Capitulo 3

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Estaban caminando de regreso a al cuartel general de los cazademonios, ya habían partido hace unos días de aquel pueblo dejando atrás todo a mano de los Kakushis, ambos pilares ya han informado su situación al patrón y él quería hablar con ellos, ...

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Estaban caminando de regreso a al cuartel general de los cazademonios, ya habían partido hace unos días de aquel pueblo dejando atrás todo a mano de los Kakushis, ambos pilares ya han informado su situación al patrón y él quería hablar con ellos, en cuanto a los Kamado ellos aún estaban superando todo lo que había sucedido ya hace unos días, querían quedarse a enterrar a los pueblerinos, pero Igual les dijo que no lo podían ya que requerían su presencia en otro lugar.

Aún quedaba un casi un día para llegar así que pararon en un pueblo cercano, Sanemi ya se estaba cansando de parar a cada rato, pero su pareja le dijo que ambos chicos aun no estaban acostumbrados a viajes tan largos, de hecho, cada vez que llegaban a un pueblo ambos hermanos lo miraban con asombró ya que les habían dicho que no solían ir más allá de su pueblo natal. Al llegar a una posada pagaron un cuarto y entraron, tenía cuatro futones listos a lo que sanemi solo dejó a un lado sus cosas y katana y se fue a acostar sin más, mientras que Giyu y los hermanos salieron a comprar algo para comer. Para suerte de ellos el pueblo estaba de fiesta, había gente por todos lados, comida, estaban asombradoa, Giyu se alegró por eso, sería algo bueno que dejarán de pensar un poco sobre lo ocurrido noches atrás.

-Giyu-san -Tomioka giro para ver a Nezuko apuntar a un puesto de soba, aceptó y los tres fueron y compraron un cada uno.

-Gracias por todo Giyu-san - hablo Tanjiro probando el platillo.

-No se preocupen, no hace falta agradecerme, ahora coman o se les enfriara-ambos obedecieron

Al terminar de comer fueron a un puesto de dulce para que ambos comieran unos dangos y el compro unos ohagis para Sanemi. Debía recompensarlo de algún modo por soportar todo esto, el sabia la actitud de su pareja así que conociéndolo en cualquier momento saldrá corriendo a la cofradía para poder terminar la misión sin importar si los deja atrás. Al llegar a la posada ambos hermanos se prepararon para dormir, mientras que Giyu despertó Sanemi para que comiera los ohagis.

-Giyu-san ¿Cuánto falta para llegar? - pregunto Nezuko para acostarse en el futón seguida de su hermano.

-Si seguimos con este ritmo, llegaremos en medio dia-les respondio.

Sin más se quedaron dormidos agotados de tanto caminar.

-Dime Giyu- hablo Sanemi terminando de comer para levantarse y ponerse enfrente de su pareja- ¿Cómo es que terminamos cargando con nosotros a este par?

Giyu soltó una risita para ir a la ventana de la habitación y sentarse viendo la noche – No lo sé, pero algo en mí no quiso dejarlos a su suerte......además, ellos me recuerdan a Sabito y mi cuando era más joven.

Aún le duele hablar de ese tema, recordar a Sabito aún le causa dolor y culpa, saber que el murió y no pudo hacer nada era algo que jamás saldrá de su cabeza, por mucho tiempo se negó a ser feliz como un castigo por la culpa que lo perseguia, pero después de conoció mucho mejor a Sanemi esa idea se fue borrando de su cabeza.

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