios carnosos; sus músculos eran notorios en su traje costoso y fino. Se veía alguien muy atractivo y adinerado.

— Hola, bienvenido. ¿Lo ayudo a buscar lo que desea?

Este hombre me miró de arriba abajo, concentrándose un poco en mi escote, algo grosero y descortés de su parte.

— Necesito un traje negro de sus mejores telas — dijo de forma fría y sin interés, pero con una mirada fija en mí.

— Claro. ¿Es para alguna ocasión especial? — dije algo amargada por su descortesía.

— Es simplemente un traje. ¿Te cuesta mucho? — me dijo sin paciencia.

Claramente, para ser alguien adinerado, le faltaba educación. ¿Quién se cree para tratarme así?

— Señor, estoy siendo amable con usted y usted está siendo muy grosero y mal educado. Es mi deber atenderlo, pero también merezco respeto — dije enojada.

El hombre me miró impresionado por cómo le respondí. Al parecer, nunca nadie le había hablado así, y eso era lo que me impresionaba a mí. Cómo alguien tan mal educado nunca había recibido una respuesta así.

— Mis disculpas. ¿Señorita? — dijo, preguntando por mi apellido.

— Wood — respondí sin ganas.

Él me dio una sonrisa, pero yo fui algo grosera, debo reconocerlo.

Le tomé las medidas para su traje y trató de establecer una conversación conmigo, pero le pedí que guardara silencio. No estaba de buen humor gracias a él. Me pagó lo que costaría el traje y se fue.

Pasó el tiempo y cerramos la tienda junto a mi madre. Ella me preguntó quién era el hombre al que atendí. La verdad es que no le presté mucha atención como para saber su nombre o apellido. Le dije que simplemente era un hombre mal educado.

Llegamos a casa y estaba mi padre.

— Wilder, no esperaba verte hoy — dijo mi madre sorprendida al ver a mi padre.

— Sí, llegué antes porque no eran tantas telas las que debía comprar.

— Hoy nos presentamos ante la reina. Astoria recibió muchos cumplidos de ella.

— No es para tanto, madre. Solo fui educada y ya está.

— Deberías casarte con ese tal rey Evander, para algo que sirvas — dijo mi padre.

— ¿Acaso no escuchas los rumores de que mata a los que no le hacen caso? Este señor mata a gente inocente — dije con demasiada impotencia.

— No me respondas así. Soy tu padre, insolente.

Y ahí fue cuando sentí un golpe en mi cara, mi madre intentando calmarlo y yo me fui a mi cuarto llorando, pensando

"¿realmente me merezco ser tratada así?"

Lloraba en silencio. Las lágrimas caían sin hacer ruido, hasta quedarme dormida profundamente...

                 ⠞    ‎‎‎ ̩͙♡    𓉳⠀ٜ⠀ٛ*ೃ༄

Holaa, estoy intentando que conozcan un poco la vida de Astoria y su familia, pronto se pondrá bueno les juro

¿Quien creen que era el hombre alto y mal educado? Solo les diré que le pidió algo así a Astoria

¿Quien creen que era el hombre alto y mal educado? Solo les diré que le pidió algo así a Astoria

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Los leo, besitos  ໒ ꐦ `ヮ ´ ა

El rey malvado y la plebeyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora