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EVANDER POV ♱:

Mientras observaba a Astoria interactuar con los invitados, noté que algunas personas parecían incómodas, incluso disgustadas en su presencia. Aunque su actitud desinteresada era evidente, ella seguía siendo una pieza clave en esta dinámica social, y como su "prometido", no podía permitir que nadie la menospreciara.

Me acerqué con una presencia imponente, esperando que mi aura de respeto protegiera a Astoria de comentarios y miradas inapropiadas. Sin embargo, no todos parecían comprender el motivo detrás de mi postura.

— Mia dolce Astoria —dije en un tono italiano que intentaba ser cálido, aunque mi voz se mantenía con una autoridad firme. La encontré en un rincón del salón, sola, con una expresión que no era exactamente de aburrimiento, pero sí de marcado desinterés y confusión.

— Me gustaría mostrarte algo en el jardín. Solo tú y yo.

La miré con un gesto persuasivo, aunque conocía su naturaleza desafiante. Astoria tenía una habilidad innata para desafiarme, para levantar una ceja en señal de indiferencia cuando lo que esperaba era una sumisión automática.

Ella me observó con una mezcla de desprecio y curiosidad, evaluando si mi propuesta valía la pena. A veces me preguntaba qué pensaba realmente más allá de esta farsa de compromiso que estábamos obligados a representar.

— ¿Qué es lo que podría ser tan importante para que me arrastre hasta el jardín en medio de esta fiesta? —respondió con un tono mordaz, sin ocultar el leve giro de su boca que indicaba su desagrado.

Mi mirada se endureció un poco, pero mi voz se mantuvo controlada y serena.

— Solo una conversación privada —dije, sin ceder a su provocación—. Hay cosas que necesitan ser discutidas lejos de miradas indiscretas.

La irritación en su rostro se suavizó apenas. Me dio la impresión de que estaba reconsiderando mi invitación, aunque no estaba dispuesto a esperar mucho más. Finalmente, asintió con un gesto que parecía más de obligación que de entusiasmo.

— Está bien, swan. Vamos entonces.

Caminamos juntos hacia el jardín, el bullicio de la fiesta se desvaneció mientras nos adentrábamos en el aire fresco de la noche. Aunque nuestra relación estaba llena de tensiones, confusiones y juegos de poder, había algo en estos momentos privados, lejos de las miradas inquisidoras, que siempre parecía ser una mezcla de deseo y una curiosidad reprimida.

Al llegar al jardín, me volví hacia ella, dispuesto a desvelar lo que tenía en mente. El silencio entre nosotros era palpable, como si cada palabra que dijéramos pudiera cambiar la dinámica de nuestra extraña y complicada relación.

— Quiero que sepas que, a pesar de lo que pienses, este compromiso no es solo una farsa para mí —comencé, buscando las palabras adecuadas—. Y necesito que entiendas que tus acciones y palabras tienen un impacto en mí mucho más de lo que parece.

Astoria me miró con sus ojos desafiantes, intentando descifrar alguna verdad oculta en mis palabras.

— ¿Y crees que deberíamos ser más cercanos y confiar el uno en el otro? —preguntó con una mezcla de genuina curiosidad y confusión.

Su pregunta colgó en el aire, y durante un largo instante, la tensión entre nosotros se volvió casi palpable. No era solo el odio y la confusión que solíamos mostrar el uno al otro; sentía que había algo más, una chispa de interés oculto bajo la superficie de nuestras hostilidades. Mientras observaba su expresión, supe que esta conversación podría ser un punto de inflexión en nuestra complicada danza de antagonismo y atracción.

Me incliné ligeramente hacia ella, mi mirada fija en la suya, tratando de transmitir la seriedad de lo que estaba a punto de decir.

— Lo que quiero decir es que, a veces, lo que parece ser una farsa puede convertirse en algo más si ambos estamos dispuestos a ello. No espero que me entiendas de inmediato; te daré tu tiempo. Pero quiero que sepas que estoy dispuesto a hacer el esfuerzo.

Astoria frunció el ceño, y por un momento, pude ver el conflicto interno a través de sus ojos. Su actitud desafiante no había desaparecido por completo, pero había una vulnerabilidad sutil que la hacía aún más atractiva.

— ¿Y por qué debería creer en esto ahora? —preguntó, su voz bajando de tono, aunque aún cargada de confusión y desagrado—. ¿Qué ha cambiado en ti para que de repente creas que esto puede ser más que una simple farsa para que asumas tu reinado?

Respiré hondo, tratando de ordenar mis pensamientos y palabras. Sabía que debía ser honesto si quería que esto realmente funcionara, y si bien nuestras interacciones estaban llenas de odio y conflicto, había algo en su mirada que me decía que estaba dispuesta a escuchar o a intentarlo...

— Porque he visto algo en ti que me hace creer que hay más detrás de tanto odio mutuo que nos tenemos. Quiero descubrir qué es. Astoria, eres la mujer que cualquier hombre desearía. Me arrodillaría ante ti cuando en realidad todos lo hacen ante mí, y si no es así, los obligo.

Astoria me miró fijamente, y en ese momento, el silencio se volvió más denso, como si ambos estuviéramos esperando una señal para dar el siguiente paso. La noche nos envolvía, y aunque la tensión seguía presente, también había una promesa de algo nuevo y diferente en el aire.

Me acerqué lentamente, reduciendo la distancia entre nosotros hasta que nuestras respiraciones se entrelazaron. Sus ojos seguían fijos en los míos, y en su mirada, podía ver una mezcla de deseo y duda. Mi mano se deslizó por su mejilla, sintiendo la piel cálida y suave bajo mis dedos. Ella cerró los ojos, y el mundo a nuestro alrededor se desvaneció en el olvido.

Sin poder resistirlo más, incliné mi cabeza y la besé. El contacto de nuestros labios fue suave al principio, pero pronto se transformó en un beso ardiente, cargado de deseo y pasión reprimida. Sus labios se movieron contra los míos con una intensidad que me sorprendió, una conexión eléctrica que encendió cada rincón de mi ser. Las manos de Astoria se aferraron a mi cuello, acercándonos aún más, mientras yo la rodeaba con mis brazos, atrayéndola hacia mí con una urgencia que no había sentido antes.

El beso se volvió más profundo; nuestros cuerpos se presionaron juntos en una danza frenética de pasión. En ese momento, todo el odio, la confusión y la animosidad entre nosotros se convirtieron en una chispa que encendió un fuego nuevo, un deseo que parecía consumirnos por completo. La noche, el jardín y la fiesta se convirtieron en un fondo difuso ante la intensidad de lo que compartíamos.

Cuando finalmente nos separamos, ambos estábamos respirando con dificultad, nuestros corazones latiendo al unísono. La mirada de Astoria era una mezcla de emoción y vulnerabilidad, y supe que este beso había cambiado todo entre nosotros. La complicada danza de antagonismo y atracción había dado paso a algo más profundo y significativo, y en ese instante, me di cuenta de que estábamos listos para enfrentar lo que viniera...

⠞ ‎‎‎ ̩͙♡ 𓉳⠀ٜ⠀ٛ*ೃ༄
Holaa, que tal dejo este capitulo ya que no tengo pruebas cerca ni trabajos así que disfrútenlo ꒰ ꜆ ˊ͈ ᵕ ˋ͈ ♡ ꜀ ꒱

Los leooo, besitos ♡

El rey malvado y la plebeyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora