Capitulo 7

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Después de hablar con Genya se dirigió a la habitación que compartía con su pareja, al entrar vio como él se estaba terminando de cambiar, aun no tenía la parte de arriba asi que dejaba al descubierto su pecho, eso logro que Giyu se sonrojara un p...

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Después de hablar con Genya se dirigió a la habitación que compartía con su pareja, al entrar vio como él se estaba terminando de cambiar, aun no tenía la parte de arriba asi que dejaba al descubierto su pecho, eso logro que Giyu se sonrojara un poco, pero sin más entro dejando la comida en la mesa enfrente de la ventana, se acerco y lo abrazo por la espalda enterrando su cara en la espalda de su novio.

- ¿Ya estas más calmado?.

No obtuvo respuesta del peliblanco, al ver que no respondía se alejó un poco pára ver su rostro, Sanemi tan solo miraba al suelo como si fuera las más interesante en ese momento.

- ¿En qué piensas? - Giyu dejo de lado el abrazo y se colocó enfrente de su pareja para llamar su atención.

- ¿Crees que puedo cambiar? - le pregunto Sanemi, levanto la vista para mirar a los ojos a su pareja.

- ¿Por qué dices eso? -tomo la mano del peliblanco.

-Ya viste lo que paso- apretó el agarre- si no hubieras estado ahí para detenernos, no sé a qué punto hubiera llegado. -Volvió a agachar la cabeza mirando otra vez el suelo- Siento que cada día me parezco más a mi padre.

- ....

- ....

-Sanemi, mírame – El pilar levanto la vista hacia si pareja- En el momento en que nos conocimos tú me odiabas y yo jamás entendi porqué, en ese tiempo creía que jamás nos llevaremos bien, pero después de esa misión nuestra relación cambio y me di cuenta de quien eras en realidad, eres un chico amable y cariñoso pero siempre prefieres ocultar ese lado, al igual que muchos aquí sufriste por culpa de los demonios y tratas de proteger a tu hermano aunque no sea la mejor manera.

Sanemi sonrió, Giyu lo conocía más que nadie, siempre pensaba que no se merecía tener a aquel chico como su pareja, aun teme que un día llegue a lastimarlo como su padre lo así con su madre cuando era niño, pero el siempre estaba a su lado para apoyarlo, escucharlo, agradecía al patrón por haberlo enviado a esa misión que les cambio la vida.

-Se que jamás serás como tu padre, porque tú tienes un gran corazón, una de las miles de razones por las que me enamoré de ti.

Sanemi se conmovió por las palabras que le dijo a su pareja.

- ¿Como es que termine siendo pareja de alguien como tú? - Se pregunto a si mismo tomando el rostro del pelinegro.

-Es la misma pregunta que me hago yo todos los días – sin esperar ni un minuto más unieron sus labios en un tierno beso que trasmitía todos sus sentimientos.

Duraron unos segundos más para finalizar aquel beso, sus miradas se conectaron.
Un hermoso azul tan profundo como el mar y el hermoso color morado , nadie pensaría que un tipo de carácter rudo que con solo mirarlo saldrías corriendo y un chico con aires depresivos y poco hablador terminarían juntos. Eran polos opuestos en todos los sentidos pero había algo que los unía y era más fuerte que todos esos obstáculos y era el mutuo sentimiento de soledad.

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