Capitulo 20 "Lo siento..."

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La mañana llego y, ¿se han dado cuenta que esos segundos entre el despertar y el acordarse de los problemas que tienes, son de paz absoluta?, Últimamente esos segundos son los únicos de verdadera paz hasta cuando despierto, Bill seguía durmiendo, aun me abrazaba pero con un agarre más delicado como lo es el, su respiración era profunda y calmada y de vez en cuando suspiraba, me encantaban esos gestos que hacia incluso durmiendo, como fruncía el ceño o como movía la nariz, como si hubiera olido algo en mal estado, he incluso cuando se humedece los labios con su lengua, que por cierto lo hace con un movimiento bastante provocativo, habían un mechón de cabello cubriéndole parte del rostro, lleve mi mano y se lo retire con cuidado dejándole el mechón detrás de su oreja, se veía realmente hermoso, ¡oigan! esos segundos de paz se extendieron un poco al ver a Bill y realmente se lo agradecí, mi alma gritaba por unos segundos de calma y serenidad, pero aunque me hubiera encantado quedarme contemplando la belleza de mi querido ángel, realmente jamás se me dio quedarme demasiado tiempo en la cama, así que dándole un beso en la mejilla a Bill quien reacciono arrugando la nariz, me levante, como teníamos que seguir nuestro camino de noche, solamente nos quedaba esperar a que pasara el día, me vestí casi con lo de siempre, mis pantalones favoritos por la sangre quedaron inutilizables, es una lástima realmente eran cómodos, como Bill aún no se despertaba fui a la recepción a pedir el desayuno, a lo que me dijeron que lo llevarían a la habitación así que volví y espere.

Había pasado la mañana más aburrida de los últimos meses, yo había desayunado, Bill como se levantó más tarde desayuno después, si no fuéramos perseguidos por medio mundo "oculto" nuestra estadía aquí podría pasar como nuestras vacaciones, un pensamiento cómico para semejante problema en el que estábamos, Bill me había dicho que iría a comprar, al parecer quería comprarse otra ropa porque con el apuro no logro traerse toda su ropa de la casa de Theo, como estábamos en un pueblo alejado no le vi el problema, había despistado a los cazadores y tenía la esperanza de que ninguna criatura apareciera al menos de día ya que solamente desde ahora nos movilizaríamos de noche, así que lo deje, iría cerca y eso no le tomaría más de media hora, porque sabe que aún nos persiguen, pero ya había pasado la media hora que calcule que se demoraría y Bill no volvía, sinceramente pensé lo peor, la única reacción que tuve fue tomar mis dos pistolas y la espada, solo me quedaban tres cuatro cartuchos de balas, dos para cada pistola, ciertamente estaba en desventaja, también tome mi fiel espada y algunos cuchillos. salí a buscar a Bill el corazón ya lo tenía en la garganta y próximamente en mi mano si Bill no aparecía, le pregunte a cada aldeano que se me cruzaba, describí a Bill una y otra vez pero no, no aparecía por ninguna parte, si no lograba encontrarlo no sabría qué hacer, si no lo hubiera dejado salir no estaría buscándolo en estos momentos, buscaba y buscaba, miraba por todos lados hasta que vi una personas de espalda, conversando con un aldeano de edad avanzada, entre cierro mis ojos para ver a la persona de espalda, se me hacía familiar, era... era idéntico a Bill, ¡Maldita sea es Bill!, aparte del alivio que sentí al ver que estaba bien, también me envolvió la molestia, yo aquí preocupado por él y el angelito charlando como si nada

Comencé a caminar hacia él, quería recriminarle, regañarlo pero antes de que pudiera si quiera tocarlo, el aldeano me mira y sus ojos cambian a un color negro, saco unas alas de un negro tan oscuro que se podría confundir con el fondo del mar esa parte donde la luz nunca ha llegado y viven extraños peces en esas profundidades, en su rostro apareció una cicatriz que atravesaba de oreja a oreja justo en el medio de la nariz y otra por debajo de su ojo izquierdo hasta la parte superior d e su labio, en sus manos las uñas le crecieron transformándose en garras, y su ropa se parecía a esas camisas de fuerza que se ponen en los manicomios, Bill retrocedió aterrado, se volteó para echarse a correr y es ahí cuando me vio, saque mis armas, los aldeanos empezaron a correr aterrados lejos de nosotros y de ese ángel oscuro, el ángel con las alas negras se hecho a volar, esa criatura voló bajo tomando a Bill antes de que llegara a mí y se elevó, cada vez subía más alto, Bill trataba de soltarse pero le era inútil, apunte mis pistolas hacia el cielo y rogando y teniendo confianza de mi puntería comencé a dispararle a las alas de ese ángel oscuro, no veía bien, la luz del sol me impedía mantener la vista en el cielo, pero en uno de los disparos escuche un quejido espere no haber dañado a Bill y así fue, él fue soltado, venia cayendo a gran velocidad de una altura no menor pero antes de caer al suelo abrió sus alas amortiguando su caída inminente contra el piso volando sobre el a pocos centímetros hasta llegar a mí.

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