El hada. ( Historia corta.)

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Una vez en la cama , no dejaba de dar vueltas.
Toda la historia que la chica me había relatado , me tenía nervioso.

La primera parte , era totalmente creible , pero lo del hada...eso no había quién se lo creyese.

La fiera que habitaba en mi interior, rugía cada vez más impaciente.

Quería salir , yo era consciente de ello , pero aún no había luna llena , por lo tanto , no era posible ,¿verdad?.

No me había transformado muchas veces, pero las que habían sido posibles , sucedieron con luna llena.

Mis ojos se iban cerrando , a pesar que el corazón golpeaba fuerte en mi pecho.

Mi poca consciencia me explicaba que no podría dormir con ese estado de nerviosismo.

Para mi propia sorpresa caí en la oscuridad , tras ese último pensamiento.

Buenas noches Alister.

Oir mi nombre verdadero me asombró.
¿Cómo sabía mi verdadero nombre?.

Yo miraba hacía todos lados , sin ver claramente quién me llamaba.

Al centrarme en el lugar, vi que me envolvía una niebla espesa.

Hacía frio , por lo que sentí un escalofrío.

¿ Dónde narices estoy?.

Pregunté a la nada.

Alister...

Sonaba una voz femenina una y otra vez.

Comencé a enfadarme sin saber bien por qué o con quién.

¿ Qué quieres ? Y sobretodo...¿quién eres?.

Di vueltas girando sobre mí mismo.

Unos muros gigantescos , me tenían atrapado en ese agujero tétrico.

Alister, céntrate y me verás.

Agarré mis oídos , ya que esa voz había traspasado mis tímpanos .
Era una voz parecida a las que salen del inframundo.

Parecía que yo no entendía algo y que ella...se impacientaba.

— No sé que debo hacer.

Dije perdido jalando de mi cabello.

Si sabes, solo mírame.

Mi cuerpo giró , solo veía rocas, cadenas y niebla.

No te veo...

Sentía la fiera dentro mi rugiendo, exigiendo libertad.

Déjale salir , Alister... libéralo.

Con esa última palabra fijada en eco en mi mente, mi cabeza cayó hacía atrás y dejé de ver claramente.

Mis ojos debieron volverse blancos , pues no enfocaba absolutamente nada.

Mi cuerpo comenzó a crujir y mi mandíbula se comenzaba a mover, dejando paso a mi dentadura de lobo.

No era la primera vez que me transformaba , pero si esta vez era más intensa.

Mi piel se rasgaba dejando paso al nuevo ser.

Tenía miedo a desaparecer por completo , pero no podía hacer nada por evitar el cambio.

Caí a cuatro patas mientras mi transformación era concluida.

Asi es Alister. Ahora mírame.

Alcé mi cabeza y bajo mi asombro por lo que veía ante mis ojos , pensaba que esta situación no podía ser real.

Una mujer morena , con su larga cabellera negra como el carbón y vestida del mismo color que su pelo , estaba agarrada por unas cadenas a las piedras que conformaban ese lugar.

Abrí mi boca asombrado al ver a la altura en la que ella estaba colgando.
—  Puedes oírme y entenderme a la perfección ,Alister.
Te he convocado aquí para que cumplas tu cometido.
He esperado durante siglos a que renacieras y por fin a llegado la hora.
Debes luchar por mi liberación para ayudarte a salvar al clan cautivo .
Eres el elegido Alister , por ese motivo ,Ed te mordió.
Creiste que te convertiste en hombre lobo en ese instante , pero lo único que hizo Ed , fue despertarte , Alister... debes recordar...recuerda ...Alister... recuerda quién eres...para que fuiste elegido...cual es tu cometido...Alister...debes darte prisa...el tiempo se agota...Alister...Alister...Alister...

Salté de la cama mirando a todos lados.
¿Qué había sido eso?.
¿Por qué había tenido ese sueño tan extraño?.
Todo era culpa de ella y sus historias . Pensé enfadado.

— Hadas...¡ y un cuerno!.
Si eso era un hada, yo me como mi pezuña.

Dije sin saber bien a quién.

Volví a colocar mi cabeza sudorosa en la almohada , cerré los ojos y los abrí rápidamente , ya que alguien había entrado en mi habitación.

Salté de la cama y derribé un cuerpo pequeño y curvilineo.

— ¿ Qué narices haces en mi habitación?

Le pregunté a la chica que me miraba con curiosidad desde debajo de mi cuerpo.

Sus ojos claros me hipnotizaban , por lo que intentaba no mirarlos mucho .

Sentí un cosquilleo en todo mi cuerpo al sentirla pegada a mi , pero todas esas sensaciones se quedaron atrás cuando ella me dijo:

— Vine a ver si ya me habías recordado.

AullidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora