Capitulo 24 "Entrelazados"

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Este es un capitulo particularmente largo jajajajaja, disfrute escribiéndolo, espero que disfruten el leerlo
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 Después de ese incidente con esos ángeles, seguimos nuestro viaje, Bill estaba callado caminando como a dos pasos delante de mí, sabía que actuar de esa forma, tan frió y despiadado, como una maquina asesina lo afectaría y más habiendo asesinado a de su misma especie, me sentía algo incómodo, si bien Bill actuó de esa forma, a mi punto de vista, no le veo nada de malo, él se defendió, actuó por instinto, ese instinto que lo ha tenido reprimido quizás por cuanto tiempo, la supervivencia hace actuar hasta el más tranquilo ser, es algo natural, pero Bill aún no se acostumbra a ese instinto, el camino que recorremos es difícil y nos traerá más pruebas que deberemos sobrevivir a ellas, yo lo tengo claro y espero que Bill logre entenderlo.

Como solo viajábamos de noche las calles están vacías, las luces iluminan tenuamente los rincones de los callejones, nos encontrábamos en una ciudad, una de las más grandes y pobladas en la que hemos estado, llena de edificios, casas, locales comerciales, me había quedado sin balas, necesitaba pronto abastecerme de un buen arsenal o adiós a mi vida y de pasada a la de Bill, como Bill iba tan concentrado en sus pensamientos yo me dedique a ver los aparadores de las tiendas, algunos tenían una cortina de metal, que no dejaba ver, pero otras solo tenían una rejilla, una gran variedad de cosas empecé a notar que había, ropa, electrodomésticos, locales de comida, joyerías, de todo un poco excepto una maldita armería, tenía planeado pedir "prestadas" algunas municiones, pero no hallaba una armería y Bill como estaba tan distraído no podía alejarme mucho tiempo de él, eran aproximadamente las cuatro de la madrugada, el ambiente que rodeaba a Bill solo me provocaba cansancio mental y ya me estaba desesperando porque no había una jodida armería por ninguna parte.

Las ninfas con sus cantos nos guiaban al parecer ese canto solo era escuchado por nosotros, cuando ya estaba perdiendo toda esperanza de encontrar la armería, ocurrió un milagro, exageradamente hablando, la jodida tienda estaba en una esquina casi sin luz y lo único que se podía distinguir era en letrero en la parte superior de la construcción de ladrillo, ni si quiera emití sonido alguno, solo me separe de Bill y me dirigí hasta allí, aun sentía el cuerpo pesado, las heridas solían y me costaba respirar pero, oigan, todo vale si de armas y balas se trata, me voltee una última vez para ver a Bill que se alejaba más caminando y me dirigí hasta la cortina de metal, no había lugar por donde pasar sin hacer demasiado ruido, si quería tomar prestadas las cosas que necesitaba, tenia que no hacer ruido, la armería parecía un cubo, era cuadrado pero en tercera dimensión, eleve mi vista hasta el techo y se me ocurrió una idea, rodee la armería y por un costado de ella subí la muralla hasta llegar al techo, jamás en mi vida me había costado tanto subir hasta el techo como ahora, pero le atribuyo a lo lastimado que tengo el cuerpo, el techo era plano dejándome caminar por el sin ningún problema, casi en una de las esquinas el ducto de ventilación se encontraba en ese lugar, me acerque a él y lo toque, al parecer era de un material liviano pero resistente, tenía que cerciorarme de que el ducto llegara hacia el interior, y para la poca suerte que tengo cabía una persona, quite la tapa y ayudado por una linterna que siempre traigo pero que por retrasado y olvidadizo no la ocupo ilumine el interior, las arañas tenían ya instalada una ciudad en el interior del ducto, si llegaba al interior terminaría con un traje de Halloween por todas las telas de araña que se me pegarían a la ropa, pero cada acto tiene un sacrificio.

Desde el techo vi por última vez a Bill quien aún no se daba cuenta de mi ausencia y dejando el bolso al lado de la ventila, con la pistola en la mano derecha y la linterna en la izquierda me adentre hacia el interior, caí como si de un tobogán se tratase sin mencionar el traje de telas de araña, el dolor que sentí cuando aterrice de pie en el suelo fue para gritar, pero aguantándome eso tome aire y lo bote tratando de mitigar el dolor.

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