Capítulo 11. La reunión de los campeones.

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Afortunadamente Madame Sprout, tomo la excusa y solo le quito 10 puntos, por no avisarle, pero nada importante, definitivamente Hermione noto algo raro, así como varias chicas que notaron el curioso malestar físico de Lav, pero no dijeron nada, así paso el resto del día hasta que llegó la hora del almuerzo, tendría el resto de la tarde libre, después de comer, me acerque con un pergamino a Lav y se lo mostré.

Griphook,

Por favor inicia un acuerdo estándar de concubinato para Lavander Brown hacia mi persona.

Atte. Harrison Potter

 

Su emoción era tierna

- Ciérralo, lo sellare frente a ti y lo mandare en mi lechuza – claro no le dije que había en el segundo sobre que indicaba que iniciara lo que le pedí, ni el tercero, una carta para una desesperada Narcisa, tampoco le prestó atención al anillo dorado que use para sellarlo, pero al final Hedwig se fue con los sobres amarrados – te lo dije siempre cumplo mis promesas –

- Señor Potter – dijo la profesora McGonagall mientras se acercaba por mi espalda mientras salía del gran comedor, algo que note, fue que exceptuando Hermione y Lavander todos parecían querer evitarme y como dijo Griphook, las noticias de los fénix ayudándome a aplacar al obscurial fue la comidilla del día – ¿Se encuentra bien? –

- Sí profesora, algo agotado, pero creo que descubrí como controlarlo –

- Le aconsejaría no probarlo mucho, es peligroso – asentí – anoche por las circunstancias ya no se pudo llevar cabo la reunión, le pediré que me acompañe -

- Bien, pero ¿Qué reunión? –

- La del torneo de los tres magos –

- ¿Qué paso con eso? – comenté – déjeme adivinar, fui seleccionado ¿Cierto? – ella me miro con cierta sorpresa

- ¿Cómo lo supo? – pregunto - ¿Se lo dijeron sus compañeros? – yo negué con la cabeza

- Cada año algo o más bien alguien me intenta matar, un torneo mortal de la nada ya me causaba suficientes sospechas –

- Señor Potter – dijo algo nerviosa – solo tenga cuidado, no me permiten ayudarlo, pero sepa que si necesita hablar, mi oficina siempre está abierta para tomar el té –

- Gracias profesora – ella asintió

Después de caminar un tiempo en lo que para mí, fue un cómodo silencio, llegamos a una sala donde, había varios profesores, ya que todavía era la hora del almuerzo, estaban los directores de cada colegio, así como los otros campeones –

- Buenas tardes, Harry, mi muchacho – dijo Dumbledore con su voz de abuelo – ¿Cómo te encuentras? –

- Ya mejor, pero todavía planeo hablar con el director del DMLE –

- ¿Por qué harías eso? –

- Bueno, no soy idiota, después del Troll, Voldemort, el basilisco y los dementores, comprendí que las amenazas me persiguen, así que claramente he leído sobre los obscurial, se cómo se crean y orillar a un mago a ello es de los peores delitos, definitivamente los Dursley se pudrirán en prisión –

- Harry, no creo que –

- ¿No crees que, Dumbledore? – le grite – Tu maldito trabajo era cuidarme, no olvido que tú me abandonaste ahí, a mi suerte, eres tan culpable como ellos –

La guía de un Harry del FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora