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POV ASTORIA ၄၃:

Con una sonrisa que reflejaba mi emoción, terminé mi desayuno y me dirigí a mi habitación, ansiosa por prepararme. Al entrar, cerré la puerta y respiré hondo, dejando que la anticipación me llenara. Me desnudé lentamente, sintiendo el suave roce de la tela contra mi piel. Hoy quería lucir especial.

Horas después...

Elegí ponerme un vestido de muselina rosa pálido que me había comprado la reina Senna. Era ligero como el aire, con una caída suave que rozaba apenas el suelo. El talle alto, ajustado justo debajo del busto, estaba adornado con un delicado lazo de seda que realzaba mi figura de forma sutil pero encantadora.

A pesar de ser la segunda semana de diciembre, no hacía tanto frío como normalmente lo haría.

Luego, tomé un frasco de perfume, que era una mezcla de flores de azahar y un toque de rosa. Apliqué unas gotas en mis muñecas y detrás de las orejas, deseando que el aroma suave acompañara cada uno de mis pasos.

Mientras me miraba en el espejo, decidí que mi cabello merecía un toque especial. Con destreza, trencé algunas secciones y las entrelacé con pequeñas flores que había recogido en el jardín hace unos días. Era un peinado sencillo pero encantador.

Al observarme una vez más, sentí que estaba lista. Me sentí hermosa, y eso me dio un nuevo respiro de confianza.

Con cada paso que daba hacia el jardín, el aire fresco y perfumado me envolvía de emoción y sentía cómo palpitaba en mi pecho. Hoy podría ser el inicio de algo hermoso.

Al llegar al jardín, vi a Evander de pie bajo la sombra de un gran árbol, rodeado de manteles y cestas de comida. Su mirada se iluminó de una manera muy linda al verme.

-Astoria, te ves absolutamente encantadora -dijo, con una sonrisa cálida y genuina.

-Gracias, Evander -respondí, sintiendo un ligero rubor en mis mejillas-. Hice un pequeño esfuerzo para esta ocasión.

-El esfuerzo ha valido la pena -me dijo, con sus ojos brillando de admiración-. Cada detalle que hiciste resalta tu belleza natural.

Me acerqué a él, y mientras Evander ayudaba a acomodar las cestas, no pude evitar preguntar:

-¿Qué has preparado para nuestro picnic?

-He traído una variada opción de frutas, sándwiches de jamón y un par de tartas de manzana que son mi debilidad -respondió, mientras sacaba la comida de la cesta-. También hay té helado, perfecto para este día. Sé que te gusta y lo tomé en cuenta.

-Suena delicioso, gracias por el detalle -dije, mientras me sentaba en el mantel. El aroma de la comida despertaba mi apetito.

-Y he traído algo más -añadió Evander, mirando con complicidad-. Un libro de poesía. Pensé que podríamos compartir algunos versos y opiniones; el clima es perfecto para esto.

-Eso suena encantador -respondí, muy emocionada-. Siempre he disfrutado de la poesía. ¿Qué poeta has elegido?

-Keats, por supuesto -dijo, sonriéndome-. Su forma de capturar el amor y la belleza de la naturaleza inspira y cautiva bastante.

Mientras comenzábamos a servirnos, me miró con curiosidad.

-¿Tienes un poeta favorito, Astoria?

-También me encanta Keats -admití-. Sus palabras evocan imágenes tan bellas, me siento como si estuviera viviendo un sueño.

-Lo mismo siento. A menudo, me gustaría que su poesía pudiera ser una realidad -dijo Evander, su voz suave y reflexiva.

Después de un momento de silencio, Evander se atrevió a preguntar:

-¿Qué sueñas para el futuro, Astoria?

Sentí un pequeño nudo en el estómago. Esa pregunta era profunda, pero la calidez de su mirada me animó a abrirme.

-Sueño con tener una boutique de vestuarios -dije, sonriendo al imaginarlo-. Un lugar lleno de colores y texturas donde la gente pueda encontrar algo que realmente les haga sentir únicos.

-Eso suena maravilloso -respondió él, asintiendo-. Me imagino que ese lugar estaría siempre lleno de lindas telas con diferentes colores, texturas y hermosos vestuarios.

-Exactamente, realmente debo admitir que tengo un gran sentido para los vestuarios y telas -continué, animándome-. También he pensado en abrir una florería. Imagina un espacio donde las flores cuenten historias y el aroma te envuelva como un abrazo cálido.

Evander sonrió, sus ojos brillando. -Sabes, yo pienso que las flores tienen su propia magia. Pueden cambiar el estado de ánimo de alguien en un instante.

-¡Así es! -exclamé, emocionada.

En ese instante comprendí que ambos compartíamos anhelos similares. La conexión entre nosotros se sentía más fuerte que nunca.

-Y, por supuesto, sueño con casarme y formar una familia -continué, dejando que mis deseos fluyeran-. Y en ese hogar que quiero construir, me imagino un ambiente lleno de amor, con risas de niños resonando por todas partes.

Evander pareció reflexionar sobre mis palabras, su rostro iluminado por una nueva luz.

-¿Niños? -preguntó Evander, arqueando una ceja-. ¿Tienes ya en mente cuántos?

-Quizás dos o tres -respondí, riendo-. Pero lo más importante es que sean felices y sientan que siempre pueden contar con su familia.

-Eso es hermoso, Astoria -dijo Evander, su voz suave-. A veces, como rey, me siento abrumado por las expectativas, pero contigo, esos sueños parecen más alcanzables.

-¿Quién sabe si en un futuro podemos hacerlos realidad juntos? -le dije, sintiendo que el optimismo llenaba el aire-. Si trabajamos en ello, podemos crear un futuro brillante.

-Me encantaría que así fuera -respondió Evander, su sonrisa iluminando su rostro-. Quiero ser alguien en quien puedas confiar, alguien que contribuya a ese sueño.

-Ya estás cambiando, Evander -le dije, sintiendo una conexión más profunda-. A veces, pienso y siento que detrás de esa fachada de rey malvado, hay un corazón que anhela lo mismo.

-Tal vez -admitió, mirando al horizonte-. Quizás lo que más deseo es ser digno de tus sueños.

Mientras compartíamos nuestras ideas y risas, su presencia a mi lado hacía que el mundo se sintiera lleno de posibilidades. La tarde se extendía ante nosotros, como un lienzo en blanco esperando ser pintado con nuestros sueños.

-Imagina -dije de repente-, una fiesta en el palacio, con todos los amigos, flores por doquier, niños jugando en el jardín y música llenando el aire.

-Eso sería perfecto -respondió Evander, sonriendo.

A medida que hablábamos, sentí que incluso el rey malvado comenzaba a transformarse. En su corazón había un destello de cambio, y en mis sueños, una chispa de amor.

⠞ ‎‎‎ ̩͙♡ 𓉳⠀ٜ⠀ٛ*ೃ༄
amo la nueva versión de evander, no me resistí a seguir haciéndolo tan malo

El rey malvado y la plebeyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora