La batalla 2.( Historia corta).

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No me podía creer que se hubieran ido sin acabar la conversación.

No me han dejado explicarme , debían dejarme un respiro para poder asimilar todo lo pasado.

— ¿Lo quieren arreglar todo solos? . Pues por mí bien.

Dije a la vez que avanzaba hacía la puerta.

Miré a mi alrededor y no había nadie allí.

— ¿Por donde demonios se habrán ido?.

Alister presta atención a tu bestia.

Me giré asustado...¿ella me hablaba de nuevo?.

— Estoy harto ...¿quieren ponerse en peligro y salvar ellos solos a quien sea ...?. Pues que así sea.

Dije enfadado a la nada , avancé de nuevo hacía mi casa y de pronto me di cuenta que mis pies no se podían mover del suelo. Pareciese que estaba pegado a el.

—¿Qué demonios...

Mi cabeza volvió a caer hacía atrás.

Otra vez no , pensé en la seminsconciencia.

— Señor Alister...sálvenos... llevamos tanto esperándole.

Un niño de no más de diez años me miraba desde lo que parecia el suelo de una cueva oscura.
El niño estaba semidesnudo, sucio y su mirada era tan triste que mi corazón pinchó al detectar su mirada fija en mi.

¿Puedes verme?.

Pregunté con un nudo en la garganta.

Por favor ...sálvenos.

Un coro de voces me hizo girar la cabeza ...
Abrí mi boca al ver a tantas personas allí reunidas. Mujeres , niños , ancianos... todos se reunian en esa celda.

Todos estaban esqueléticos , sucios y todos tenían lo mismo en sus miradas tristes... desesperación.

Se alarmaron al oir un ruido y los más pequeños se acurrucaron en un rincón de la celda , a la misma vez , los mayores del recinto se colocaban como un muro protector delante de los niños que lloraban agarrados unos a otros.

La puerta se abrió y entraron dos hombres con unos palos extraños en la manos.

¿Otra vez intentando protegerlos?.

El hombre que habló escupió en el suelo y miró a los mayores con una sonrisa de medio lado que me heló la sangre.

— Voy a cogerlo aunque no querais , ya lo deberíais de saber.

En los mayores se veía la impotencia en sus gestos pero no desistian a la hora de proteger a los pequeños.

¡Apartad sucios chuchos!.

El otro hombre que venía con el primero , el cual no se movió ni un centímetro , entró en la celda , abrió el palo que llevaba en la mano y comenzó a darles golpes a cuanto se interponía en su camino.

Ellos comenzaban a temblar y les salía espuma por la boca.

Electricidad.
Dije para mi .

En el momento en el que el hombre arrastraba al pequeño del principio quise ayudarles , pero yo no estaba ahí físicamente y nada pude hacer para impedir que el hombre arrastrase al pequeño hasta el otro hombre que permanecía impasible en la entrada.

Cuando el otro le entregó el pequeño , este le agarró del pelo y le dijo.

— Te dije que me cobraría la cicatriz de mi cara.

Cuando la luz iluminó su rostro , se veía en el tres marcas de garras , iban desde su ojo izquierdo hasta morir en el cuello.

El pequeño no lloraba , si no que le miraba con rabia . En sus ojos se leía el odio que les tenía a esos hombres.

Cuando sea más grande y fuerte terminaré el trabajo.

Le dijo este ganándose un puñetazo en el estómago que lo dejó doblado en el suelo.

Hubo más ruidos de golpes dentro de los mayores intentando defender al pequeño , pero ellos estaban indefensos.

Para mi sorpresa el niño levantó su cara y en su boca se formaba una sonrisa. De su comisura caía un hilo fino y rojo .

Me cogiste desprevenido , pero jamás llegarás a ser un lobo adulto por lo que no podrás cumplir tu promesa.

Le dijo el hombre tirando del cabello del chico.

Si que lo haré y no queda mucho... Alister ha despertado y vendrá por su clan.

Las risas de los hombres y el asombro de los retenidos estrujó mi estómago.
¿Cómo sabía ese niño mi nombre?.

Alister... ese lobo miedica murió hace mucho y cuando nuestro jefe encuentre a la sucia bruja , este acabará con su vida , dando así imposibilidad a que ese chucho renazca.

El niño rió ganándose otro golpe en su sien.

El animal dentro de mí rugió y mis puños se cerraron.

Aunque la mate... ya va tarde ...nuestro señor...ha despertado.

Decía el chico mientras le arrastraban fuera de la celda.

Para mi asombro ví como al chico comenzaban a ponersele los ojos blancos y ví claramente como le crecía el pelo.

¡Corred! ...no le dejéis que se transforme...¡Cogedle, inútiles!.

Mis ojos se abrieron de par en par .

— Tengo que ayudarlos. No soy ese Alister ...pero no puedo dejarles en ese estado. He de intentar ayudar a esa gente.

Salí corriendo por el bosque sin siquiera ser consciente que mis pies esta vez si que me respondían.

Comencé a correr sin saber muy bien donde pero con el conocimiento de que les encontraría.

Sentía el viento en mi cara y mi bestia interior me daba la fuerza para avanzar cada vez más rápido.

Un rugido grave salió de mi garganta siendo humano aún , pero no pensé en analizar el por qué de las cosas, solo veía a ese niño pidiéndome ayuda y se la prestaría ,aún así ,aquella aventura me costase la vida.

AullidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora