Explicaciones. ( Historia corta.)

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— Ten , come algo y luego...

Empecé a decirle , pero me quedé totalmente asombrado ante su comportamiento animal.

Ella se abalanzó ante la comida que le ofrecía como si fuese una fiera.

Casi me muerde la mano.

— Tranquila, no pienso quitarte la comida.

La miré con precaución , pues ella me miraba como un animal protegiendo su cena.

— Cuando acabes de comer, tendrás que darme alguna explicación.

Le hablaba mientras comía o mejor dicho devoraba el sándwich que le había preparado.

Estaba en un rincón del salón agazapada, dando mordiscos al alimento como si no hubiese un mañana.

Miré a Ed que me devolvió la mirada igualmente perpleja.

Él se levantó ,nos miró simultáneamente y sacó su gran lengua , dejándola colgando por un lado de su enorme hocico.

— Yo pienso lo mismo.

Le dije y éste guardó su lengua e hizo un ruido indicando su conformidad conmigo.

Ella acabó de comer y ahora me miraba avergonzada.

Por primera vez en mucho tiempo, nacía dentro de mi una gran carcajada.
Verla ahí , tan pequeña , tan frágil ...
Toda manchada de mayonesa.

Cuando digo toda...quiero decir toda.

— Esto...- carraspeé por no comenzar a reir- Ahora que has comido , puedes limpiarte en el baño y después...

— ¿Limpiarme?...

Preguntó y juro que vi su cabeza inclinarse hacía un lado , tal como hacía Ed.

— Uhm, si , esto...- movía mis manos para hacerme entender y tanto ella como Ed seguian el movimiento de ellas- lavarte, cambiarte, ducharte... cosas así. Las cosas que hace todo el mundo.

— ¿Hay más personas como nosotros?.

Preguntó totalmente curiosa y a mi se me cayó la mandíbula al suelo.

—  Pero... ¿qué clase de pregunta es esa?.
¿De donde narices sales tú?.

Me acerqué para buscar respuestas pero no vi el miedo en sus ojos hasta que fue demasiado tarde.

Ella se hizo un ovillo en el suelo, encogiendo sus pies dentro del andrajoso vestido que traía.

Para mi sorpresa , Ed se colocaba delante de ella y me sacó los colmillos.

¡ Me sacó los colmillos!.

— Increible.

Dije para más para mí que para ellos.

Ella se abrazó a Ed , escudándose detrás de él de mi persona.

¡ Cómo si yo le fuese a hacer daño!. ¡ Le he salvado la puta vida!.

— Ahora mismo comienzas a explicarme quién eres, de donde vienes y quién narices te está buscando.

Ella escondió su cara pálida y pequeña en el pelaje de Ed.

— O...- conseguí que me prestase atención- Te sacaré a empujones de mi casa a merced de aquel que te busca con tanto ahínco.

Al pronunciar esa frase , Ed se colocó en forma de ataque , dándome a entender que no estaba de acuerdo.

Ella acarició su pelaje y le dijo algo en su oreja.

Ed , inmediatamente se relajó , ante mi mirada atónita.

— Bien , esta conversación será muy corta, pues poco sé de lo que me preguntas.

La escuchaba atentamente. Mis brazos se cruzaron en mi pecho , indicándole que estaba dispuesto a oirla ya me tuviese que contar poco o mucho.

Ella caraspeó y comenzó de nuevo.

— Solo sé que estaba presa en una celda.
Allí solo sabía si era de día o de noche por una pequeña ventana alta , la cual estaba protegida por barrotes.

— ¿Cuánto tiempo hace que te tenían prisionera?.

Pregunté atento a cada palabra.

— Pues no lo sé. No conozco otra cosa.

Dijo y agachó su cabeza. Ed , se acercó a ella y lamió su mano aún manchada de comida.

Ella le sonrió tiernamente y acarició su suave pelaje.

— ¿Qué buscaban para tenerte encerrada?. ¿Qué querían de tí?.

Le pregunté aún con muchas incógnitas en mi mente.

Ella se encogió de hombros.

— No lo sé. Lo único que te puedo responder es que algunas noches venían y me pinchaban algo en la nuca , después de eso sentía un dolor horrible por todo el cuerpo y creo que me desmayaba. Cuando despertaba al dia siguiente o al otro- volvió a encogerse de hombros- Todo volvía a ser igual.

— ¿Dónde te pinchaban?.

Ésta situación era tan irreal que no sabía si confiar en ella.

Se llevó la mano a su largo pelo , retirándolo de la espalda y agachó su cabeza señalando un punto.

Me acerqué a ella con los brazos cruzados y eché una ojeada.

Mi fiera interior gruñó ante las marcas de una aguja. Ésta estaba amoratada y parecía que siempre era pinchada en el mismo sitio.

— ¿Hay más personas como tú allí encerradas?.

Las aletas de mi nariz se abrían intentando controlar mi malhumor para no asustarla.

— Cuando era más pequeña si que había más niños como yo... pero hace mucho que no veo a nadie.
Ellos me dijeron que solo ellos y yo habíamos sobrevivido a una catástrofe.
Que yo vivía porque ese lugar me protegía.

— ¿ Y por qué decidiste escaparte?.

Cada vez estaba más asombrado con lo relatado.

— Porque el hada del bosque así me lo indicó.

Mi boca cayó al suelo.

— El hada...

La miré estupefacto. Esta tia estaba loca de tanto encierro.

— Ella me indicó como salir y me señaló el camino hasta aquí.

— Mira , vale que te encerraran , pero las hadas no existen.

Inmediatamente después de hablar, agachó su cara , no sin antes ver la pena que le produjeron mis palabras.

Ed, me regañó con la mirada y me encogí de hombros

— Ven, que te indicaré como lavarte y te preparé un sitio para descansar , ya hablaremos más, mañana.

Le dije y salí a preparar lo que le había dicho totalmente incrédulo . Definitivamente no me podía creer la historia que ella me relataba.

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