Capitulo 4 "¿Ayuda...?"

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Creo que había pasado dos o tres días entraba y salía de la inconsciencia, al parecer me habían cambiado a un calabozo, no entraba la luz y a mi alrededor aún se mantenían esas runas, la pérdida de sangre me estaba afectando ya sin vuelta atrás, aunque forzara a mi cuerpo a moverse este no se movería jamás, ni si quiera la fuerza de voluntad me ayudaría en esto, estoy jodido yo diría muerto... Ya estaba casi muerto pero aunque la tortura fue mayor a medida que avanzaba no les dije nada, aun mantenía en secreto lo de Bill, no sé porque, ¿porque lo protejo tanto?, ¿me volvería loco si sigo en esa situación?, ¿cuánto más podre aguantar con mi cuerpo en este estado?, las marcas que ahora se presenciaban mejor en mi cuello dolían, ardían y cada vez que movía mi cabeza para mirar a otro lado la piel se me estiraba y el dolor se intensificaba, pero eso era lo de menos, solo esperaba que Bill no me buscara, rogaba porque no me buscara, que se olvidara de mí era lo mejor, que no se arriesgue por alguien tan insignificante como yo, pero todo eso fue un banal pensamiento que sería interrumpido por una voz angelical acercarse lentamente, una silueta delgada se acerba a mí, corriendo al parecer, ¿mi mente me estaba jugando malas bromas?, no puede ser, ya me volví loco. En mi alertado sentía unas mano tocarme desesperadamente tratando de desatarme, no sabía quién era, al parecer me estaba hablando no entendía lo que decía solo veía su boca moverse mirándome de vez en cuando, al reaccionar lo vi era el un ángel guardián puro he inocente tratando con todas sus fuerzas salvarme, pero... a quien debía salvar era a el mismo por el inminente peligro que significaba que estuviera hay, parece que lo perseguían, su respiración estaba agitada, se notaba que quería sacarme de ahí como sea y aunque no me gustaba la idea de que estuviera tratando de ayudarme, se lo agradecí con toda el alma ...

Bill: -Tom, por favor no te mueras te sacare de aquí- el lloraba, lloraba por mi tratando de liberar mis manos -por favor no me dejes, no quiero volver a estar solo, te necesito, te necesito, te necesito- seguía desatándome solo le faltaban las manos y quedaría libre, seguía repitiendo esas palabras, ¿Por qué me necesita?, él puede marcharse a donde sea y dejarme morir ahí, en esa miseria de calabozo como la mierda de ser humano que siempre he sido.

Tom: Sin embargo no dejaría que sus esfuerzos por salvarme fueran en vanos -No... Estarás... solo Bill -mi alertado era mucho mayor del que podía controlar o disimular, ni si quiera podía articular una frase completa -vete... de aquí... te mataran Bill... ¡vete!-

Bill: -¡NO!, Te sacare de aquí, nos iremos juntos, volveremos a la casa, te haré de comer, volveremos a reír y...- se detuvo, le faltaba el aire y le costaba hablar -eres... eres lo único que me queda Tom... no me dejes- lloraba a mares y se puso a llorar en mi pecho sin consolación -no me dejes- había desatado mis manos y lo abrase con todas las fuerzas que me quedaban.

Tom: -ni... si quiera... me dejaras morir... tranquilo he.- me levante de la silla con ayuda de Bill, me costó dar el primer paso, llevaba muchos días sin mover ningún musculo, uno de mis ojos estaba tan hinchado que no podía ver por él, la sangre brotaba de cada herida abierta que tenía y para empeorar la situación se acercaban rápidamente hacia nosotros, comenzamos a caminar, yo cojeando y Bill casi cargándome nos fuimos por un pasillo alargado y solo iluminado por algunas luces, la oscuridad nos dificultaba ver, sentí mi cuerpo adormecido y lento; Llegamos a una habitación ahí estaban mis armas todas y cada una, no faltaba ninguna, Bill me sentó en una silla y comenzó a juntarlas para llevárselas con nosotros.

Bill: -no te muevas, no tardare mucho- metió todas las armas en una bolsa de genero que estaba al lado se la colgó en el hombro y se acercó a mí, era primera vez que lo veía tan determinado por algo, tan serio y valiente.

Tom: -Bill... déjame aquí haa haa- Me costaba respirar, cada vez que inhalaba era un dolor tan intenso que me provocaba mareos, Bill se detuvo y me miro frunciendo el ceño-

Bill: -Tom cállate... digas lo que digas no te dejare aquí morir- paso su brazo por debajo de uno de los míos y me levanto, comenzamos a caminar pero el mareo me estaba nublando la vista, llegamos al centro del instituto, era una sala grande con un circulo al medio donde estábamos parados nosotros, de un momento a otro no sentí nada más que cansancio desmayándose.

"Camina, camina, camina, por la pradera andando, cantando y danzando, ¿Cuál sendero debería escoger?, el de la derecha criaturas mágicas hay y el de la izquierda un frió invernal, los soldados en mi búsqueda están, las tumbas en el suelo de mis pasadas vidas, una a una las muertes se darán, nada de lo que parece es la realidad, solo en un simple sueño estas, escogiendo sabiamente deberás el camino que ambos tomaran...". Eso fue lo último que escuche al desmayarme, la canción que nos cantaban cuando éramos pequeños la última canción que escuche en mi infancia que aún no logro comprender...


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