13. Jaque mate

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(Este será un pequeño fragmento narrado por Kinoshita, espero que les guste)

Hisashi Kinoshita

Avancé por el pasillo, con Narita a mi lado— No intervengas— dije al instante al verlo tratar de detenerme.

Levantó ambas manos en señal de rendición— De acuerdo, solo no te metas en demasiados problemas. Me preocupas cuando haces estas cosas.

—No deberías preocuparte tanto,

—Sabes que te quiero.

—Yo también...

Sonreí y me volví hacia ti, lector.

¿Es extraño que me dirija directamente a ti?

¿Te incomoda acaso?

Quiero contarte lo que iba a hacer para asegurarme de que los Miya y Suna no volvieran a tocar a Yamaguchi. Era hora de tomar cartas en el asunto, y sabía exactamente cómo hacerlo.

Llegué al pasillo de tercero y allí estaban, los tres:

Suna, Atsumu y Osamu Miya.

Me acerqué sin dudarlo, mi corazón latiendo con fuerza pero mi determinación firme. Sin decir una palabra, lancé el primer golpe a Suna. El impacto resonó en el pasillo y, de inmediato, comenzó la pelea. 

Disfruta, lector, será interesante. Prepárate y abrocha tu cinturón. Nah, es mentira, tan solo observa como la manipulación rinde sus frutos.

Disfruté cada segundo. Cada golpe, cada bloqueo, cada esquive. Suna era fuerte, pero yo estaba impulsado por algo más que fuerza. La gente comenzó a arremolinarse a nuestro alrededor, murmurando y observando con asombro.

Sentí un golpe en la mandíbula, y después uno en las costillas, pero no me importaba. Solo quería hacerles entender que no podían seguir lastimando a mi amigo.

¿Es muy rápido pensar que Yamaguchi es mi amigo?

Verán, si me cae bien una persona, lo cual no sucede con regularidad, se convierte en mi amigo al instante.

Finalmente, Atsumu intervino, separándome de Suna a la fuerza. Le di un codazo en el estómago, y se dobló de dolor. Pero entonces, apareció Osamu, el maldito Osamu.

Su puño me golpeó en la cara, y caí al suelo, sintiendo el sabor metálico de la sangre en mi boca.

—Estás demente, Hisashi— murmuró Atsumu.

—Ya entenderás —le dije, escupiendo sangre sobre los zapatos de Suna, quien se alejó luciendo como, o mucho peor, que yo.

—¿Qué planeas con esto? ¿Qué te expulsen?— preguntó Osamu.

—No me expulsarán a mí— murmuré.

—Definitivamente has caído en la locura, o siempre estuviste allí— dijo Suna.

En ese momento, escuchamos la voz de un profesor acercándose. Miré a la audiencia que nos observaba y les advertí— Si alguno de ustedes dice que yo empecé la pelea, los mataré uno por uno.

El grupo se dispersó rápidamente, y me dejé caer al suelo, fingiendo estar más herido de lo que realmente estaba.

El profesor llegó al instante y se arrodilló a mi lado— ¿Qué pasó aquí?

—Suna y los hermanos Miya me atacaron sin razón— dije con la voz débil y temblorosa, mientras hacía una mueca.

El profesor pareció creerme, y pude ver la duda en los ojos de Suna y los Miya. El adulto los señaló con un dedo y les dijo que fueran con el director, mientras Narita me ayudaba a ponerme de pie.

—Siempre lo mismo, ¿verdad?— preguntó mi amigo.

Me volví hacia ti nuevamente, lector, con una sonrisa de satisfacción.

—Fue un perfecto jaque mate— solté una risa.

—Deja de hablar solo, Hisashi, me asustas— dijo Narita.

—No estoy hablando solo— negué con la cabeza— No lo entenderías.

Era cierto, no lo entendería, ¿verdad?

Nadie nunca entendió como o porque puedo verlos, hablarles y escucharles. Siempre pensé que ustedes eran fruto de mi cabeza demencia y deterioro, ¡pero son reales!

¡Lo sé! Todos ustedes, desde las chicas que se emocionan por pequeñas interacciones hasta los que insultan a los personajes por cada estupidez que hacen.

¿Qué piensan de mi?

Me sentiría triste si me insultan, soy de los pocos que se han percatado de su existencia. Soy su ancla en el mundo de la ficción.

Fallen angel// TsukiYamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora