Estaba envuelto en calor, pero mis extremidades aún estaban demasiado pesadas y doloridas para moverme. Me tomó un momento darme cuenta de la naturaleza de la fuente de calor: Jimin. Estaba acostado encima de mí. El zumbido bajo de mi teléfono estalló a través de mi burbuja de sueño. Me levanté de golpe, mi pulso disparándose y mi brazo rodeando a mi esposo. Maldita sea, esperaba que Hoseok no tuviera más malas noticias para mí. Ayer había sido todo un desastre total.
Tomé mi teléfono de la mesita de noche pero, antes de que pudiera acercarlo a mi oreja y atender la llamada, solté un suspiro fuerte. Mi polla estaba encajada entre los muslos de Jimin, su longitud alineada perfectamente con su culo, dándome millones de ideas que no necesitaba. Tomé la llamada, mirando a mi esposo, que se aferraba a mí con los ojos sorprendidos.
Jimin se movió y mi punta empujó en sus nalgas. El placer se disparó a través de mí. Gemí, mi cuerpo tensándose.
—Anoche te veías como una mierda. Habría apreciado una actualización murmuró Hoseok—¿Qué tan malo es?
—Estoy bien, Hoseok. —contesté. Mis heridas eran el menor de mis problemas ahora. Las bolas azules eran lo único que me mataría.
—No suenas así.
Porque Jimin está presionando su maldito culo contra mi polla.
—Estoy jodidamente bien.
—Podría enviar al Doc para que te revise.
—No. Puedo manejar esto. No necesito ver al Doc. Ahora déjame dormir.
Terminé la llamada antes de que Hoseok pudiera decir otra palabra y volví a dejar el teléfono. Jimin me miraba de reojo, la tensión irradiando de su cuerpo en oleadas. Sus dedos se clavaron en mis hombros. Los nervios en su expresión relajaron parte de mi deseo, y me recosté para poner algo de distancia entre nosotros y controlar mi polla demasiado entusiasta.
Jimin todavía me montaba a horcajadas, pero cubrió su pecho con su brazo rápidamente, sus mejillas empezando a colorearse de rosa. Se apartó, intentando bajarse de mí, y su muslo rozó mi polla, enviando otra ráfaga de necesidad a través de mí.
—Mierda —siseé. Y entonces vi la expresión de Jimin. Miraba mi polla con grandes ojos curiosos. Me tomó todo mi autocontrol no enredar mis dedos en su cabello y guiar su cabeza hacia abajo para hundirme en su seductora boca. —Vas a ser mi muerte, Jimin —murmuré.
Jimin levantó la vista velozmente, prácticamente retorciéndose de la vergüenza. Sus ojos azules se encontraron con los míos y solo quise besarlo hasta dejarlo sin sentido, presionarlo contra el colchón y mostrarle lo bien que podía hacerle sentir. Antes había deseado a las mujeres, pero había sido un breve estallido de interés, un destello que se había extinguido tan rápido como había llegado, pero mi necesidad por Jimin ardía aún más profundo, y más feroz. La mirada de Jimin se hundió en mi pecho y luego se deslizó más abajo nuevamente.
—Si sigues mirando mi verga con esa expresión aturdida, voy a explotar.
—Lo siento si mi expresión te molesta, pero esto es nuevo para mí. Cada primera vez que voy a experimentar será contigo, asi que... —dijo Jimin a la defensiva.
Quise reírme de lo ajeno que estaba a la realidad de la situación. No se daba cuenta de lo mucho que estaba ardiendo por él, de lo jodidamente duro que me ponía con solo pensar en ser su primer hombre.
Me enderecé, acercando nuestros rostros.
—No me molesta. Es jodidamente caliente y voy a disfrutar de cada primera vez que compartirás conmigo —dije, arrastrando mi pulgar sobre la mejilla caliente de Jimim. Sus ojos se movieron hacia los míos y esa boca irresistible se inclinó hacia la pequeña sonrisa que siempre me atraía. —Ni siquiera te das cuenta lo mucho que me excitas.
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Jeon Jungkook - | Kookmin |
FanfictionNací siendo un monstruo. La crueldad corría por mis venas como veneno. Corría por las venas de todos los hombres Jeon, pasado de padres a hijos, una espiral interminable de monstruosidad. Era fácil ser el monstruo que todos temían. Hasta él. Disclai...