Forastera

La Dama Blanca

Wow! Capítulo 20, no lo puedo creer, y los que faltan!!!

Buena lectura mis queridos SwanQueen Lovers 😉

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POV EMMA

Isaac: ¿Han pensado en un nombre para el bebé? – Preguntó mientras jugaba ajedrez con mi esposa.

Emma: Creo que si fuese varón podríamos llamarlo James- Mi esposa hizo una mueca de desagrado- En honor a mi tío.

Regina: Con todo respeto a tu tío, pero es demasiado inglés- Movió una pieza.

Isaac: Y ahora me llevo tu torre- Mi esposa refunfuñó y me reí entre dientes.

Regina: Emms, ¿Qué te parece Dalhousie? – Movió su alfil.

Emma: ¿Dalhousie? – Ahora fui yo quien hizo una mueca.

Regina: Sí, por el castillo Dalhousie- Se cruzó de brazos con una sonrisa- Es un buen nombre- Resoplé.

Emma: Suena como un estornudo.

Isaac: Jaque- Sonrió.

Mi esposa y yo nos tensamos cuando el Conde se acercó.

Arthur: Te ganará en dos turnos, Mills.

Isaac: ¿Qué demonios? No expongas mi juego.

Arthur: El desenlace es tan obvio que no tiene sentido seguir observándolos- Miró a mi esposa de una manera que me heló la sangre- Madame- Hizo una ligera reverencia ante mí y se alejó a observar otras partidas de ajedrez.

Regina: Ese imbécil tiene razón- Acostó su rey- Felicidades- Se estrecharon la mano.

Isaac: Considéralo un empate, estuviste distraída- Me miró insinuando que yo era la causa y rodé los ojos- Prefiero una victoria limpia.

Emma: Encontraré algo en lo que distraerme- Besé la mejilla de mi morena y me alejé a mirar libros, pero no lo suficiente como para no escuchar.

Isaac: A su Majestad le llaman la atención los patriotas ingleses acaudalados que están dispuestos a invertir tanto dinero a tu causa.

Regina: Son buenas noticias- Forzó una sonrisa.

Un empleado me ofreció una copa que acepté, di el primer sorbo y algo no se sintió bien, lo confirmé cuando un fuerte dolor en el vientre me hizo doblarme.

Emma: Maldición.

Regina: Emma- Llegó hasta mí- ¿Estás bien? – Me quejé de dolor.

Isaac: ¡Un cochero, de inmediato!

Regina: Estarás bien- Me levantó a modo nupcial y me sacó a toda prisa bajo la mirada curiosa de todos.

Emma: No creo que haya sido veneno- Dije una vez que estaba acostada en la cama de nuestra habitación.

Regina: ¿Entonces qué? – Preguntó sirviéndome un té.

Emma: Pensándolo bien, creo haber detectado un sabor extraño, tal vez cáscara amarga- Instintivamente llevé una mano a mi vientre.

Regina: Me alegra que estés mejor- Se sentó a mi lado.

Emma: Este té debería contrarrestar el efecto.