𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨.4 ♥︎

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1944

La mañana había llegado y todo indicaba que iba a ser un día Hermoso para las tierras Venezolanas, mientras todos trabajan y hacen sus deberes, una country se encontraba esperando un tanto impaciente la llegada de los invitados que se le habían informado; Venezuela, ella ha arreglado su corbata 3 veces y se a mirado para asegurarse que se vea bien, suspiro con pesadez, de cierta forma desea que la guerra acabe, ama los beneficios que tienen pero no le gusta oir como cientos de personas, inocente o en guerra, mueren todos los días. La mujer solo miro el suelo con cierta melancolía por las pérdidas pero no hay tiempo de lamentos, su postura cambio cuando ve una camioneta negra estacionarse y de esta sale dos country, uno era realmente alto y el otro también pero no tan alto como él primero, aún así, ambos caballeros caminaron hasta donde la venezolana estaba parada esperando por ellos; cuando, por fin estaban frente a frente, ella mira sus banderas, él más alto, es rojo vino y con un símbolo de una hoz y un martillo a un costado de su cara y el otro, tiene una franja azul al costado izquierdo de la cara y también ese mismo símbolo, ambos se parecen pero el más bajo tiene los ojos grises y él más alto azules.

Buenos días, bienvenidos sean a la República de Venezuela, me presentó, soy: Venezuela, es un placer conocerlos. - Se presentó y extiende la mano.

Es un placer para nosotros también, Soy: Unió de República Socialista Soviética, pero puede llamarme URSS y él es mi hijo, Federación Rusa, me imagino que sabes a que vinimos. - se presentó con una frialdad tal que daba hasta miedo preguntar por qué.

<< Con esa frialdad, los glaciares de Mérida queda pendejos ¿te corre sangre en ese cuerpo>> - pensó mientras estrecha manos con ambos caballeros. - estoy perfectamente enterada de la razón de su visita, espero que lleguemos a Buenos términos. - ella mantiene esa sonrisa falsa, entre las rápido comenzarán más rápido se irían.

Para ser honesto, te ves muy pequeña y joven como para saber a que vinimos, sería bueno que tú presidente este presente en nuestra reunión para evitar confusiones. - dice con su acento marcado, Rusia lo miro y luego a la mujer, la cual borro su sonrisa.

Primero que nada, me parece una falta de respeto que me consideré "incapaz" de ejecutar órdenes o decisión en MIS tierras, siendo que soy mayor que usted y en segunda, él presidente esta muy ocupado como para atender este tipo de Asuntos, así que yo soy la encargada de que sale y entra en estas tierras ¿le quedó claro? - Rusia miro a otro lado tratando de disimular pues la situación le dio gracia la situación, mientras que URSS frunce el seño, nadie jamás le ha hablado de esa manera y menos una mujer.

Entendido, no era mi intención ofenderla con mi petición. - se limitó a decir pues no quiere conflicto entre ambos, pues va a necesitar el petróleo que dichas tierras tiene y, como puede apreciar, ella se encarga de eso.

Bien! Sin más que decir, entremos para que podamos comenzar con la reunión, quien sabe, tal vez el presidente se desocupe para este presente y no allá "confusiones". - se dio media vuelta y comenzó a caminar.

Da. - la siguen. Rusia no sabía que era más incómodo, él echo que su padre le allá llamado de forma indirecta " novata" a la mujer o que esa mujer parece que no le tiene miedo a alguien que le dobla el tamaño y la fuerza.
Mientras caminan por los pasillos para llegar a su destino, Rusia decide romper el silencio sepulcral que había en el ambiente.

Su país es muy hermoso, señorita, mientras veníamos en el barco, las costas y las playas se veían preciosas. - Pensó que si la animaba, el ambiente cambiaría.

Oh! Eso no es nada Sr. Rusia, aún no ha visto nada, Venezuela es más que solo playas y petróleo... Solo los valientes y dignos se anima a ver más allá de la superficie. - ella miro sobre su hombro y le regalo una sonrisa, pero vacía y él lo noto. Llegaron a la Sala donde se llevaría a cabo, todos tomaron asiento.

𝑬𝒔 𝒎𝒊 𝒆𝒍𝒆𝒄𝒄𝒊𝒐̀𝒏 ♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora