03|𝑹𝒆𝒄𝒐𝒏𝒒𝒖𝒊𝒔𝒕𝒂.

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Había pasado exactamente un mes desde que Build le había pedido el divorcio, Bible no quería entender porque aún no le respondía, gran parte de él le gritaba que se lo dé, para alejarse de aquel infierno que se hacia llamar matrimonio, pero sentía tanto dolor al escuchar el susurro de esa pequeña. 

Se hallaba frustrado, pasó ambas manos por su rostro desesperado y sin saber que hacer, no podía creer que haría eso pero ya no tenia de otra, necesitaba tranquilizar el dolor que sentía ante las palabras divorcio, por eso se hallaba ahí, en esa casa con un jardín pequeño pero lleno de flores y rosas, la casa era muy bonita, tan solo era de una planta, pequeña pero todo destilaba hogar, Bible sabia que al salir de su auto seria golpeado por aquel ambiente hogareño que esa casa desprendía, no entendía como tanto esta casa como la de Jeff desprendía esa aura de amor y felicidad, su casa no era tan pequeña como esta pero tampoco era tan grande como la de Jeff, era una casa media y se supone que acogedora pero en lugar de que te dé ganas de quedarte te daba ganas de salir corriendo.

Soltando un suspiro de frustración salió de su vehículo y tal como lo pensó. el aura acogedora de aquella casa lo golpeo, respirando fuerte se acercó hasta la puerta, tocó el timbre y esperó a que le abrieran, mientras miraba las flores del jardín, dándole la espalda a la puerta. 

A los pocos minutos escuchó la puerta abrirse. 

- Perdón que moleste Pong...- dejó de hablar al no ver a su compañero en la puerta, Bible supuso que el pelirrojo que lo miraba con curiosidad debía ser el esposo de Pong, pero era muy joven, demasiado joven.

- ¿Le puedo ayudar en algo? - preguntó el doncel delante suyo.

- Busco a oficial Pongsakorn, soy su compañero de trabajo me llamo Bible Sumettikul.

- Pong esta dentro, algo ocupado pero puede pasar - agradeciendo Bible se adentró en aquella casa, el pelirrojo lo guió hacia la sala principal - puede sentarse mientras llamo a Pong- Bible tan solo asintió y vio como el pelirrojo caminaba hasta una de las puertas que había en aquella casa.

A los pocos minutos un sonriente Pong salió de la misma puerta dejando a Harry perplejo por su vestimenta, traía un delantal de cocina puesto y sonreía, detrás de él salió el pelirrojo intentando quitarle el delantal.

- Pong, tienes visita, deja que yo termine de cocinar.- exclamó el pelirrojo con un puchero en los labios, puchero que el castaño beso.

- Estoy en mi semana de descanso amor, ya lo hablamos, mientras tenga descansos yo me ocupo de todo, ¿Por qué mejor no vas a cuidar a Daisy?- y como silo hubiera llamado el llanto de un bebé retumbo por la casa.

El pelirrojo salió corriendo por los pasillos desapareciendo en busca de su pequeño.

- ¡Hey, Bible! Que bueno verte por aquí.

- ¿Cocinas?

- ¡Claro!- sonrió el castaño- de otra forma no podría consentir a mi esposo, no soy bueno en muchas cosas de la casa pero si puedo ayudar en algo para que Tong descanse, lo voy a hacer, pero dime ¿Qué te trae por aquí?

- No se que hacer, ya es un mes desde que Build me pidió el divorcio pero hay una pequeña parte dentro mío que no quiere dárselo.

- Entiendo, ¿Te importa ir a hablar a la cocina? Tong aparecerá en cualquier momento y querrá cocinar y no puedo permitirlo.- el pelinegro negó para luego seguir al castaño a la cocina, era algo pequeña pero espaciosa, tenia muebles de madera en todas las paredes mesones de color azul marino y una pequeña mesa de cerámica en medio de la cocina, era una cocina muy bonita.- puedes sentarte- si n decir nada se sentó en una de las sillas que tenia aquella mesa, miró a su compañero acercarse a la estufa y remover algo dentro de las ollas.

Bible seguía un poco asombrado, si bien sabia que Pong siempre ponía a su esposo primero y lo consentía, era algo raro de ver a un hombre bien dotado que parecía un luchador o de esos hombres bien musculosos con un delantal, al menos para Bible lo era, le costaba creer que el oficial que daba miedo en la comisaria y en las calles sea alguien tan sonriente y que consentía a su esposo.

- Entonces si existe una pequeña parte de ti que aún ama a tu esposo.

- Si, creo que si, pero es desesperante, quiero calmar esa parte porque me esta torturando. 

- No será algo fácil, para calmar esa parte tienes que hacer algo.

- ¿Cómo que? - preguntó interesado el pelinegro, si existía una forma de calmar y callar esa parte suya, él lo haría.

- Tienes que intentar reconquistar a tu esposo - ambos giraron sus rostros hasta la puerta donde un pelirrojo se hallaba sosteniendo entre sus brazos a su bebé - perdón, no quería entrometerme.

- No pasa nada amor.- Pong le regalo una sonrisa - creo que no te presente, Bible él es Tong Ponsantigul, mi esposo y el bebé es nuestro retoño, Daisy Ponsantigul, amor, él es Bible Sumettikul, mi compañero de trabajo.

- Mucho gusto, Pong me habló de usted.

- Si dijera que Pong me hablo de ti seria poco a lo que hace- el pelirrojo se sonrojó mirando a su esposo, sabia que su esposo era un hablador cuando se lo proponía.

- Espero que solo diga cosas buenas.

- Créame cuando le digo que hay oficiales que están planeando secuestrarlo porque Pong lo describe como a alguien perfecto, sino han hecho nada es porque le tienen miedo a Pong.- el pelirrojo soltó una carcajada ante el comentario del pelinegro.

- ¿Viniste por su leche?- el pelirrojo asintió y tomando el biberón de su hijo salió de la cocina disculpándose por haberlos interrumpido.

- Tú esposo es muy joven, ¿Cuántos años tiene? ¿25? - preguntó el pelinegro logrando que el castaño soltara una carcajada.

- Si supieras, es mi mayor con dos años.- Bible abrió los ojos muy sorprendido - tiene 38 pero pareciera que nunca envejece, tiene el mismo aspecto desde que cumplió 30, y ahí se detuvo, hubo un tiempo donde si envejeció unos años pero luego se recupero y ahora ni el parto, ni dormir pocas horas y estar cargando al bebé logra que se vea mayor, siempre lo vas a ver así de joven y hermoso, yo en cambio parezco su mayor por los entrenamientos que realizamos en la comisaria o por el estrés que cargo por el trabajo.

- Pero aun así creí que tenias 30 la primera vez que te vi, luego ya me enteré que estabas por los 34 años.

- Pero bueno, como dijo Tong, la única forma de tranquilizar esa parte tuya es reconquistándolo.

Reconquête | BibleBuildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora