50 sombras Yeray

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Capítulo 11

—Vine a reclamar mi premio —le respondió, ladeando la cabeza con ironía mientras la miraba de pies a cabeza. 

—Esa caja...— Yeri se fue acercando y, al ver su interior, se paralizó. —¿Qué piensas hacer con eso? —le preguntó. 

Cry solo la miró con ironía. —La verdadera pregunta es... ¿Qué pensabas hacer tú con esto?... No sabía que tenías estos gustos, Yeri —finalizó entre dientes, disimulando sus celos. 

Yeri negó rápidamente con las manos. —¡No! No es lo que sea que estés pensando... 

Cry se levantó y se puso detrás de ella, poniéndola nerviosa. —Pues más vale que lo expliques y seas muy convincente. Te doy 20 segundos... Uno...— comenzó a contar mientras le apartaba el pelo de la espalda y le acariciaba los brazos con suavidad, erizándole la piel. 

—Es... que es un mal recuerdo, era algo que quería olvidar porque me avergüenza mucho —dijo ella, intentando evitar el tema. 

—No me importa. Cinco...— continuó él, esta vez acariciando su cuello y rozando sus labios por su nuca, casi como un vampiro sediento. 

—¡Bien! Las pedí cuando aún estaba con Jey —Cry se puso tenso y apretó los dientes al pensar que ella los iba a usar con él. 

—Mala idea, ahora estoy aún más enojado. —Respondió, apretándole un poco el cuello acercándolo a él para hablarle al oído. —  Diez... —

 —Él estaba cambiando conmigo... creí que era porque yo era aburrida o algo así. Después de ver que él seguía páginas de sex shop y reaccionaba a esos productos, los pedí para intentar mejorar nuestra relación —se sinceró, poniéndose un poco triste al recordar.

 Cry suavizó su agarre y la abrazó por encima del vientre, hundiendo su nariz en su cuello y disfrutando de su aroma. —Quince... —susurró suavemente, no quedando conforme con su explicación. 

—Por cuestiones de la vida, me llegaron las cosas, después de haber roto con él, por lo que jamás usé nada de eso. Ahora solo son un mal recuerdo —terminó de explicar ella.

 —Veinte... —concluyó también el conteo. —El solo pensar que estabas dispuesta a hacer de todo con él me hierve la sangre... pero hagamos de ese mal recuerdo algo... gratificante —dijo con la voz ronca. 

Aprovechó que la tenía abrazada para tomar el borde de la toalla y tirar de ella, dejándola completamente desnuda. Yeri se sobresaltó e intentó girar para mirarlo, pero él se lo impidió.

 —Quieta... recuerda que esta noche eres completamente mía, sin objeción. Dijiste que eras una mujer de palabra; así que desde ahora, solo harás lo que yo te diga —le ordenó Cry. 

La respiración de Yeri aumentó de ritmo, pues sabía todo lo que había en esa caja. ¿Sería él capaz de usar todo eso con ella? Estaba con una sensación extraña, entre excitada y asustada; .

 —Cierra los ojos —le susurró suavemente, y ella obedeció. Cry fue sacando todo el contenido de la caja y poniéndolo en orden sobre la cama. Antes de ir a la habitación, él había abierto, lavado y desinfectado todo, asegurándose de que ella estuviera segura. 

Pero a la vez, su lado más salvaje se estaba asomando y no tenía la menor intención de controlarlo. Lo primero que usó fue una venda para los ojos,  para que ella realmente no viera nada. Después agarró unas esposas y las examinó detalladamente, sonriendo extasiado al saber exactamente qué haría con ellas. 

Se volvió a colocar detrás de ella, quien solo podía quedarse parada esperando sus indicaciones. Sintió cómo él tomaba sus muñecas y las llevaba detrás; por último, un frío metal las aprisionó dando ella un respingo. 

Líneas del Caos - CRYMUA/YERAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora