Tal vez sea la manera que dices mi nombre
Tal vez sea la manera que juegas tu juego
Pero es tan bueno, nunca he conocido a nadie como tú
Pero es tan bueno, nunca he soñado con nadie como túDandelions- Ruth B
"Cumpleaños, Jungkookie... Feliz cumpleaños a ti", cantaron al unísono los presentes, reunidos alrededor de la gran mesa del comedor real. Cada uno aplaudía y sonreía, impregnando el aire con una calidez festiva que resonaba en las paredes del palacio. Las risas y voces creaban una atmósfera alegre y vibrante, amplificada por la suave luz de las velas.
La reina se acercó al príncipe, su sonrisa amplia y maternal.
—Pide un deseo, Jungie —le dijo en tono afectuoso, su voz cargada de dulzura.
Jungkook no podía sentirse más feliz. Estaba rodeado de las personas que amaba y que lo amaban, celebrando su decimosexto cumpleaños. Todo el salón estaba adornado con cintas doradas, globos de colores, sus flores favoritas, y la luz de las lámparas de cristal titilaba, aportando un brillo etéreo a la ocasión.
Todo estaba perfecto.
Con una sonrisa radiante en el rostro, el príncipe cerró los ojos y juntó las manos, preparándose para formular su deseo. La suave brisa que entraba por las ventanas abiertas hacía ondear las cortinas de seda, y él se concentró en sus pensamientos.
"Deseo... Dios, usted más que nadie sabe cuánto deseo que...", su plegaria era mental, íntima, pero un leve calor subió a sus mejillas, interrumpiendo su concentración. La timidez que lo invadía en ese momento lo hizo perder el hilo de las palabras correctas.
Ah.
"Dios, deseo que..."
De repente, una voz grave resonó cerca de él, sobresaltándolo. Abrió los ojos y, al levantar la vista tímidamente, se encontró con la mirada curiosa de Seokjin, que lo observaba con una sonrisa divertida.
—¿Qué pediste? —preguntó Seokjin con curiosidad genuina, inclinándose un poco hacia él.
Jungkook bajó la mirada hacia la vela encendida en su pastel, y con un suave soplido la apagó, dejando escapar un suspiro interno.
"No pedí nada porque no me dejaste terminar...", pensó con un toque de frustración, aunque no pudo evitar sonreír.
Los aplausos de los presentes no se hicieron esperar, resonando de fondo como si de una canción armoniosa se tratase.
Sacudió la cabeza ligeramente y volvió a mirar a Seokjin, intentando esconder su nerviosismo detrás de una pequeña sonrisa.
—Los deseos de cumpleaños no se dicen, hyung —murmuró—. Si lo haces, no se cumplen.
Seokjin hizo un puchero, cruzándose de brazos con expresión juguetona.
—¡Oh, vamos, dime! —insistió.
—No, hyung —respondió Jungkook, su sonrisa más amplia esta vez—. Quiero que mi deseo se haga realidad esta vez.
"Aunque realmente no tuve tiempo ni siquiera de pedirlo...", recordó, mientras sus labios formaban un pequeño mohín y su mirada se posaba de nuevo en la vela dorada que yacía sobre el pastel de crema.
De pronto, la voz enérgica de la reina rompió la tensión.
—¡Ahora sí, a repartir esta deliciosa torta que la abuela RiJun hizo especialmente! —exclamó alegremente, sus ojos brillando de emoción. Se acercó a su hijo y le depositó un beso cariñoso en la sien—. Sea lo que sea que hayas pedido, se te concederá, hijo. Has sido un buen chico, tu deseo se cumplirá —le murmuró en voz baja, solo para él.
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Hijo de la luna
FanficEn la vasta y mística tierra de Daséu, dos reinos se alzan con poder e influencia indiscutible: el Reino de Sonagi en el norte, gobernado por la ilustre familia Min, y el Reino de Dal en el sur, bajo el dominio de la noble familia Jeon. Durante gene...