Zhongli siempre había confiado en su marido, pero una traición enterrada en las sombras amenaza con destruir la tranquilidad que había construido. A medida que las sospechas crecen, las piezas de un rompecabezas inquietante comienzan a encajar. Ahor...
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Aclaración
Hola, no había podido actualizar por trabajos de la prepa, bloqueo horrible y algunos problemas emocionales.
Traté de escribir pero simplemente no podía hacerlo como antes, así que será mi último capítulo. Cómo dije anteriormente, iba a empezar a editar capítulos, pero por suerte, me llegó la inspiración y pude terminarlos. Aunque tenía unos escritos. Este es el último capítulo, el fanfic ya se acabó por desgracia, pero fue divertido escribir :3 y esto sería todo.
Gracias por leer la historia y gracias si leen mis futuras historias. Se les agradece.
-------------------------------------- La noche había caído sobre Liyue, y las luces de la ciudad brillaban con una intensidad que parecía burlarse del peso del dolor que Zhongli llevaba en su corazón. Se sentó en su sillón, la copa de vino casi llena en su mano, mientras la imagen de Tartaglia lo atormentaba. Recordaba sus risas compartidas, las noches en las que su amor florecía como las flores de primavera, y, sobre todo, la calidez de su compañía.
Pero todo eso se había desvanecido. La traición de Tartaglia era una herida abierta, y la aparición de Lumine solo había servido para agravarla. La idea de que Tartaglia se hubiera involucrado con ella lo llenaba de un tipo de dolor que no podía describir. Se sentía como si su mundo se hubiera desmoronado, y, lo peor de todo, no podía dejar de pensar en él.
Mientras contemplaba su copa, un torrente de recuerdos inundó su mente. Cada palabra, cada promesa hecha en la intimidad de su hogar, todo lo que había construido junto a Tartaglia se sentía como un espejismo ahora. Se había entregado por completo, confiando en que el amor podría superar cualquier obstáculo. Pero ¿qué valor tenía ese amor si su pareja no era capaz de valorarlo?
De repente, la puerta de su hogar se abrió, y Tartaglia entró, su expresión tensa pero decidida. —Zhongli —comenzó, su voz cargada de emoción—. Necesito hablar contigo.
Zhongli no respondió de inmediato. En lugar de eso, sintió cómo su corazón se aceleraba y su pecho se apretaba. —¿De verdad crees que tenemos algo que discutir? —dijo, su voz tensa—. No hay nada que decir, Tartaglia. La verdad está más que clara.
Tartaglia avanzó un paso, pero Zhongli lo detuvo con una mirada. —¿Viniste a disculparte? Porque no hay palabras que puedan cambiar lo que hiciste.
—No, no vine a disculparme —respondió Tartaglia, con una firmeza que sorprendió a Zhongli—. Vine a ser honesto contigo. Debo contarte lo que pasó.
Zhongli se cruzó de brazos, su expresión seria. —No me interesa lo que sucedió. El daño ya está hecho.
—Escúchame —insistió Tartaglia, su voz temblando ligeramente—. No fue como piensas. Lo que ocurrió con Lumine... no lo busqué. Ella se me acercó, y en un momento de debilidad, caí. Pero te juro que te amo, Zhongli. No sé cómo pude dejar que eso pasara.
